D. Federico Navarro Lapeña. Maestro de niños y director de la emisora. Col. particular Federico Navarro.
Para tratar de reconstruir el corto periodo de vida de esta primera emisora contamos, además de con la información que recoge el diario Yugo era el único periódico almeriense en estos a&ntlde;os, con los recuerdos y las vivencias de algunos de sus protagonistas: José Muñoz Artés, locutor y alma de esta emisora, José Díaz Company y Francisco Alonso ambos colaboradores de esta iniciativa radiofónica.
Los recuerdos de Guillermo Artés nos van a permitir acercarnos al proyecto radiofónico que con el nombre de Radio Andarax, se inauguraba en los años centrales de la década de los ochenta, y la experiencia de Lola Fomieles, actual responsable de la emisora, nos acercará al "hoy" de este medio de difusión local, porque la emisora de Alhama bien podemos decir que se asemeja al "río Guadiana que aparece y desaparece" conforme ha ido transcurriendo el tiempo.
Cuando el día 6 de diciembre de 1953, sobre las ocho de la tarde, el Ministro de Educación Nacional, don Joaquín Ruiz-Giménez, el Gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento de Almería, don Manuel Urbina Carrera, el Obispo de la diócesis don Alfonso Ródenas García y las autoridades locales procedían a la bendición e inauguración de la Escuela Radio del Frente de Juventudes número 27 de Alhama de Almería, este municipio entraba a formar parte del reducido elenco de pueblos de la provincia almeriense que contaba con este mágico medio de comunicación social, que favoreció más que ningún otro medio la apertura de muchos hogares españoles a los acontecimientos que se sucedían en el país.
El Ministro de Educación Nacional visitaba Almería con motivo de la inauguración del Seminario Diocesano San Indalecio y en su solemne discurso inaugural afirmaba ante
Doña Lola y Don Federico con sus hijos en Alhama. Col. particular Federico Navarro.
las autoridades civiles y militares que lo aconpañaban que "para la grandeza de España es esencial el fortalecimiento en la formación cristiana de sus gentes". Con estas palabras el señor Ruiz-Giménez manifestaba el espíritu del concordato que el Estado español acababa de firmar con la Santa Sede en este año 1953 y que abría inmensas posibilidades de acción y de intervención a la iglesia en España. Habían transcurrido catorce años desde que finalizó la guerra civil y apenas un par de años desde que las cartillas de racionamiento habían pasado a ser historia. Lentamente ,los españoles trataban de recuperarse de la profunda herida que la guerra de 1936 había significado para el país.