El Eco de Alhama número 29                                                                                                                                                                        Historia

Hacia Alhabia. Puente de los Imposibles.

Ohanez no hizo más resistencia que Fiñana; y Ca/bache, que se había acogido allí, tuvo que huir vergonzosamente después de haber perdido más de 40 de sus compañeros.

El general Godinot hizo ahorcar aquí a un hombre, a quien el cura, la justicia y los vecinos pacíficos designaron por uno de los agentes principales de la rebelión.

Calbache, este nuevo Pelayo (así tiene la desvergüenza de llamarse este sedicioso), ha podido libertar su infame cabeza del castigo que la amenaza por la más cobarde y acelerada fuga; pero quedan y quedarán fixas por mucho tiempo las tristes huellas de los males de que es autor, sublevando dos veces una provincia pobre, que no vive sino de los trabajos del campo, de la economía y de una constante aplicación, y atrayendo sobre ella las inevitables desgracias de la guerra.

Como podemos apreciar, estos movimientos militares franceses por la provincia tienen como principal objetivo la eliminación de las guerrillas, recientemente alzadas en Las Alpujarras, tras las proclamas para la reunión del paisanaje en partidas, auspiciadas precisamente por el brigadier Antonio Osorio Calbache. Señalamos también que la prensa -la de ambos bandos- estaba sometida por entonces a estrecha censura e intensa propaganda. De aquí la limitada información que del enfrentamiento en Alhabia, camino de Alboloduy..., suministra la prensa afrancesada, pero que aprovecha la ocasión para mostrarse compasiva con los sufrimientos del pueblo. No obstante, estas noticias nos sirven para centrar cronológicamente los hechos.

A estos efectos, las fuentes de información de la parte española son coincidentes. Y así, en 3 de septiembre de 1815, en un informe histórico que remite el ayuntamiento de Alboloduy, en cumplimiento del Real Decreto de 21 de julio de 1815, manifiesta:

... En todo tiempo de la cautividad de S. M. manifestó esta villa sus deseos y resolución de armarse contra el enemigo y resistirle como lo verificó en varias ocasiones, de las cuales debe referir como principal y digna de su soberana atención: la del dos de mayo de 1810. Este día, invadido el país por segunda vez, trataron los enemigos en número de trescientos

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