Radio Alhama emitía cada día desde las dos a las cuatro o cinco de la tarde y de nueve a once de la noche.
De igual manera que con los directores, también se fueron sucediendo diferentes voces femeninas en Radio Alhama. La inauguró Paquita López la Sevillana, que vivía con sus tías en el pueblo, dotada de una voz agradable y clara muy adecuada para las ondas. A esta primera etapa pertenece uno de los programas culturales que despertaron un gran interés entre los oyentes. Se trataba de "Taha de Marchena", programa que hacía Paquita acompañada por doña Carmen, la mujer de Antonio Carratalá, donde se recogían datos históricos, anécdotas y curiosidades de los pueblos que constituían la antigua Taha de Marchena.
Apenas habían transcurrido unos meses desde su inauguración cuando José Muñoz Artés, alma que sería de la emisora durante sus más de diez años de vida, acompañaría a Paquita a llevar las noticias y el entretenimiento a través de este novedoso medio. Doña Lola Sarabia, fue otra de las voces femeninas de la emisora en los años cincuenta coincidiendo con la dirección de su marido, don Federico Navarro.
En estos años, Marisa Bervel Cao, hija del Secretario del Ayuntamiento, sustituiría a Paquita, que a su vez, por el traslado de su familia, sería sustituida por Anita Artés ya en los años finales de la década de los cincuenta. José Muñoz y Anita Artés fueron las voces de la radio durante los años en los que este medio de comunicación alcanzó mayor relevancia.
No era a&uaucte;n la radio aquella "compañera inseparable" ni tampoco ocupaba el lugar de privilegio que unos años más tarde ocuparía en cada uno de los hogares de la España de los años sesenta.
Hemos de recordar que los años de la posguerra y la profunda crisis económica que asolaba el país hacían de los aparatos de radio un bien de muy reducido consumo, casi un bien de lujo, al tiempo que un símbolo del estatus social de la familia que lo poseía. En Alhama eran muy escasas las familias que en los comienzos de la década de los cincuenta contaban con un receptor de radio. Precisamente en su escasez radicaba el gran valor socializador de la radio, y no solamente por sus contenidos sino también por su capacidad para reunir a diferentes personas en torno suyo. No era extraño ver a familias completas pasar la velada escuchando la radio.
En el caso de la mujer este fenómeno se hacía todavía más patente. Consideremos que el acceso de la mujer al mundo del trabajo se produjo unas décadas más tarde, por lo que eran precisamente las mujeres las que en mayor medida escuchaban la radio, bien mientras realizaban las tareas de la casa o bien reunidas en torno a uno de estos receptores mientras bordaban su ajuar en compañía de otras vecinas, familiares o amigas.
Radio Alhama emitía cada día desde las dos a las cuatro o cinco de la tarde y de nueve a once de la noche. Este horario se podía ampliar en función de la programación y de manera especial en el caso de los discos dedicados en los días de fiesta.
La radio en estos años tenía una gran atracción para la gente joven del pueblo, de ahí que la lista de colaboradores pequeños y mayores fuera importante. Recordemos algunos de aquellos programas que tantos seguidores tuvieron en Alhama y en los pueblos de los alrededores. Conviene señalar que en la programación de estos años había dos tipos de programas. Unos externos, que se realizaban en otras emisoras, con un contenido determinado y fijo, que se sintonizaban desde estas pequeñas emisoras. La estrella de estos programas fijos eran, sin duda, los noticiarios. "El Diario hablado" que cada medio día y cada noche llevaban los