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Eusebio Rodríguez Padilla:
Doctor en Historia. Grupo de Investigación "Estudios
del Tiempo Presente" |
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Actuación política , procesamiento
y muerte de
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CAYETANO MARTINEZ ARTÉS
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En los comienzos de
los años treinta surgen en la provincia de Almería
una serie de prohombres progresistas, que hacen valer
su carisma para superar las contrarias estructuras
sociales y cuando llegan a ocupar puestos de importancia
en la estructura de poder republicana u ocuparon algún
cargo de relevancia se aplicaron en la consecución
de logros sociales para los componentes de su propia
clase social, que no habían sabido, o podido, desasirse
de las ataduras que imponía la estructura tradicional
de trabajo y sometimiento a los detentadores de los
medios de producción. Uno de estos hombres fue Cayetano
Martínez Artés.
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Datos biográficos |
Cayetano Martínez Artés nace en la localidad almeriense de
Alhama de Salmerón en el año de 1900, era hijo de Antonio
Martínez y Olalla Artés que tuvieron diez hijos, de los que
Cayetano era el cuarto de los hermanos y entre los que se
encontrarían cuatro mujeres. De familia de agricultores, sus
hermanos siguieron la tradición familiar y se dedicaron al
cultivo de la tierra de la que eran propietarios de algunas
parcelas y a la exportación de uva (1), a excepción
de Cayetano que decidió cursar estudios de bachillerato y
optar a un puesto entre el funcionariado estatal.
Cuando acabó sus estudios se le presentó la oportunidad de
opositar a Correos, consiguiendo sacar una plaza de oficial
siendo destinado a Bilbao, donde comenzó su carrera laboral
y se casó en 1928 con novia de siempre María Teresa López
Granados. Transcurrido el tiempo se le ofrece la posibilidad
de permutar su plaza de Bilbao con la otro compañero vasco
que estaba destinado en Canjáyar, lo que llevó a efecto en
1931. Fue en esa localidad almeriense donde nace su primer
hijo, Antonio; luego tendría tres más llamados Nicolás, Olalla
y Cayetano. Al poco tiempo de obtener su plaza en Canjayar
traslada su residencia a Almería, a la calle Rafaela Jiménez
nº 1 y fue allí donde iba comenzar a dar sus primeros pasos
en la política y donde seguiría teniendo fijado su domicilio
familiar a la finalización de la guerra.
Aunque, durante un periodo de la guerra y más
concretamente desde enero de 1937, debido a los bombardeos
de la capital almeriense por la marina nacionalista, trasladó
su residencia familiar a la barriada de La Cañada, que estaba
situada en las afueras de la capital hacia el Levante, donde
ocuparía la parte baja de una casa cortijo. La primera estancia
en esta localidad fue breve, ya que en febrero de 1937, ante
el temor de avance de las tropas franquistas tras la caída
de Málaga, la posible ocupación de la capital almeriense y
los bombardeos hacen que decida trasladar a toda su familia
a Barcelona donde iban a permanecer hasta mayo del mismo año,
fecha en la que decidieron volver de nuevo a la casa cortijo
de La Cañada, al no producirse la temida ocupación de Almería
y teniendo que sufrir los mismos o peores bombardeos en la
capital catalana.
En un sentido más íntimo podemos afirmar que
durante toda su vida tuvo dos grandes pasiones que fueron
su familia y la caza. Esta afición, sin duda, heredada de
su padre (2) la siguió practicando hasta en el periodo
de guerra. Tampoco perdonaba, siempre que se le presentaba
la ocasión, la degustación de un buen tabaco y el café.
En cuando a su carácter un informe de la Guardia
Civil dice que "era un individuo de carácter reservado en
familia y ante los vecinos, en su domicilio se relacionaba
poco, solamente se observaban las visitas de un tal Vizcaíno
Vita y José Fernández Doris, presidente que fue de la Cámara
Oficial Uvera." (3) Como podemos apreciar de este mismo
documento Cayetano Martínez era un hombre familiar, que gustaba
de estar con sus amigos; pero no era amante de la notoriedad
y grandes alharacas.
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Actuación política |
Cuando ingresa en Correos, como oficial tercero, se afilió
al Sindicato de Correos de la UGT y en junio de 1931, al poco
de proclamarse la República, lo hace en el PSOE. En 1932 fue
presidente de la Agrupación socialista de la capital, cargo
que ocuparía durante cinco meses. En 1933 fue contador en
la misma agrupación socialista y en diciembre de 1936 fue
designado Secretario General, cargo que ocuparía hasta 1939.
