hoy, del Olivillo. El proyecto también contemplaba la adecuación de la acequia del Olivillo existente y su prolongación de su longitud en 1.100 m., con una sección de 0,40 m. de ancho por 0,30 m. de alto y un caudal normal de 14 l/s.

Para garantizar el aprovechamiento de la totalidad de los sobrantes del pantano se proyectó la construcción de una presa de 2 m. de altura y 9 m. en planta a la salida del barranco del Pasillo, que serían integrados en la acequia del Olivillo. Las características de esta presa son idénticas a las de los azudes de derivación anteriormente detallados.

La acequia secundaria, o del Moralillo, comenzaría en el partidor antes citado y tendría una sección rectangular de 0,50 m. de ancho por 0,35 m. de altura y una pendiente de 0,05%, teniendo una capacidad máxima de transportar 100 I/s y normal de 801/s. Su longitud prevista era superior a los 2.600 m.

Las acequias de riego estarían jalonadas en todo su recorrido por multitud de elementos singulares como acueductos, tajeas, alcantarillas, sifones, caederos y pasos superiores de caminos, perfectamente definidos en el proyecto constructivo.

Hasta aquí la primera parte de este artículo de investigación que pretende reconstruir la historia del frustrado Pantano del Pasillo de Alhama de Almería, quedando pendientes para futuras entregas cuestiones como el análisis de las labores de explotación y mantenimiento previstas para el pantano, el estudio de la viabilidad económica de la actividad de la Sociedad, la valoración de las obras proyectada y, por supuesto, las distintas visicitudes acaecidas con posterioridad al 15 de diciembre de 1909, día en el que se elevara una instancia al Ministro de Fomento solicitando la concesión para construir en el término municipal de Alhama, y en concreto en el paraje conocido como Angostura del Pasillo, un pantano de 603.970 m3 de capacidad, destinado al embalse de agua para riego. Y de eso... hace ya un siglo.