De profesión soprano lírico, su Imponente garganta le ha permitido recorrer el viejo continente desde el Teatro Lírico de Europa a la Piccola Scala de Milano.
Cvetelina destila optimismo en sus palabras. Asegura que "las circunstancias a veces te sorprenden y cuando las cosas no van bien tienes que cambiar tu forma de vida. Conocía España de antes, de haber cantado muchas veces aquí, me gustaba mucho el clima y la gente. Quería empezar una nueva vida aquí y demostrar mi talento como cantante". Así define las razones que le llevaron a elegir nuestro país como lugar para seguir su discurrir vital.
Tras más de doce años sobre los escenarios más importantes de Europa, la vida se ve y se lleva de otra forma. Ella es un claro ejemplo de ese espíritu de superación de una mujer que tuvo que rehacerse así misma cuando estaba en lo más alto del panorama lírico internacional. "Cuando empecé mi carrera las cosas estaban muy bien.
Tuve muchos éxitos. Antes de terminar ya tuve muchas ofertas. Primero en la ópera de Pleven, mi ciudad materna, luego en Sofía en la Opereta Nacional de Sofía donde estuve cantando dos temporadas. Luego, participé en un concurso internacional de cantantes jóvenes para el Teatro Lírico de Europa y la Piccola Scala de Milano. Gané el concurso y ahí comenzó mi verdadera carrera como cantante por todo el mundo entero. He estado en los mejores teatros líricos de Europa. Mi primer debut como cantante fue en el Teatro de Miramax en Francia, con mi papel de Traviata a principio de los 90", recuerda.
Es la breve sinopsis de una meteórica evolución profesional que se vio truncada con la muerte del director y gerente del Teatro Lírico Europa. "Tuvimos que volver a empezar de nuevo y buscarnos la vida. Yo conociendo España de antes, tenía la ilusión de que éste iba a ser mi sitio", explica mientras sus ojos se iluminan recordando esos momentos. Y haciendo un viaje por el pasado también tiene vestigios almerienses en su memoria. "Recuerdo perfectamente cuando inauguramos el Maestro Padilla con nuestra ópera. Tenía muy buenos recuerdos de Almería, de Roquetas. Tenía ilusión por volver a vivir en esta tierra. La situación en Bulgaria, con una crisis muy profunda, hizo que los líricos tuviésemos muy pocas salidas. Por eso decidí probar en Almería".