También estuvo afiliado al Socorro Rojo Internacional de Almería,
donde ocuparía el puesto de presidente durante toda la guerra.
(4)
Su ascenso a primera figura política se produce cuando se
proclama el levantamiento militar en la capital almeriense.
Esto fue como consecuencia de que al comienzo de la sublevación
el Diputado Provincial Gabriel Pradal ideó la formación de
un órgano que integrara los poderes en la capital almeriense,
dando lugar a la creación del Comité Central Antifascista,
que fue llevado a efecto en los primeros días de julio de
1936 y de cuyo comité fue nombrado presidente. También fue
vicepresidente del Consejo Provincial (5) y aunque
la presidencia oficial correspondía al Gobernador Civil de
la provincia, en la práctica ésta era delegada en el vicepresidente.
Este puesto de máxima responsabilidad política fue ocupado
hasta el final de la guerra civil por Cayetano Martínez Artés.
Otro cargo ostentado fue el de Presidente del Comité Permanente
del Frente Popular.
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Como oficial
tercero, se afilió al Sindicato de Correos de
la UGT y en junio de 1931. al poco de proclamarse la
República, lo hace en el PSOE. |
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La sublevación militar y el periodo de guerra
en Almería |
El testimonio que poseemos de la actuación de Cayetano Martínez
Artés ante la sublevación militar en Almería, es el resultante
de la declaración realizada ante la Guardia Civil que había
procedido a su arresto. En este atestado Cayetano declaró
que cuando se produjo la promulgación del Bando de Guerra
en Almería el día 21 de julio de 1936, él permaneció en su
casa hasta las siete de la tarde, hora en la que fue a la
oficina de Correos, con la idea de cambiar impresiones de
lo sucedido con sus compañeros, cosa que no pudo hacer por
encontrarse estas oficinas cerradas. Ante este contratiempo
decidió regresar a su domicilio.
Siguiendo su propio testimonio, añadió que el día 22 de julio
de 1936 fue requerido por Rafael García (PSOE) para que se
presentara en la Federación Socialista, donde se iba a constituir
el Comité Central Antifascista. Que sería formado a los dos
o tres días, una vez reunidas todas las organizaciones políticas
y sindicales y designados cada uno sus representantes. En
una primera designación resultaría elegido Cayetano Martínez
como vocal y en una reunión posterior, lo fue como presidente.
(6)
El Comité Central Antifascista fue un poder paralelo al del
Estado, que hasta ese momento había estado representado en
la provincia por el gobernador civil. Ese Comité Central nació
con la intención de controlar la retaguardia en todos sus
aspectos, ocupando un abanico de sectores donde podemos encontrar
desde los abastecimientos a las prisiones.
Aunque hemos visto anteriormente que en la constitución del
primer Comité Central se encontraban militantes, éstos no
se incorporaron desde un principio a éste, aunque si lo hicieron
a los pocos días.
Como hemos podido apreciar las tareas asumidas por el Comité
Central fueron muchas y de toda índole, aunque la idea principal
que motivó su formación fue la moderación de la actuación
revolucionaria, según las palabras de Cayetano Martínez, "la
actuación del Comité consistía en ir encauzando el Movimiento
revolucionario, hasta que el Gobierno diera disposiciones
y tuviera los medios coercitivos suficientes para evitar toda
clase de desmanes que se pudieran cometer." (7)
Auque, como hemos visto, el Comité Central se creó y organizó
con unas finalidades distintas, lo cierto es que una porción
del mismo constituyó el Comité de Presos y fueron éstos los
causantes de una parte importante de la represión de retaguardia
ejercida en la capital almeriense y ofrecieron una cobertura
propagandística a los rebeldes para ejercer su acción represora
a la finalización de la guerra. Tras la entrada y toma de
poder en la provincia almeriense, apoyándose los sublevados
en las muertes producidas en la retaguardia, como era habitual,
hicieron responsable de toda esa represión a la totalidad
del Comité Central y muy especialmente a su presidente Cayetano
Martínez Artés.
Es el propio Cayetano el que nos da la información de lo
sucedido en esos primeros días de excitación revolucionaria
y la actuación del Comité Central cuando dice "...que en los
primeros momentos casi pudo conseguirse este objetivo, evitando
el saqueo de establecimientos, que el pueblo quería hacer.
