El Eco de Alhama número 28                                                                                                                                             Alhameños Entrañables

Juan Gallardo. Mientras hacía la sustitución convocaron oposiciones y cuando pasaron los cien días que le pertenecían por entonces me matriculé yo también en la academia Atalaya. Y allí estaba él, al principio de la clase escuchando la clase de política y tras una anécdota en la que participó con un comentario, al principio me pareció un poco "repelente" pero con el tiempo me di cuenta que no era así. Esto fue en el mes de junio y el 7 de diciembre, en las fiestas de San Nicolás, nos hicimos novios.

CECILIO "Yo no había subido a Alhama nunca. A raíz de la amistad con ella empecé a subir."

MARIA TERESA "La primera vez que subió a Alhama lo hizo con una moto vieja que tenía, que la llamaba "filomena", y se le rompió cuando iba de vuelta para abajo."

Don Cecilio con sus alumnos en el final de curso 2002-2003. Col. particular Fco. Abel Saldaña Martínez

CECILIO "Preparamos las oposiciones juntos, y en el año 1970 nos presentamos al examen. Yo aprobé, María Teresa no, la suspendieron en el tercer ejercicio."

MARIA TERESA "Me enfadé mucho, pues había hecho un buen examen, pero seguro que habría otras personas que lo habían hecho mejor. Esto me hizo desistir de presentarme hasta que no estuve casada y con hijos, que ya si aprobé.

Estuve un año sin trabajar mientras a Cecilio "se lo llevaban a filas". Cuando volvió de la mili le dieron El Ejido, aunque primero estuvo en Pampanico, y a mi me dieron como interina la escuela de Fondón. Al año siguiente, el día 25 de Junio, nos casamos."

CECILIO "En el curso siguiente me dieron en propiedad la escuela de Balanegra, y al estar casados, a María Teresa también le dieron Balanegra, como interina. La verdad es que nosotros pasamos muy buenas años allí y siempre hemos considerado a Balanegra como nuestro segundo pueblo."

MARIA TERESA "Así fue hasta el año 1977, que un sindicato dijo que las plazas había que adjudicarlas en un acto público, donde, con una lista de maestros por antigüedad y otra de pueblos, irían eligiendo cada uno. Yo no me enteré pues mi hijo nació unos días antes, así que mi plaza en Balanegra, aún siendo yo más antigua, la cogió otro maestro con menos años de servicio. A mi me enviaron a Laujar y, como el niño estaba recién nacido, fue Cecilio el que subía y bajaba todos los días a Laujar."

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