expediente en trámite. Aplicando los precios de mercado del año 1931 a las obras proyectadas en 1908, el importe total de la actuación ascendió a 2.787.264,03 ptas., bastante superior al 1.020.991,89 ptas. previsto inicialmente.
Poco tiempo después, el día 20 de mayo, José Mazo Gálvez, el que fuera alcalde de Alhama durante la Segunda República, elevó a José Salmerón un pliego de peticiones del Ayuntamiento al que representaba en el que se solicitaba la pronta construcción del Pantano del Pasillo, la revisión del Catastro, que se practicaran las gestiones necesarias para que la uva tuviera entrada libre en los mercados de Norte América y el otorgamiento a Alhama del título de Ejemplaridad, por haber proclamado con anterioridad la Segunda República que las ciudades de Jaca y Eibar, que si disfrutaban del citado reconocimiento.
Una vez aprobados los nuevos presupuestos por la División Hidráulica del Sur de España el 24 de agosto de 1931, la Dirección General de Obras Públicas remitió el 12 de septiembre al Consejo de Obras Públicas el expediente para su dictamen. El dictamen quedó encomendado desde el 7 de octubre a la sección 3a de Aguas Terrestres del Consejo, presidida por el Ingeniero Martín Díez.
El 29 de diciembre de 1931 el Consejo de Obras Públicas elevó el informe de la sección 3a a la Dirección General, siendo en última instancia puesto en conocimiento del alcalde de Alhama el 7 de marzo del a√±o siguiente. En este informe se aprobaba el proyecto técnico y se otorgaba una concesión a perpetuidad, dejando siempre a salvo el derecho de propiedad nacional. El problema surgía, una vez más, en lo relativo a la subvención para el auxilio del Estado a la Sociedad del Pantano del Pasillo, ya que volvía a dejarla condicionada al cumplimiento de una serie de requerimientos, entre los que destacaban: que la Sociedad concesionaria probara documentalmente que contaba con la conformidad de los propietarios de al menos la mitad de las tierras regables, que el Servicio Agronómico fijara la proporción de cultivos estacionales y permanentes que servirían de base para fijar la subvención, que se presentaran las tarifas máximas a aplicar a los riegos, y que se sometieran todos estos datos requeridos a exposición pública, informando la División Hidráulica del Sur sobre el resultado de la misma.
Antes de que se pusiera en conocimiento del Ayuntamiento de Alhama y de la Sociedad la necesidad de proceder a la subsanación documental para el acceso a los auxilios estatales, el 1 de marzo de 1932, siendo alcalde todavía José Mazo, se volvió a solicitar desde el Consistorio al Ministro de Fomento la agilización de la tramitación del proyecto y, lo que es más significativo, su inclusión en el Plan General de Obras Hidráulicas en redacción. Este hecho podría haber supuesto la renuncia por parte de la Sociedad, por primera vez desde 1908, a la ejecución de las obras de manera privada, sólo con subvención estatal de una parte de la inversión, ya que con su solicitud de inclusión en el Plan General de Obras Hidráulicas habría sido el gobierno de la Segunda República el que habría sufragado el coste de la actuación y acometido las obras desde lo público.