Con los detenidos de derechas se siguió un procedimiento benigno,
siendo puestos en libertad a los pocos días de ser detenidos,
casi en su mayoría, así como a la Guardia Civil, que en muchísimos
casos fueron puestos en libertad y mandados a sus pueblos
respectivos; que después, y ante la llegada a Almería de unas
partidas de Málaga, que se titulaban Panchos, que venía con
el único objeto de asesinar gente en la retaguardia de los
que ya estaban detenidos..." (8)
Tenemos noticias de su resuelta oposición a la comisión de
violencias en las personas de derechas, e incluso el propio
Cayetano nos lo recuerda "...que a esto me opuse resueltamente,
hasta el punto de que un día que quería ir al barco, constituido
en prisión, mandé allí a un miliciano de confianza para que
lo evitara a todo trance, produciéndose un incidente entre
los que quería asaltar el barco y los que lo defendían..."
(9) Cuando declaraba esto en su interrogatorio ponía
de testigos de lo sucedido a los propios presos de derechas
que se encontraban en las bodegas del barco prisión. Si bien
ninguno fue llamado a declarar en esta causa.
El presidente del Comité Central pudo contener los excesos
de los exaltados justo hasta que llegó al puerto de la capital
almeriense el cañonero Jaime I, con una gran dotación de hombres
a los que las autoridades gubernamentales y el Comité Central
no pudieron oponerse, debido a la aplastante fuerza militar
que podían desarrollar y la resuelta decisión de su comandante
de hacerlo si fuera necesario. Nos cuenta Cayetano Martínez,
que la primera visita que recibieron del comandante del navío,
tanto al gobernador civil como a él mismo fue para amenazarles
con asesinarles por fascistas.
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En 1933
fue contador en la agrupación socialista y en
diciembre de 1936 fue designado Secretario General,
cargo que ocuparía hasta 1939. |
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Con motivo de la presencia de la dotación del Jaime I y la
estancia en la capital almeriense de los grupos conocidos
por "Los Panchos" venidos de Málaga, el Comité perdió la capacidad,
o desistió, de controlar que no se produjeran abusos contra
las personas o las cosas. Otra vez nuestra fuente es el propio
Cayetano, "se formó un ambiente que me consideré imposible
de contener." (10) Ante esta situación el presidente
del Comité planteó a sus compañeros en el PSOE que no podía
compartir la responsabilidad, así como ninguno de los miembros
del partido, de lo que sucediera y propuso el abandono de
los puestos del Comité Central Antifascista.
Esta dimisión no se llevó a efecto, por una parte por la
petición realizada por algunas familias pudientes de Almería
y por otra porque "ante la situación tan difícil porque atravesaba
Almería y teniendo en cuenta las manos en que iban a quedar,
era preferible quedarse, poniendo todos nuestros medios para
evitar lo que se pretendía." (11)
La situación continuó complicada porque en aquellos momentos
se producían muertes de personas por el Comité de Presos,
de las que Cayetano Martínez manifiesta "no haber tenido noticias
hasta después de haberse producido y cuando tuvo información
con antelación siempre intentó evitarlas." (12) Aunque
se había propuesto no abandonar el Comité Central, para que
la situación no empeorara, en muchos momentos se vio tentando
de abandonar su puesto por el desaliento e impotencia que
sentía ante la actuación de algunos de sus compañeros del
Comité de Presos.
En su continua lucha por evitar desórdenes en la provincia
Cayetano Martínez creyó que si se encauzaba la actuación contra
los desafectos a la República a través de la Justicia Especial
podía de esta forma eliminarse la actuación particular de
grupos incontrolados, por este motivo cuando se hubieron constituido
los Tribunales Populares, "habló con los magistrados de Almería
que habían de formarlo, como eran los señores Salcedo, Higueras
y Saltús, que les hizo ver la terrible situación de Almería;
que la gente estaba dislocada y que la única manera de evitar
en parte lo que estaba ocurriendo era que se constituyera
dicho tribunal y actuara con urgencia..." (13) Lo que
pretendía Cayetano Martínez era que actuara la Justicia, para
dejar sin argumentos a los violentos y poder así comenzar
la recuperación del poder por parte del Estado.
Solo sería con la llegada del gobernador Gabriel Morón y
con las medidas de fuerza adoptadas por éste que se conseguiría
lo que estaba intentando Cayetano Martínez desde el mismo
día de producirse la sublevación militar en Almería. La desaparición
del Comité Central significó la recuperación del poder por
parte de las autoridades estatales en la figura del gobernador
civil. El Comité Central quedó entonces como un mero organismo
informativo, lo que determinó su decline y desaparición progresiva,
hasta hacerse efectiva a mediados del 1937.
