EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 25 | Nicolás Salmerón y Alonso, 1908-2008 |
Don Nicolás...
- Abuela cuéntame otra vez ese cuento tan bonito, esa historia que habla de aquel hombre al que tanto queríais, ese hombre que lo dio todo por vosotros, cuéntame otra vez la historia de Don Nicolás Prados Benítez. - ¡Ay madre mía!, cuanto queríamos nosotros a ese hombre y no sólo nosotros, todo el mundo, ¿tú sabías que llegó a ser director de la Escuela de Artes y Oficios de Almería? todavía hoy se puede ver el retrato que le hicieron y que está colgado en uno de los salones de la escuela. - Si abuela, eso si me lo habías contado antes, lo que nunca me has contado es ¿por qué siendo vosotros de Granada acabasteis viviendo en Almería? - Tu bisabuelo era un hombre importante en el mundo de la artes, no sólo en Granada, donde el Ayuntamiento y la Diputación le concedieron varios premios, sino en otras ciudades y como consecuencia de ser profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Granada lo llamaron para que ocupara el puesto de director de la Escuela de Artes y Oficios de Almería y por este motivo nos tuvimos que trasladar. Vivimos unos años en Almería, hasta que por avatares de la historia tuvimos que volver por culpa de la guerra. - ¿y le dieron muchos premios, abuela? - Le dieron bastantes, sobre todo, en las exposiciones en las que exponía sus obras, pero hay un galardón de entre todos los que le dieron, que le tenía un cariño especial. - ¿Y qué premio era ese? - Uno que premiaba aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redundaran en beneficio de la Nación o que contribuyeran, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de España con el resto de países la comunidad internacional. A tu bisabuelo Don Nicolás le concedieron la Cruz de Isabel la Católica.
- ¿Y por qué volvisteis a Granada abuela? - Tu bisabuelo era director de la Escuela de Artes y Oficios de Almería cuando estalló la guerra civil y un buen día, mi hermana Conchita, se puso enferma y mi padre, don Nicolás, decidió llevarla a Granada a que la operasen y como él siempre viajaba con toda su familia fuese para lo que fuese, mi madre nos hizo a todos las maletas y nos fuimos a Granada temporalmente hasta que mi hermana fuese operada y se recuperase, hasta aquí todo parece normal pero, cuando semanas después de llegar a Granada nos enteramos de que el ejercito rojo había tomado Almería, nos dimos cuenta de que si no hubiese sido por la enfermedad de mi hermana posiblemente los rojos hubiesen apresado a mi padre y quien sabe si no lo hubiesen llegado a matar, dado el cargo que ocupaba.
Y ustedes dirán..., pero esta historia ¿Nada tiene que ver con nuestro ilustre alhameño Don Nicolás Salmerón y Alonso? y yo les tendría de dar la razón... pero a medias sólo. Gracias a la conmemoración del centenario de la muerte del que fuese Presidente de la Primera República Española se me ha dado la oportunidad de que ustedes conozcan un poquito de otro don Nicolás, a lo mejor no tan importante como el primero, pero para mi, su biznieto me ha llenado de orgullo poder investigar y estudiar la vida de mi bisabuelo Nicolás. Y se preguntarán ¿Qué relación tenía este señor con Alhama y sobre todo con Don Nicolás Salmerón? pues bien, les contaré un poco más acerca de mi bisabuelo. Nicolás Prados Benítez nació en Gójar (Granada) en el año 1885 y desde muy pequeño mostró claras aficiones por el arte y más concretamente por la escultura. Muy pronto entró a formar parte de los talleres del maestro Ojeda donde depuró su técnica como escultor. Con el paso de los años empezó a presentar obras suyas a exposiciones y a ganar premios, como ya nos ha contado mi abuela; una de sus obras mas reconocida de esa época es El tiempo adelantando las horas y con la obra La Justicia fue premiado en la exposición de Bellas Artes y Artes Industriales de Granada. No tardó en destacar y se convirtió en profesor de la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal y profesó las disciplinas de modelado y elementos de historia del arte, hasta llegar a ser director de la Escuela de Artes y Oficios de Almería como nos han contado antes. Pero será por otra de sus obras, por la que le llegará la relación primero con Alhama y después con Don Nicolás Salmerón. Corría el año 28 del siglo XX cuando recibe el encargo de realizar un busto de una autoridad de renombre, de un hijo de Alhama que había ocupado cargos de gran responsabilidad en el gobierno de España. El pueblo entero había aportado dinero para la escultura y deciden encargar a Don Nicolás Prados Benítez la realización de la obra. Fue en el invierno de 1928 cuando se coloca el pedestal que soportará el busto, hecho en bronce, del que fue Presidente de la Primera República Española, Don Nicolás Salmerón y Alonso, en el Paseo de la Libertad, junto a la casa y huerta donde vivió en Alhama de Almería. Todavía hoy, mi abuela, recuerda el día que su padre la llevó a un remoto pueblecito, a la inauguración de una obra suya, que había hecho sobre un señor muy importante y como autor del busto, fue recibido con todos los honores por todos los alhameños de la época, e incluso, revive como la familia de Don Nicolás Salmerón, sus hijas y nieta, los invitaron a comer en su casa en agradecimiento a la obra realizada. Hoy, cien años después de la muerte del celebre político, me ofrecen la oportunidad de poder investigar la vida de mi bisabuelo Nicolás Prados y poder acercarla a los vecinos de Alhama, que con tanto orgullo hablan de su busto, sin llegar muchas veces a conocer su procedencia. |