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Turismo
Cultural en la Alpujarra Almeriense: la necesidad de
desarrollar un turismo respetuoso y de valorizar un
patrimonio centenario.
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Flore
Fumery : Master
en Cultura y Comunicación Internacional por la Universidad
de Nantes (Francia) |
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Introducción al concepto de "Turismo Cultural"
El concepto de "turismo cultural" es nuevo. Tradicionalmente,
el turismo se consideraba como una actividad cultural y se
definía como tal. Hoy día, han surgido varios turismos que
algunos denominan "el Nuevo Turismo": el turismo verde, el
turismo rural, el turismo ecológico, etc. entre ellos, el
turismo cultural. Este turismo se basa en el descubrimiento
del patrimonio y del ambiente de una determinada comarca.
Además, es un turismo respetuoso con el medio ambiente.
El Turismo Cultural como alternativa al modelo tradicional
de "sol y playa"
Como acabamos de decir, el turismo cultural es un tipo de
turismo nuevo que se aleja mucho del modelo tradicional de
oferta turística "sol y playa" que tuvo su éxito en España
a partir de los años 60 y 70. Hoy día, la demanda de este
tipo de turismo ha bajado y nos ha demostrado sus límites
como modelo (creación de puestos de trabajo pero a corto plazo,
construcciones masivas que han destruido el medioambiente,
subida de los precios, contaminación, etc.). Además, hemos
de contar con la serie de cambios que, de forma paulatina,
se van produciendo en nuestra sociedad: cada día las
personas salen más de vacaciones; estas personas son
más selectivas y están más informadas
y buscan experiencias autenticas y identificadoras. Sin embargo,
se tiene también que considerar que si bien se aprecian ciertos
cambios en los gustos de los visitantes, todavía se mantiene
ese turismo que busca el sol pero que se interesa cada vez
más por la cultura que el lugar elegido le pueda ofrecer (visita
a los centros culturales tales como museos, monumentos históricos,
etc.) y no sólo el irse a la playa para "coger" moreno. Podemos
decir que de hecho buscan "vacaciones inteligentes": según
la OMT (la Organización Mundial del Turismo), el 37 % de los
desplazamientos internacionales corresponden al turismo cultural.
En este sentido, el turismo cultural se ha de entender como
una alternativa al modelo de turismo de "sol y playa".
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Detalle de una puerta
(Abla)
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Horno de las antiguas
minas (Sierra de Gádor)
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Este turismo
se basa en el descubrimiento: pretende ampliar sus conocimientos
a través del descubrimiento del patrimonio y del ambiente
de una determinada comarca. |
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El turismo cultural como experiencia cultural única
El turismo cultural no se puede resumir en la mera visita
de un lugar determinado sino que es una experiencia cultural
única. De hecho, el turista que hace turismo cultural no sólo
quiere viajar a un lugar sino descubrir la identidad de un
territorio (su arte, su historia, su patrimonio, su artesanía,
etc.) la búsqueda de esta identidad tiene una doble dimensión
para él: porque ha venido a descubrir la identidad del "otro"
pero al mismo tiempo, es su propia identidad la que busca
y que le permite volver a sus raíces para conocerse más a
través del otro. Asistimos en un mundo cada vez más global
izado, y constatamos una necesidad de vuelta a las raíces,
una búsqueda de "verdadera autenticidad".
Un turismo cultural en la Alpujarra almeriense: prioridad
en la valorización del patrimonio
La primera vez que descubrimos la Alpujarra almeriense nos
vino a la mente la imagen de otro lugar del norte de África
con sus casas blancas, con terraza y sus calles estrechas
en laberinto. Es una zona encantadora, y con un pasado histórico
milenario.
Tuve la oportunidad de realizar unas prácticas en la empresa
TCL "Turismo Cultural y Lenguas" Alpujarra Almería en el ámbito
de mi carrera y con su directora hemos investigado la comarca,
destacando los lugares de interés turístico para preparar
circuitos culturales. Eso me dio la oportunidad de conocer
la Alpujarra almeriense y el rico patrimonio que tenía.
El patrimonio alpujarreño es un legado hecho de una mezcla
de culturas que se asentaron en la comarca: romanos, árabes
y cristianos y cada una de ellas dejó su marca que todavía
se refleja en la arquitectura de los pueblos y en la vida
cotidiana Es una comarca que no ha perdido su autenticidad
pero, por desgracia, es una zona poco conocida y poco desarrollada
para el turismo.
La puesta en valor turístico del patrimonio alpujarreño:
La conservación del patrimonio no tiene porqué ser del exclusivo
interés de una minoría sino de toda la población. Su valor
es mucho más amplio que el de la mera utilización turística
sino que forma parte de la vida de esa comunidad. Así la conservación
del patrimonio supone también su uso social.
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La conservación
del patrimonio no tiene porqué ser del exclusivo interés
de una minoría sino de toda la población, Su valor es
mucho más amplio que el de la mera utilización turística
sino que forma parte de la vida de esa comunidad. |
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Su puesta en valor turístico supone determinar
tres etapas fundamentales: |
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1.- Fase de identificación y de conocimiento de los
recursos patrimoniales con la finalidad de obtener información
sobre ellos.
2.- Fase de conservación y protección. Es imprescindible
conservarlo y protegerlo (es decir garantizar su accesibilidad
y su mantenimiento) para que pueda ser transmitido a
las generaciones futuras.