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La huida de Almería. |
Cayetano Martínez Artés siempre se había negado a abandonar
la capital almeriense, por considerar que su actuación no
había sido en nada delictiva. Como hemos podido comprobar
con anterioridad tenía hermanos en las Islas Británicas, donde
pudo haberse exiliado sin ningún problema antes de que la
situación se hiciese imposible al final de la guerra. Pero
su intención fue siempre el permanecer en España.
En sus manifestaciones en el juzgado militar nos confirma
este hecho "en todo momento pensó no abandonar Almería, como
lo podía demostrar por distintos requerimientos de dos hermanos
que tiene en Londres, para que se marchara allí y que únicamente
intentó hacerlo temiéndole a la situación que pudiera producirse
en los primeros momentos de la entrada de las tropas del Generalísimo
en Almería." (14)
Pero llegado el final de la guerra, viendo que los compañeros
intentaban salir de España hacia el exilio, se iba a dejar
llevar por la inercia general y el miedo a la actuación de
las tropas franquistas a su entrada en Almería, y junto a
tres compañeros intentaban la salida de España por el puerto
de Alicante.
Sobre este episodio nos habla Cayetano Martínez "que ellos
su primera intención fue marcharse fuera de España... para
lo cual al llegar a Murcia vieron que era imposible el salir,
pues ya las autoridades nacionalistas se había hecho cargo
de la capital..." (15) Al resultarles imposible la
continuación del viaje hacia Alicante, entregaron sus armas
a las autoridades de Murcia y decidieron regresar a la provincia
almeriense y esperar expectantes los días venideros. Con esta
sensación continuaron viaje y al llegar al empalme de Overa
cogieron la carretera general de Baza y por ésta se internaron
en la sierra. Así, en los últimos días del mes de marzo de
1936, sin poder precisar la fecha exacta, Cayetano Martínez
Artés se encontraba viajando, en un vehículo de dotación del
Cuerpo de Carabineros de Almería, que les había sido facilitado
por éstos y que era conducido por un tal Francisco Mateo,
junto a otros tres compañeros por la Sierra de Filabres.
Las tres personas que le acompañaban en su huida a ninguna
parte eran Manuel Alférez Samper (16), José Martínez
Navarro (17) y un agente de policía llamado Fenoy,
del cual no hemos podido encontrar más datos. Sabemos de la
presencia del grupo en las poblaciones de Tahal, Macael y
Olula del Río y en esta última población estuvieron en el
cortijo "El Fraguero", donde vivía Juan Duarte Sorroche, lugar
en el que dejaron una maleta (18) y un maletín, que
fueron recogidas a los tres días por una persona montada en
una caballería, manifestado que las recogía de parte de Cayetano
Martínez.
Fue en el "Fraguero" donde decidieron separarse, y cada uno
tomó el camino que creyó más conveniente o seguro. Cayetano
decidió dirigirse a un lugar conocido de recuerdos agradables
y ocultarse junto a su hermano Alfredo en Olula del Río, concretamente
en el cortijo "Las Monjas", que era propiedad de la familia.
Búsqueda y detención. Como consecuencia de la denuncia presentada
ante la Guardia Civil de Almería por la Auditoría de Guerra,
se comienzan las investigaciones conducentes a determinar
su localización para la obtención de su detención. De esta
misión se encargó la Guardia Civil, dado que contaba con una
Unidad Militar, mandado por un sargento de este Instituto
Armado, con la especial misión de la captura de los requisitoriados
y huidos. El 20 de abril de 1939 este sargento va a comenzar
las actuaciones encaminadas a la captura del ahora fugitivo
Cayetano Martínez Artés.
En el atestado confeccionado para su detención iban a figurar
cargos como que había sido presidente del Comité Central Antifascista
de Almería y presidente del Frente Popular, así como se le
hace responsable de, y copio literalmente, "innumerables asesinatos
y desmanes." Como era habitual al representante político de
una localidad se le hacía responsable de todos los hechos
ocurridos en su demarcación territorial.
El sargento jefe del equipo de captura de requisitoriados
obtiene noticias de que se encontraba escondido en la Sierra
de Filabres. Con esta información, el sargento y varios guardias
civiles se trasladan al lugar de la sierra donde la delación
decía se encontraba Cayetano Martínez Artés. Al llegar a la
zona recibe ayuda de diferentes personas que le indican "que
en los últimos días de marzo, junto a otras tres personas,
en un vehículo habían estado en Tahal con dirección a Macael
u Olula del Río." (19) Sabiendo la Guardia Civil de
la existencia de la propiedad de un cortijo en la última localidad
que pertenecía a la familia de Cayetano Martínez, sin perdida
de tiempo se desplazó hasta el lugar donde se encontraba el
cortijo, se le buscaría durante todo el día y cuando ya era
noche, sobre las 22.00 horas, fue encontrado, no sabemos como,
escondido en una cueva en forma de acequia, siendo detenido
por los números de la Guardia Civil y conducido a la capital.
