El agua, la secular falta de agua en Alhama, ha sido su endémico problema. Pero también el agua se ha constituido en  su seña de identidad por excelencia. Existe una perfecta simbiosis entre este elemento natural y el propio pueblo. Ya su nombre lo significa: Alhama, lugar de aguas con características especiales. Se trata de aguas calientes, aguas dotadas de propiedades curativas que han hecho de ella un espacio singular en la red de centros de balneoterapia de la geografía andaluza. Sin embargo, ya desde siglos atrás el agua ha sido esquiva con Alhama, tanto, que durante casi cuatrocientos años Alhama llevó añadido el sobrenombre de La Seca, porque, efectivamente, la falta de agua ha sido el problema recurrente en la historia del pueblo.

Al abordar la problemática que generó en el transcurso de los siglos la falta de este preciado líquido dedicamos el artículo central de este número de El Eco de Alhama, que se inicia, en esta primera parte, con el terremoto de 1522 que nos dejó un pueblo sin agua para finalizar en la década de los años treinta coincidiendo con uno de los periodos de crisis económica más agudos de la historia alhameña. Desde aquella fatídica fecha hasta los años sesenta del pasado siglo XX, con el empeño tenaz de Los Decididos, han sido ímprobos los esfuerzos que este pueblo ha realizado por hallar este bien natural origen de la vida. La búsqueda de agua, los proyectos destinados a lograr el preciado líquido fueron una constante en la historia del pueblo. También lo fueron los enconos, las rencillas y los enfrentamientos entre vecinos dada su escasez  y la fuerte especulación a la que se veía sometida por encontrase en manos de unas pocas personas.

Completa este apartado dedicado a la investigación histórica, una imagen panorámica del tejido socioeconómico alhameño en  los años centrales de pasado siglo elaborada a partir de las series impositivas que se conservan en el Archivo Histórico Provincial.

El estudio centrado en la rica variedad de orquídeas que pueblan la Sierra de Gádor pone de manifiesto la riqueza de la flora de esta Sierra al tiempo que nos alerta de la necesidad de su protección y cuidado.

Una vez más, el pasado y el presente se dan cita en entre los contenidos de El Eco. El pasado lo representa el recuerdo de doña Laureana, la maestra de tantas generaciones de niñas alhameñas, que ocupa en esta ocasión las páginas dedicadas a la evocación de personajes entrañables del municipio. Al presente pertenecen la entrevista realizada al joven músico Román Barceló, poseedor de una rica trayectoria artística y de un futuro prometedor, y el trabajo referido a las patologías del tomate, en la actualidad, la hortaliza más relevante del panorama agrícola local.   

Estos y otros artículos conforman este nº 23 de El Eco de Alhama  con el deseo de que su lectura resulte de interés para todas aquellas personas que se acerquen al hoy y al ayer de este pueblo a través de sus páginas.

Finalmente, aprovecho la oportunidad para expresar nuestra felicitación a la nueva corporación municipal que acaba de ser elegida democráticamente en las urnas y también el agradecimiento, por su intensa colaboración con El Eco de Alhama y con la Asociación Cultural, a la Corporación saliente. Particularmente, deseo agradeceros, de todo corazón, el afecto y el calor que me prestasteis con vuestra presencia durante el acto de presentación del libro sobre la historia de Alhama, que no es sino nuestra historia como pueblo.