El 24 de Diciembre de 1934, cinco meses después de su llegada, Federico expone sus obras en los salones de la Sociedad Amigos del Arte. Con esta demostración se pone de manifiesto el acierto de Diego Rivera al proponer a Federico para ser becado.

Con cartas del pintor mejicano para sus amigos Europeos el joven artista viajó por varios piases. Una de esas cartas estaba dirigida a Picasso al cual nunca se presentó. Por ello sabemos que no lo conoció personalmente.

En este viaje, además de España, visitó Inglaterra y Francia, tomando notas y dibujando a Goya, El Greco, Ingres, Corot, Daumier y Dela-croix.

El 24 de Mayo de 1935 expone en París en una colectiva con Dalí, Gargallo, María Blanchard, Miró, Picasso, Juan Gris y De la Serna, según consta en el catálogo de dicha exposición. Este hecho sitúa a Federico en primera línea dentro del mundo artístico parisién.

Estando en la capital del Sena, Castellón recibe una carta para que se presentara en Almería, en el cuartel militar. Era requerido para hacer el servicio militar en Marruecos. Federico, explicó su situación de becario en Francia, pero no fueron aceptados sus escritos porque todavía era ciudadano español. Por mediación del cónsul francés, marchó a Londres para seguir estudiando, después volvió a París y de allí regresó a América, en 1937. A partir de este momento Castellón obtiene grandes triunfos.

El 21 de Octubre de 1940 contrae matrimonio con Hilda Greenfiel. Es también en este año cuando ganó por primera vez la beca Guggenhein de la ciudad de Nueva York. Dicha beca le permitía viajar por todo el suroeste estadounidense.

En 1943 Federico se hizo ciudadano americano, y fue reclutado por el ejército de los Estados Unidos. Después de un entrenamiento básico fue nombrado sargento técnico. Estuvo destinado en servicios estratégicos y posteriormente en China. Su estancia en este lugar fue importante para el artista, tomó apuntes de la vida diaria del lugar, que posteriormente serían los grabados de las célebres carpetas chinas.

En 1946 empieza para Castellón otro periodo distinto en su vida. Comienza su carrera docente en la Universidad de Columbia en Nueva York, en un curso de verano y durante once años, impartió clases en el Instituto Pratt y en el Instituto Reinna, en este último sólo fue un semestre.

En América se hace una clara diferencia entre los llamados artistas puros dedicados exclusivamente al arte, y los que ganaban su sueldo como salario normal, aunque éste estuviera en estrecha