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Cayetano
Martínez creyó que si se encauzaba la actuación contra
los desafectos a la República a través de la Justicia
Especial podía de esta forma eliminarse la actuación
particular de grupos incontrolados. |
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Procesamiento |
Como hemos tratado en la publicación de este autor La represión
franquista en Almería 1939-45, según el esquema ideológico
de Nuevo Régimen, la ostentación de un cargo político, sindical
o institucional en periodo republicano, ponía de manifiesto,
o probaba en su contra, la identificación ideológica con la
República y esto conllevaba la imputación del delito de Rebelión
en el grado máximo, el de Adhesión. Delito cuya pena debía
estar incluida en el tramo que iría desde los 20 años y un
día a muerte.
El régimen surgido de la sublevación tenía un objetivo perfectamente
claro, y este era el borrar la existencia de la República
y de todo recuerdo de que alguna vez existió, lo que representó
y a quienes la integraban de una forma activa, al ser elegidos
por el pueblo como sus representantes. Un sistema, el republicano,
que no se iba a continuar y que debía ser sustituido por el
llamado eufemísticamente "Democracia Orgánica", y que no era
nada más que la máscara de una de tantas dictaduras.
El procedimiento impuesto por la Junta de Estado Mayor,
que había sido extraído del Código de Justicia Militar de
1890 y que fue puesto en vigor, tras haber sido derogado por
la República en 1931, fue el procedimiento Sumarísimo, al
que se le añadió el calificativo de "Urgencia", para facilitar
a los jueces militares la ingente tarea de procesar a la mitad
de España. Con el apelativo de "urgencia" lo que se decía
era que autorizaban a los jueces a no realizar las pruebas
testificales o de otro orden, que pudiesen retrasar la instrucción
del procedimiento. Había que juzgar y hacerlo rápidamente.
También debemos aclarar que el término "Sumarísimo", hacía
referencia a un tipo de procedimiento que era denominado "inquisitorial",
que se caracterizaba porque la acusación predominaba sobre
la defensa; es decir, había que demostrar que se era inocente
y no que la acusación demostrara la culpabilidad del procesado.
La falta de garantías procesales eran evidentes en toda
la instrucción del procedimiento, pero la Justicia Militar
cumplía perfectamente los cometidos para los que había sido
elegida en detrimento de la ordinaria, ejemplaridad, rapidez
y severidad en el castigo.
Tras la finalización de la guerra civil Cayetano Martínez
Artés fue denunciado por "extremista y saqueo", fue perseguido,
detenido y procesado por la Justicia Militar. El procedimiento
Sumarísimo de Urgencia, que le fue instruido a Cayetano Martínez
Artés fue numerado por la Auditoría de Guerra del Ejército
de Operaciones del Sur, que se encontraba ubicada en ese año
en Sevilla, con el 19.340 de 1939.
El órgano judicial arriba citado remitió orden de proceder
contra Cayetano Martínez al Auditor Delegado de los Servicios
de Justicia de Almería en fecha 30 de abril de 1939. Se le
inició el procedimiento judicial el 2 de mayo de 1939.
Para la instrucción sumarial (20) del procedimiento
se designa al oficial 2º del Cuerpo Jurídico Militar Honorario
y juez de Almería José Arenas Arévalo, cuyo juzgado se encontraba
ubicado en el edificio del "Casino". El juez designado nombra
secretario judicial al Cabo de Artillería José Salinas Bermejo;
que por Diligencia dada en Almería el 2 de mayo de 1939 acepta
la designación y manifiesta no tener incompatibilidad para
el ejercicio del cargo.
El mismo día que se nombra secretario, por Providencia del
juez se decreta la prisión de Cayetano Martínez Artés, librando
el oportuno mandamiento al director de la prisión provincial
del Ingenio. También se solicitan los informes preceptivos
de las autoridades del Nuevo Régimen, que como sabemos eran
considerados judicialmente como prueba testifical.
El día 8 se recibe el informe que corresponde a la Comisaría
de Investigación y Vigilancia de Almería, que entre otras
cosas dice "Que cuando el Glorioso Movimiento Nacional hizo
cuanto pudo para su fracaso en esta ciudad... durante la dominación
roja ostentó los cargos de Presidente de la Diputación, varias
veces, Gobernador Civil interino y Presidente del Frente Popular."
