UNA NUEVA GRIPE
NOS VISITA
Estimados lectores, aunque como saben por la editorial del número pasado de El Eco de Alhama he dejado temporalmente mis responsabilidades con la revista, se me ha pedido que escriba algo sobre la nueva gripe, ya que ésta se encuentra de actualidad. Gustosamente accedo a ello, ya que, aún en esta nueva situación, la revista, que vi nacer y crecer, continuará siendo para mí una experiencia estimulante, tanto en lo humano como en lo cultural. Así que traigo aquí unos apuntes sobre la nueva gripe, después de haberse derramado tanta tinta en torno a ella y de haber creado una inquietud en la opinión pública ante la incertidumbre sobre su gravedad. Y lo hago justo diez años después de que en estas mismas páginas ya escribiera sobre la gripe estacional, cuando apareció el primer antiviral contra la gripe o la influenza'. La importancia de esta enfermedad radica en que afecta a un gran número de personas y por la repercusión socioeconómica como consecuencia del absentismo escolar y laboral que genera.
Pero, ¿Por qué tanto interés en alertarnos de que estamos ante una pandemia de gripe, la primera del siglo XXI?. Pues porque se sabe que el virus de la gripe tiene la característica de mutar o cambiar en su estructura constantemente, además de afectar también a otros mamíferos -como el cerdo, y hablamos entonces de gripe porcina- y a las aves -la referimos entonces como gripe aviar-, pudiendo contagiarse el hombre de ellos. Si no hay mutaciones del virus o estas son muy pequeñas se producen las epidemias estacionales, las que afectan a un determinado número de personas en unas regiones más que en otras, y que a veces se agrava sobre todo en personas mayores. De ahí la conveniencia de vacunarse al inicio del otoño con una vacuna cuya composición varía acorde con aquellos cambios. Pero resulta que, periódicamente, cada diez o más años se produce un cambio mayor, que suele ocurrir cuando el hombre es contagiado por un nuevo virus procedente del cerdo o de las aves, encontrándose aquél sin ninguna protección (ni natural -la que se consigue cuando se ha pasado la enfermedad- ni adquirida por una vacuna). En esta ocasión afecta a más población, especialmente a grupos de edad más jóvenes y provocando una mayor gravedad, transmitiéndose con facilidad y extendiéndose rápidamente por todos los continentes. Decimos entonces que se ha producido una pandemia de gripe.
Sin retroceder más, ya en el siglo XX hemos sufrido varias pandemias. La primera fue en 1918, la mal llamada gripe española -ya que el resto de los países de nuestro entorno se encontraban