EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 21 ENTREVISTA
 

Guillermo Artés Artés

ENRIQUE PÉREZ IBARRA

ESCULTOR

Muchas veces ocurre que en nuestro entorno encontramos a personajes interesantes y la mayoría de la población no sabía de su existencia. Personas que viven en su mundo, su trabajo y su obra, ajenos a la vida cotidiana de nuestro pueblo y relacionados sólo con las personas de su entorno. Este es el caso de nuestro amigo Enrique, a sus treinta y ocho años es ya un artista consagrado, escultor cotizado, cuya obra se puede observar en gran parte del mundo, trabajador incansable, modelando la piedra con la misma delicadeza que un poeta escribe sus versos.

Nace en Almería, en 1968. Su infancia la pasa a caballo entre Berja, pueblo natal de sus padres, donde poseen un cortijo para pasar los fines de semana, veranos, etc., y Almería. También habían tenido cortijos en otros lugares ya que su padre se ha dedicado siempre a la compraventa de fincas y al negocio inmobiliario.

Empieza a estudiar FP, pero allí no encontraba lo suyo, después hizo BUP, tampoco le llenaba y lo dejó. Se dedicó a trabajar en la tierra con su padre mientras estudiaba contabilidad por correspondencia, ya que su padre tenía mucho interés en que no dejase de estudiar, puesto que había que tener una base. En la mili se da cuenta lo importante que era tener algunos estudios pues se pueden ocupar los mejores puestos. Esto le hace plantearse el tema y cuando termina la mili comienza a estudiar administrativo durante un par de años hasta que por fin encuentra lo que le llena y empieza a estudiar en la escuela de artes.

Esto ya si fue una explosión en su vida. Buscaba lo que de verdad le gustaba. No tenía ninguna inclinación por nada en principio. Ya de entrada el dibujo era algo que no se le daba muy bien, pero en cambio el modelado era algo innato en él. Todo lo que se proponía le salía solo.

Prosigue sus estudios en la escuela de artes durante cinco años hasta que termina. Los tres primeros años son de asignaturas comunes y los dos restantes se centran más en la escultura.

 

< Una vez que terminas decides dedicarte plenamente a la escultura.

- Claro desde el momento en que decido estudiar esto, me planteo que quiero vivir de la piedra, vivir de esta técnica. El volumen es muy relativo, un escultor no tiene porque trabajar la piedra únicamente, yo puedo hacer modelado de hierro, bronce, cualquier técnica escultórica.

< ¿Qué te hace inclinarte a la piedra a ti?

- Porque me encanta la piedra. Para mi lo es todo.

< Seguro que el punto de vista que tenemos sobre cualquier piedra es muy distinto de los que no nos dedicamos a esto, al tuyo. Nosotros vemos una piedra como algo muerto, algo que está ahí y nada más. Seguro que tú no.

- Por supuesto, totalmente. Hay un refrán muy extendido que dice "menos da una piedra", pues como ves, para mí no, para mí lo es todo y me lo dan todo. Y tengo la suerte de estar en este pueblo que es una mina de travertino, una mina real.

< ¿Dónde empiezas de una forma profesional a dedicarte a esto?

- Cuando acabas de estudiar, lo primero que haces son prácticas de empresa. Y nosotros tenemos la suerte de tener el centro de la industria de la piedra como es Macael, aquí en nuestra provincia. Allí comencé las prácticas. Me solté un poco. Todo era muy industrial, pero yo siempre tuve mi trasfondo artístico. Cuando acabo las prácticas monto una escuela taller en Almería donde enseñaba a gente que le gustaba esto, hacíamos trabajos diversos, restauraciones, etc. Después un taller ya por mi cuenta donde comienzo a trabajar y por fin hasta que nos compramos la finca de Alhama donde vivo hoy y donde me dedico profesionalmente a la escultura.

 

< ¿Porqué fue venir a Alhama, a esta zona?