(21) De nuevo podemos ver la consideración como delito
de la identificación ideológica con la República, manifestada
en la ocupación de cargos públicos.
El informe de la Guardia Civil le imputa el haber sido presidente
del Comité Central Antifascista desde los primeros momentos
hasta que desapareció dicho organismo y enumera los distintos
cargos políticos ocupados por Cayetano Martínez durante el
periodo de guerra.
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Tras la
finalización de la guerra civil Cayetano Martínez Artés
fue denunciado por "extremista y saqueo", fue perseguido,
detenido y procesado por la Justicia Militar. |
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El 11 de mayo del mismo año se dicta Auto de Procesamiento,
considerando las imputaciones comprendidas en los artículos
237 y 238 del Código de Justicia Militar de 1890 y Bando declarativo
del Estado de Guerra y se ratifica la prisión preventiva,
lo que se le notifica al procesado el mismo día, por el secretario
y se le hace saber el derecho a nombrar defensor entre los
oficiales del turno. Cayetano Martínez no designa defensor,
pero si firma el "enterado" de lo que se le había notificado.
Entre los testigos de cargo podemos encontrar a Andrés Grau
Azorín (22) , que le acusó de haberle incautado maderas
de su almacén por valor de 10.000 pesetas. Según la versión
del testigo, en su almacén de maderas se presentaron, el 28
de septiembre de 1936, unos milicianos que le mostraron un
oficio firmado por Cayetano Martínez y que le exigieron la
entrega del género depositado en el mismo. El testigo mostró
en el acto de la declaración un recibo de lo incautado firmado
por Cayetano como presidente del Comité Central Antifascista
de Almería.
El otro testigo que concurrió a prestar declaración en el
juzgado encargado de la instrucción de la causa judicial fue
Miguel Alarcón Márquez que manifestó que había sido detenido
y encarcela por orden del Comité Central el 23 de agosto de
1936 y que para que fuese puesto en libertad tuvo que satisfacer
una multa de 2.000 pesetas.
Como vemos las dos declaraciones prestadas en su contra
hacen referencia a posibles delitos económicos, que por muy
graves que fuesen nunca podía acarrear la petición fiscal
de pena de muerte. Quizás fuera por este motivo que desde
la fiscalía se le acusaba, sin ninguna prueba fehaciente que
obre en el sumario, de la confección de listas de personas
para ser ejecutadas y posterior saqueo de sus domicilios.
Estos cargos buscaban justificar la petición de la pena capital,
aunque tampoco lo necesitaban, dando un barniz de legalidad
a un proceso que era del todo punto ilegal.
Cuando Cayetano Martínez en el curso de su declaración indagatoria,
prestada el 11 de mayo de 1939, llegó a admitir que fue presidente
de la Diputación, varias veces gobernador interino, presidente
del Comité Central y del Frente Popular. También admitió que
llegó a estampar su firma en las multas que se imponían a
las personas clasificadas como desafectas, que debían abonar
para ser puestas en libertad.
Añadió en esta misma declaración, posterior al Auto de Procesamiento,
que "no recuerda si alguna vez, para que no vieran los marxistas
que se oponía a todos los desmanes permitió el saqueo de algunas
viviendas desalojadas, donde no podía haber peligro para las
personas." (23) En ningún momento, salvo en la acusación
por parte fiscal, se aprecian manifestaciones que le imputen
delitos contra la integridad de las personas o que condujesen
a la muerte de alguna de ellas.
Las actuaciones serían juzgadas por el Consejo de Guerra
Permanente de Almería, que se reuniría el 13 de mayo de 1939,
a las 16.00 horas, para la celebración del Consejo de Guerra.
El mismo día por la mañana son citados por el Tribunal Militar
(24) el fiscal y defensor para el acto de la vista.
A las 9.00 horas se cita al fiscal y se le hace entrega de
la sumaria. A las 12.00 horas, con precisión militar, se le
entrega el procedimiento sumarial al defensor. El mandato
del juez de plenarios se hace en los siguientes términos,
"hágaseles entrega de la sumaria por término de tres horas."
(25)
A la hora señalada, las 16.00 horas el Consejo de Guerra
quedó constituido. Por parte del presidente, el teniente coronel
Alcántara, se procedió a la apertura del acto y dio autorización
para la lectura del apuntamiento e interrogatorio del procesado.