3.- Fase de difusión. Supone dar a conocer el patrimonio
tanto a los propios habitantes como a las personas que
nos visitan. La puesta en valor turístico de un patrimonio
determinado requiere la implicación de los agentes sociales:
- Participación de las entidades locales
La participación de las entidades locales ha de pasar
por la puesta en marcha de una serie de medias destinadas
a favorecer esta actividad que podemos resumir en:
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- Centros de recepción o de bienvenida a los visitantes
- Elementos de confort destinados a personas que a lo mejor
tienen otros estándares
- Diseño y señalización de espacios y lugares de aparcamiento
- Colaboración entre los diferentes agentes del turismo local
- Comunicación externa e interna adaptada a visitantes nacionales
y extranjeros.
Los responsables políticos que apuesten por esta modalidad
de turismo deberán cuidar aspectos esenciales que puedan ser
perjudiciales para el desarrollo de este turismo cultural
(la agricultura intensiva que destruye la belleza de los paisajes
por ejemplo, parece incompatible con una actividad turística).
Al mismo tiempo, han de tener en cuenta que aunque la puesta
en valor turístico de un patrimonio responde primero a un
objetivo económico, su realización tiene que ser "culturalmente
correcta": es importante considerar el papel creciente de
todo mensaje afectivo que está relacionado con la oferta cultural
(es necesario destacar imágenes culturales plurales e identificadoras).
- Participación de la población alpujarreña: importancia
de una toma de conciencia individual
Especial valor adquiere la participación de la población
de la Alpujarra alménense: los habitantes tienen que ser los
protagonistas de su proceso de desarrollo.
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Ante todo, es necesaria una actitud más respetuosa
por parte de la población acerca del legado de sus antepasados
y de la conservación del medioambiente más próximo.
Es urgente conservar este patrimonio único, legado de
una mezcla de culturas que se ha ido desarrollando a
lo largo de los siglos.
He tenido ocasión de ver durante mis visitas a esta
Comarca, el poco respeto que manifiestan muchas personas
con este patrimonio. Personas a las que no les importaba
arrojar basuras en "la Puente" que por desgracia no
tenían conciencia de la necesidad de preservar su patrimonio,
fruto de la historia de sus antepasados.
Así, cada uno de los habitantes de la Alpujarra tiene
que entender que su patrimonio cultural es un elemento
de su identidad, un elemento de afirmación colectiva
y sobre todo, algo digno de ser preservado y transmitido
a las generaciones futuras.
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El sentimiento de pertenencia a una "identidad alpujarreña"
El turismo cultural en el sentido de "identidad local" se
constituye en un elemento de gran valor en cuanto que puede
aporta: - Constituirse en un argumento válido para desarrollar
un sentimiento de pertenencia y de afirmación a una
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identidad la cual podríamos definir como "identidad
alpujarreña" por parte de los habitantes. Participar
en la definición de una imagen que singulariza, posiciona
y da a conocer la zona de la Alpujarra almeriense. Participar
en la creación de un producto patrimonial y turístico
que se convierta en foco de atracción para los habitantes
y visitantes. Contribuir a desarrollar puestos de trabajo
e impulsar la oferta turística.
El Turismo Cultural como "toma de conciencia europea"
Respecto al turismo cultural, la Comisión Europea en
Bruselas tienen objetivos sencillos y claros: la valorización
de los patrimonios, del desarrollo local y de la defensa
de los consumidores. Además, el turismo cultural tiene
un papel importante en cuanto a la interacción entre
turismo y cultura: este acto cultural basado en la movilidad
y que pasa a formar parte de la conciencia y de la ciudadanía
europea. Ante todo, el turismo cultural nos enseña el
respeto al patrimonio y supone un cierto avance en comportamientos
cívicos.
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A modo de conclusión, pienso que la Alpujarra almeriense
tiene un potencial que permanece sin explotar. Es una comarca
que tiene muchos recursos turísticos: paisajes maravillosos
y singulares, un patrimonio histórico único en Europa, una
gastronomía singular y una población acogedora.
La implantación de este recurso económico permitirá luchar
contra la despoblación de los pueblos de la Alpujarra almeriense,
reequilibrar el crecimiento dentro de la comarca y favorecer
el desarrollo local con la creación de puestos de trabajo.
Aunque no tenemos que olvidar los efectos perversos de un
turismo de masas que podría tener consecuencias negativas
para la comarca como pueda ser la pérdida de su autenticidad.
Es por ello que la implantación de este recurso ha de pasar
por el diseño del modelo, por la evaluación de posibles incidencias
y, fundamentalmente por la elección conjunta de responsables
institucionales y de los propios habitantes del modelo de
turismo a implantar.
El turismo cultural, más que un medio de poner en valor turístico
un patrimonio para desarrollar la economía, tiene que ser
entendido como una manera de proteger el propio patrimonio
y su identidad.
Creo que se puede crear un turismo respetuoso para que la
Alpujarra Almeriense siga desarrollándose pero, conservando
su patrimonio, su tranquilidad, sus paisajes y su autenticidad
alpujarreña.
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Así, cada
uno de los habitantes de la Alpujarra tiene que entender
que su patrimonio cultural es un elemento de su identidad,
un elemento de afirmación colectiva y sobre todo, algo
digno de ser preservado y transmitido a las generaciones
futuras. |
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