- Pues en realidad por la cercanía a Almería, siempre nos ha gustado el campo y Berja quedaba un poco más lejos. Mi padre cada vez conduce menos y queríamos tener un poco de tierra pero que no estuviese muy lejos de Almería. Tuvimos la suerte de encontrar esta finca, que tenía una casa vieja que restauramos y es donde vivo yo. En realidad lo compramos para venirme yo a trabajar aquí. Hacía mis cosas, me las llevaba a Macael, volvía a traer, y de este modo comencé mi andadura. Hicimos varios cortijos para toda la familia y por fin después de varios años tenemos este vergel donde podemos disfrutar de la naturaleza, andando y disfrutando de los árboles. Yo colecciono en mi vida obras de arte, árboles y cactus, de los que tengo más de cien variedades.

 

< ¿Dónde podríamos encuadrar tu estilo?

- Principalmente en el arte abstracto. La abstracción es cuando tú coges una figura y te abstraes de ella. No estás haciendo nada en concreto. Es un arte más conceptual que otra cosa. Mis obras son conceptos de la vida, de la filosofía. Soy muy filósofo. Mi trabajo es más intelectual que mecánico. Yo realizo escultura clásica también por encargo, pero todo es muy mecánico, copiar. La artesanía tiene un valor, pero el arte tiene un valor totalmente distinto. Cualquier escultura como el dragón chino que estoy haciendo ahora puede tener muchos similares pues se copian, pero de cada una de mis esculturas solo hay una y nada más pues las hago de adentro de mí.

 

< ¿Trabajas por encargo?

- Sí, Trabajo de todas las formas, suelo hacer los encargos de clientes que tengo de muchos años que tienen bastante obras mía. Siempre me he nutrido de coleccionistas. Nunca he podido hacer exposiciones pues siempre he tenido todo vendido. Ahora gracias a la colaboración de un amigo estoy guardando algo para poder realizar próximamente exposiciones en varios lugares.

< ¿Cómo es la vida del escultor?

- Dedico todo el día a mi trabajo. Aunque ahora que me muevo en el mundo de la Hostelería, al quedarme con el Emigrante, tengo que perder algunas horas por la mañana y después de mediodía para visitar el Restaurante y atender sus asuntos. El resto del tiempo aquí en mi taller.

 

< ¿Las herramientas que utilizas son siempre eléctricas?

- No siempre. Se aprende con cincel. Con el caballo es muy complicado. Cuando acabé de estudiar yo no había cogido un caballo. El cincel es más manejable, más seguro, más concreto. Con el caballo, por el contrario, tardas más en coger las distancias. Hay que tener más cuidado. Las dimensiones de los discos hacen que tengas que tener mayor cuidado. La piedra es muy delicada. Si se le da un martillazo mal dado a una piedra, le haces una herida que se le introduce hacia adentro. La piedra es como el cristal.

 

< ¿Habrás tenido que aprender con el tiempo los distintos tipos de piedras?

- Claro. Hay una variedad inmensa. Aquí en Alhama es impresionante la cantidad de tipos de piedra que tenemos. El travertino rojo es algo impresionante que no se da en ningún otro sitio. Está formado de materia orgánica que ha sido acopiada por un río. Yo cuando me vine al Alhama no me podía imaginar que me encontraría con tanta piedra y de tantos tipos. Cuando empecé sólo había dos canteras en Alhama y los travertinos no valían para nada. Hoy en día el travertino se cotiza muchísimo.

 

< ¿Cómo lo haces, localizas la piedra primero o la coges al azar?

- Me da lo mismo, si lo necesito la busco, o se coge según caiga.

< ¿A qué escultura le tienes más cariño?

- Si yo te pregunto a qué hijo quieres más, seguro que no sabes qué decir. Pues lo mismo pasa con mi obra, cada cual tiene su significado para mí, unas son más grandes, otras más caras, pero lo que yo quiero expresar está ahí, como si un verso es más largo que otro, o una canción. Cada una es un mundo.

 

 

Y de esta forma continuamos pasando junto a Enrique una tarde agradable en un rincón incomparable del Paraje del Palomar, repleto de árboles y donde se respira arte por todos sus rincones. Deseamos que este "alhameño de adopción" sea reconocido por todos nosotros como lo que es, un artista.