Tras el desarrollo del acto de la vista judicial, el fiscal
en sus conclusiones finales mantuvo la acusación contra el
procesado por considerarlo autor de un delito de Rebelión
Militar, con la concurrencia de circunstancias de agravación
muy cualificadas y solicitó para el procesado fuera condenado
a la pena de muerte y que ésta se ejecutase en garrote vil.
Por su parte el defensor, el teniente Cantero Roldán, entendió
que procedía condenar al procesado a reclusión perpetua por
Adhesión a la Rebelión. Poco margen de maniobra dejó la defensa
al Tribunal. Sólo le faltaba decidir entre prisión perpetua
o muerte.
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La figura
de Cayetano Martínez Artés se corresponde con la de
un hombre honesto dotado de unos grandes valores humanos,
que fue reconocido como tal por sus contemporáneos,
entre los que podemos contar al que fuera gobernador
de Almería Juan Ruiz Peinado Vallejo. |
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A continuación, por parte del presidente del Consejo de Guerra,
fue interrogado el procesado Cayetano Martínez Artés a cerca
de si tenía algo que añadir, a lo que contestó negativamente,
dándose con ello el acto por terminado y el Tribunal se retiró
a dictar sentencia.
La sentencia fue emitida en la misma tarde del día 13 de
mayo de 1939 y en ella se le imputaban, como estaba previsto,
a Cayetano Martínez las muertes y saqueos producidos en la
capital almeriense, además de su pertenencia al PSOE y haberse
puesto al servicio de la República, ocupando diversos cargos
de responsabilidad y sobre todo su pertenencia al Comité Central
Antifascista, donde se afirma emanaron las ordenes y se confeccionaron
las listas para los "paseos" de los detenidos. También mantiene
la sentencia que el acusado reconoce haber autorizado requisas
y saqueos e impuso multas.
El fallo fue de culpabilidad de un delito de Adhesión a la
Rebelión, condenándole a la pena capital y ordenándose en
la misma sentencia que se informara de la misma al Tribunal
Regional de Responsabilidades Políticas para declararle civilmente
responsable en la forma y cuantía que se determinase. La Justicia
Militar no solo se encargaba de quitar la libertad, sino también
informaba a otros tribunales especiales para enajenar los
bienes de los procesados.
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La ejecución de la sentencia. |
Como sabemos, las sentencias emitidas por los Consejos de
Guerra no eran firmes sin la aprobación del Auditor de Guerra.
Esta conformidad es notificada y aprobada en Sevilla el 6
de junio de 1939. Sólo quedaba un último trámite para la salvación
de la vida de Cayetano Martínez; éste era la conmutación por
parte del General Franco de la pena capital impuesta y que
le había sido comunicada para su aprobación. Pero, esta vía
también se agota cuando el 24 de agosto de 1939 se recibe
un teletipo del "Generalísimo", dándose por enterado de la
pena impuesta y ordenando se notifique y ejecute el fallo
recaído. Ya cabía tener ninguna esperanza.
El 6 de septiembre de 1939 la sumaria es pasada al juez de
ejecutorias designado para este trámite, el teniente de Infantería
Domingo Ferreira Rodríguez, con el fin de que procediese a
notificar al reo la firmeza de la sentencia y realizar los
preparativos para su ejecución. Este juez designa secretario
para que le auxilie en su labor, designación que recayó en
el sargento, también de Infantería, Cristóbal Espinosa García,
que acepta la designación el mismo día que le fue entregada
la sumaria al juez Domingo Ferreira.
También en la misma fecha, seis de septiembre de 1939, el
juez de Ejecutorias oficia al Auditor de Guerra de Almería,
interesando la fijación del día, el sitio y la hora en que
debía producirse a ejecución del condenado.La contestación
a ese oficio se realiza, por decreto del Auditor, en el mismo
día, procediendo el juez Domingo Ferreira Rodríguez a trasladarse
a la prisión provincial del Ingenio para notificar al reo
la sentencia. A las 19.00 horas se le notifica la sentencia
por lectura íntegra del texto de la misma. En este mismo acto
le hace saber que entraba en capilla y le requería para que
reclamase los auxilios espirituales.
