El hecho de saber que estas personas, autoridades de Alhama, le animaban desde el tendido, le provocó un gran nerviosismo porque sentía la responsabilidad de no defraudar a sus paisanos. Recibió al toro con unos cuantos capotazos, para brindárselo después a una joven, a la que llamaban "la Chatilla", hija del médico de Laujar. Todo transcurría con normalidad hasta que, en el tercio de banderillas, mientras el torero esperaba con la muleta en la mano cerca de uno de los burladeros, el toro se dio la vuelta y le dio un terrible golpe en el pecho que casi acaba con su vida. Quedó conmocionado. Fue un golpe con suerte, pues le permitió rematar su faena a pesar de que sus compañeros le pedían que abandonara el ruedo. Años más tarde, ya en Venezuela, un médico le detectó un pequeño tumor producto de aquella cogida en la plaza laujareña.
Tarde de toros en Alhama. Manuel Rodríguez el practicante, José Martínez "Pollito", el banderillero, los toreros Victor Quesada y Belmonte, Carrique de Alhama d003. Col. particular José Martínez Rodríguez.
José Martínez "Pollito". Retrato al óleo de Manuel Domínguez. Col. particular José Martínez Rodríguez.
Esta afición a los toros, que se mantiene viva, alcanzaría su momento de mayor auge en el año 1950 cuando su apoderado, Avelino Castilla, le gestiona la posibilidad de torear diferentes novilladas en los pueblos cercanos.
Cartel de la conida de toros celebrada en Jhama con motivo de las Fiestas patronales en 1950. Col. particular José Martínez Rodríguez.
También en Alhama, en las Fiestas Patronales de 1950, arropado por la juventud alhameña, toreó José Martínez "Pollito". El cartel que se hizo para el festejo del día de San Nicolás recoge su participación junto a los matadores Juanito Belmonte, Joselito Álvarez y Antonio Molina "Antoñete". Sin embargo la tarde no resultó muy lucida, la lluvia y el mal tiempo de un día gris de diciembre hizo que se suspendiera la corrida, que los espectadores se marcharan desencantados y que Avelino Castilla, que era, además, el gerente de la plaza de toros, anulara la novillada que se había programado para el día de la Virgen. Recuerda José Martínez como aquella noche, sobre las tres de la madrugada, saltaba la tapia del Juego de Pelota para torear las reses que estaban allí encerradas. Con él iban varios amigos, alguno de ellos también aficionado como Manuel Martínez López "el Ramblero", que buscaba la oportunidad de dar algunos capotazos, tratando de hacer posible el deseo que un año antes expresara al reportero de Yugo con motivo de la entrevista que le hicieron junto a José Martínez en Alhama:
"Soy carpintero de oficio, pero le aseguro a usted que si las cosas vienen bien, pronto tendré ocasión de cambiar la garlopa por la muleta"