"MI sueño sería abrir una academia de canto aquí y enseñar todo lo que yo sé. Ahora mismo es muy complicado pero espero que la cosa mejore. En Madrid y Barcelona si hay academias de este tipo pero en Almería no".
Pero su gran sueño es otro. A parte de actuar, Cvetelina posee el título Superior de Pedagogía del Canto, cuya homologación para España obtuvo en 2004 por parte del Ministerio de Educación y Ciencia. "Mi sueño sería abrir una academia de canto aquí y enseñar todo lo que yo sé. Ahora mismo es muy complicado pero espero que la cosa mejore. En Madrid y Barcelona si hay academias de este tipo pero en Almería no. Hay mucha gente interesada en aprender canto lírico".
Mientras eso sucede, Cvetelina sigue irradiando positivismo, esfuerzo y ganas de seguir hacia adelante. Algo que ha provocado, a su juicio, que "siempre que hay una fiesta en Alhama me llaman para que cante. Yo di hace tiempo dos conciertos en la iglesia. La gente está acostumbrada a escucharme y aprovechan cualquier ocasión para invitarme", señala mientras sonríe.
"Alhama es mi segundo hogar", repite de forma incansable durante el transcurso de la entrevista. "Donde he recibido más cariño, más posiblemente que en mi propio país", concluye.
Unas palabras que demuestran el afán de superación de una mujer que supo adaptarse a los acontecimientos que le iban sobreviniendo y un claro ejemplo de integración social. Esos son los avatares de una alhameña llamada Lina que disfruta cada día paseando por la Huerta Rosalía con su marido y su hijo mientras recuerda su papel de Mussetta en la obra 'La Boheme' de Pucchini en algún teatro de la vieja Europa ataviada con lujosos y recargados trajes de época. Sensaciones fugaces para una voz que ya se ha convertido en parte de la banda sonora de Alhama.