Esa misma noche fue trasladado al cementerio de San José
de Almería y a las 24 horas fue ejecutado y posteriormente
enterrado en una fosa en tierra, situada en la parte derecha
del paseo central en su cruce con el lateral. La certificación
de su muerto corrió a cargo del médico forense Alipio Fernández
del Campo García. (26)
La figura de Cayetano Martínez Artés se co responde con la
de un hombre honesto dotado de unos grandes valores humanos,
que fue reconocido como tal por sus contemporáneos, entre
los que podemos contar al que fuera gobernador de Almería
Juan Ruiz Peinado Vallejo, y la mayoría de sus compañeros
de Partido. El propio Cayetano en su procesamiento quiso que
se hiciera constar "que no se ha aprovechado en ningún momento
de sus cargos para tener privilegios sobre el resto del vecindario;
que está completamente seguro de no haber cometido ningún
delito y que ha puesto todo su esfuerzo y su inteligencia
en evitar toda clase de desmanes que siempre ha condenado."
Así acababa su vida un demócrata y un hombre de bien, que
lo único que se le pudo probar fue que estuvo siempre a favor
del pueblo y de la República legalmente elegida por los españoles.
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(1) La familia
Martínez Artés trabajaba en la exportación de uva y tenían
una empresa llamada "Cecilio Martínez Artés.
(2) Antonio Martínez, padre de Cayetano
Martínez Artés, murió en una cacería, antes del inicio de
la guerra civil española.
(3) Su. 19.340/39. fechado el 6 de
mayo de 1939.
(4) La Dirección del Socorro Rojo Internacional
en octubre de 1936 estuvo constituida por: Cayetano Martínez
Artés, como presidente; Juan Manuel Bravo Antúnez, vicepresidente;
Juan Peinado Romero, secretario general; Pedro García Alonso,
contador; José Morante Jiménez, tesorero; José Cañadas López,
vocal, Juan Jiménez Carreño, vocal; José Marques Rodríguez,
vocal; Francisco Morales Lupión, vocal.
(5) Creado por el Gobierno de la República
y publicada su constitución el la Gaceta de la República de
25 de diciembre de 1936, constituyéndose en Almería en enero
de 1937.
(6) Según los testimonios obrantes
en la causa que le fue formada para depurar su actuación durante
la Guerra Civil, la composición de este primer Comité Central
Antifascita fue la siguiente: Cayetano Martínez Artés, Ramón
García Ramírez de Arellano y Benito Vizcaíno Vita, por el
PSOE; Pedro Pérez Castillo y Manuel Alférez Samper, por la
UGT; José Torres García y Juan García Maturana, por el PCE;
Juan del Águila Aguilera y Juan Fernández Villegas y otro
(cuyo nombre no consta en las actuaciones), por la CNT-FAI
y JJLL; Ángel Aguilera Gómez, por la JSU.
(7) Su. 19.340/39. Declaración de Cayetano
Martínez Artés, pág. 2.
(8) Su. 19.340/39. ibid.
(9) Su. 19.340/39. ibid.
(10) Su. 19.340/39. Ibid.
(11) Su. 19.340/39. Ibid.
(12) Su. 19.340/39. Ibid.
(13) Su. 19.340/39. Ibid.
(14) Su. 19.340/39.
(15) Su. 19.340/39.
(16) Manuel Alférez Samper, que fuera
alcalde de Almería, fue condenado a muerte y fusilado el 18
de junio de 1939.
(17) José Martínez Navarro, que fuera
vocal en el comité de depuración de la Diputación fue condenado
a muerte y fusilado el 18 de junio de 1939.
(18) La maleta era propiedad de Manuel
Alférez Samper.
(19) Su. 19.340/39. Atestado de la
Guardia Civil.
(20) Recordemos que el procedimiento
judicial Sumarísimo de Urgencia se dividía en dos periodos
bien marcados. El primero el de Sumario, o fase de instrucción
propiamente dicha y el segundo el de Plenario, que a su vez
se dividía en vista o consejo de guerra y resolución del consejo.
(21) Su. 19.340/39.
(22) Andrés Grau Azorín, 38 años, natural
de Cieza (Murcia), casado, comerciante, con domicilio en Almería
en la calle Eguilior, 1 principal.
(23) Su. 19.340/39. Declaración indagatoria
de Cayetano Martínez Artés, pág. 12.
(24) El Tribunal Militar estuvo compuesto
por el teniente coronel Miguel Alcántara Pedrinaci, como presidente;
el vocal ponente sería García Guerrero; los vocales fueron
Navarro López, Pérez Navarro y Martínez Fernández. La acusación
fiscal estuvo a cargo del capitán Borrajo C. Albornoz y la
designación de defensor recayó en el teniente Cantero Roldán.
(25) Su. 19.340/39. Acta de la Vista.
(26) Su fallecimiento fue inscrito
en el Registro Civil del Distrito nº 2 de Almería, al folio
45 en el tomo 14, Sección 3ª de Defunciones.
(27) Su. 19.340/39. pág. 3.
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