El Eco de Alhama número 29                                                                                                                                                                        Historia

de entrar en esta villa. Se armaron repentinamente estos vecinos, los atacaron, resistieron su entrada, los rechazaron y persiguieron, causándoles la muerte de la mayor parte, pues sólo se salvaron en su fuga un corto número de heridos, ayudados por último los vecinos de esta villa de algunos de los pueblos comarcanos que oyendo el estruendo de los tiros acudieron a su socorro. En lo cual tuvo este pueblo la pérdida de dos de sus vecinos ancianos, que cayeron en manos de los franceses y perecieron; y la de cuatro que posteriormente prendieron y fusilaron en la villa de Gérgal.

En parecidos términos se expresa Diego Enríquez:

En dos de mayo de mil ochocientos diez, queriendo entrar el enemigo en dicha villa de Alboloduy, no sólo lo impidió con sus partidas, sino que le puso en total dispersión; matándole doscientos sesenta y seis hombres, entre ellos el comandante de caballería y algunos oficiales, con más de treinta heridos que se llevaron.

Seguramente, a esta fecha del dos de mayo de 1810 es a la que deben referirse desde Rágol:

En el diez de mayo de dicho año, teniendo noticias que pasaba una división de Almería para Guadix, salió una partida de este lugar de 25 hombres armados al río Boloduy, los que unidos con los otros de los demás pueblos de este terreno, la hicieron volver cerca de una legua, hasta el Molino de las Juntas, quedándose lleno de hombres muertos aquel río, y habiendo hecho heridos. Pero por el camino de Alhama la Seca cayó un refuerzo francés y fue necesario que huyesen las partidas del paisanaje que les batían.

Ante esta oposición de las partidas comarcanas, los franceses no sólo replicaron con dureza sino que se dedicaron al saqueo.

Así se desprende también de otras fuentes de información consultadas. Una, procedente de Huécija, figura en uno de los libros contables de su Convento de Agustinos, en cuya primera página se lee:

Jesús, María, José

Yo Fr. Juan López, Prior del Convento de N.P. San Agustín de la villa de Huécixa, habiendo tomado posesión de mi Prelacia el día tres de agosto de 1819 años, y visto que ni en este los libros de Contaduría, ni en el Archivo de esta Comunidad hay libros de Hacienda o Renta; ni tampoco el llamado Protocolo, porque fueron destrozados con los demás el día dos de mayo de 1810, en el saqueo que las tropas francesas al mando de Napoleón hicieron en esta villa; y siendo preciso para el conocimiento y buena administración de esta Comunidad tener a la vista un Libro que contenga los Censos, Memorias, Casas y Heredades; quienes sean sus Poseedores, Inquilinos, Arrendatarios y Labradores, al mismo tiempo que los sitios y términos donde se hayen (sic) estas últimas, firmo el presente con los conocimientos todos los que me han dado y he podido conservar, y lo es en la forma siguiente.

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