En esta misma línea de exaltación se manifiesta el párroco del lugar de Santa Cruz, Francisco José Hernández Maldonado, quien enardecido de los insultos y sacrilegios que cometen los bandidos secuaces del déspota sangriento de la Europa y llevado del celo de mi ministerio, he procurado animar a mis feligreses para la defensa de lo que tanto nos interesa... Su alcalde Ramón Soria, en unión de Diego Delgado Salvador, fiel de fechos, confiesan el repetido día 9 de febrero, que sólo tienen 8 escopetas, por lo que necesitan 50 escopetas...
Más calmado se muestra el gobernador de Gérgal, Rafael Aynat, cuando dice:
De nada servirá que cada pueblo trate solamente de hacer su defensa particular, porque sea la que fuere, siempre será muy débil, infructuosa e insuficiente; siendo el único remedio de nuestra salvación la voluntad general desinteresada y decidida de oponerse al enemigo y de destruirle en la parte más remota y antes de que llegue a la puerta de nuestros hogares.
Así las cosas, la repetida Junta de Almería, en carta que el día doce dirige al general Blake, muestra su soledad e impotencia ante la situación:
...Almería sin Gobernador, han quedado los partidos de toda la Costa y Reino sin una autoridad que de acuerdo les pueda dirigir y hacer que concurran a la defensa de la Patria ... contentándose cada cual de los respectivos corregimientos o destinos con el deseo de que cualquiera de clase superior les mande, ciñéndose por lo demás, según le manifiesta la experiencia, a un estado pasivo o de inercia...
Y, en fin, después de tanto ir y venir, la triste realidad es que Almería carece de una defensa efectiva, reducida para entonces a unos cien hombres, acuartelados. La proyectada defensa en Ocaña, punto bien situado estratégicamente para cerrar el paso y contener al enemigo, en definitiva no se puede organizar adecuadamente, por falta de artillería de grueso calibre. Si bien existían piezas de tales características en algunos lugares del litoral almeriense, sus responsables se niegan a proporcionarlas. Pero es que, además, su traslado ofrecía suma dificultad por los tortuosos caminos almerienses. En última instancia, un dictamen de todos los militares reunidos en Almería -en un llamado Consejo de Guerra-es del parecer de que la plaza no se halla en estado de resistir tropas de alguna consideración.
Pero las cosas en las Tahas de Alboloduy y Marchena tomaron distinto rumbo a mediados del aludido mes de febrero, más en línea con lo manifestado por sus responsables. Así aparece en un informe impreso, relativo a los méritos del aludido Diego Enríquez de Camacho. Manifiesta el propio Enríquez en este documento que, tras la pérdida de Guadix -16 de febrero- había reunido en 48 horas una fuerza de cuatro mil hombres y que formada después en partidas escarmentó repetidas veces al enemigo y le hizo abandonar ventajosas posiciones. Y continúa:
Bandera de la Guerra de la Independencia
Por tan distinguidos servicios fue nombrado vocal del Congreso Militar de Alpujarras, de cuyo acuerdo pasó a la Taha de Marchena y otros pueblos a levantar partidas, celebrar sorteos de quintos, recoger dispersos y otras comisiones de importancia, que desempeñó a satisfacción de aquél
Es, pues, el gobernador Enríquez quien impulsó la formación de partidas en nuestras comarcas. Si bien desconocemos el total de este contingente armado, parece que la fecha de su salida fue el seis de marzo.
Un informe fechado en Rágol el 7 de septiembre de 1815 y suscrito por sus autoridades, confirma la formación de estas partidas y, además, su destino:
Certificamos como este nuestro lugar hizo /o siguiente: En el mes de marzo de mil ochocientos diez, armó 25 hombres, con los suministros necesarios de boca, los que se dirigieron a la Haza del Lino, término de Motril, en unión con las demás partidas que salieron de los pueblos de esta Taha de Marchena. Y en los Gualchos tuvieron un ataque contra cien soldados franceses de infantería y cincuenta de caballería que había de guarnición en aquel punto. Y sólo escapó los cincuenta de caballería y diez y seis de infantería,