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Manuel
Antonio Rodríguez Martínez. |
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Milano:
La
historia de una ilusión
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Eran los años de la transición española, pero las estructuras
del Antiguo Régimen seguían intactas, el cambio aún no se
había producido. La situación actual todavía era un sueño,
había que luchar para conquistar las libertades, dejar de
ser súbditos para llegar a ser ciudadanos de pleno derecho.
En este contexto nace Milano en el mes de marzo de 1978 como
Boletín mensual de información de la agrupación cultural
del teleclub de Alhama de Almería. En su primera editorial
se decía: "Somos, tan sólo personas, que hemos empezado a
tomar conciencia de lo que cotidianamente sucede a nuestro
alrededor, aquí en nuestra comunidad, que sentimos gran inquietud
por su futuro, y que, conscientes de nuestras limitaciones,
recabamos la ayuda, solicitamos la colaboración o, al menos,
el apoyo moral de todos y cada uno de ustedes".
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Esta frase resume cuáles eran las aspiraciones y las ilusiones
de aquellos jóvenes que iniciamos Milano. Hay quien piensa
que la cultura no soluciona los problemas, pero nosotros pensábamos
que al menos los plantea, los expone, hace a las gentes conscientes
de su realidad y de las injusticias que sufren, las exponen
y las hacen llegar a la conciencia de las personas de buena
voluntad. Y esto es un arma contra la injusticia social y
la opresión ejercida por aquellos que desearían vernos ciegos
y mudos, sumisos y temerosos de su poder.
De aquellas primeras reuniones recuerdo que alguien sugirió
que el nombre del periódico podría hacer referencia al Cerro
de la Cruz, y se acordó poner el antiguo nombre de dicho cerro,
Milano. Nuestra redacción se ubicaba en el salón de actos
parroquial alrededor de la antigua mesa de tenis, donde allá
por los años sesenta tantos niños de la localidad aprendimos
a jugar al ping-pong. Don Luciano abrió las puertas de aquel
salón para que las gentes de Alhama pudiéramos dialogar y
construir nuestro futuro. Aquel primer grupo carecía de un
líder definido, en él las decisiones se tomaban democráticamente
y todos estábamos en el mismo plano y las puertas abiertas
a cualquier persona que quisiera asistir a nuestras reuniones.
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Había que luchar
para conquistar las libertades, dejar de ser súbditos
para llegar a ser ciudadanos de pleno derecho. |
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El grupo crecía, y allí coincidían gentes de todas las edades,
y a todos nos unía una gran ilusión: ser más solidarios luchar
por la libertad y construir un futuro en común.
Desde el primer momento a través de la sección de cartas
se empiezan a recibir las primeras felicitaciones por su puesta
en marcha. Las gentes recibieron con ilusión el primer ejemplar,
y pronto llovieron las suscripciones. Del primer ejemplar
se vendieron 450 ejemplares a 16 pts la unidad. Las tiradas
se estabilizaron alrededor de los 500 ejemplares, y el precio
por ejemplar era de 25 pts, lo que permitía cubrir los gastos
de edición que se generaban.
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Los encargados de su distribución en la localidad, éramos
mi amigo Nicolás Marín y yo. Distribuimos el pueblo en seis
zonas, cuyos originales aún conservo, especificando en ellas
las calles y las direcciones de las personas suscritas. Cuando
llegaba el periódico nos repartíamos las zonas por parejas
y lo ofertábamos también casa por casa a los no suscritos.
En dos o tres horas 12 personas habíamos repartido el periódico.
Los no vendidos se ofertaban en algunos comercios y sobretodo
en la peluquería de Cecilio.
Milano también sobrepasó los límites del pueblo, e incluso
las fronteras del país. De esta sección se ocupaba Miguel
Navarro. Muchos alhameños recibieron con alegría noticias
mensuales de su querido pueblo, e incluso participaron activamente
en el periódico con artículos y cartas.
El ser humano continuamente se renueva y aprende, pero cuando
se es joven las experiencias dejan una huella más profunda.
El ejemplo de dedicación desinteresada, que yo viví de primera
mano, la generosidad y las ansias de libertad de aquellas
personas maduras del grupo me impactó positivamente, y cada
vez lo valoro más y consigue que mi cariño por Alhama no decrezca.
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Ante la ausencia de
oposición en el Ayuntamiento, Milano fue considerado
por muchos como la oposición política
al poder establecido. |
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Los miembros más jóvenes del grupo conservamos nuestra amistad
y seguimos interesados por la realización de proyectos culturales
y de carácter social. Estas son para mí las mejores lecciones
de aquella experiencia.
Hay un hecho crucial en la trayectoria de Milano, que fue
la ola de calor de los días 18 y 19 de julio de 1978. Las
pérdidas ocasionadas en la cosecha de uva y en las parras
fueron cuantiosas, agravadas por la falta de ayudas por parte
del Estado y por la economía de subsistencia de aquella época.
Desde el primer momento nos movilizamos a favor de los parraleros.
Aquel verano se suspendieron las fiestas y, a través de nuestro
grupo, se organizó un acto cultural el 10 de agosto en la
terraza Alhambra en solidaridad con los damnificados. Participaron
cantantes, grupos de mímica y teatro, poetas y escritores
de toda la provincia, que expusieron de forma agradable las
reivindicaciones sociales y humanas más sentidas por nuestros
agricultores. Desde entonces las gestiones en pro de los damnificados
se convirtió en una sección fija del periódico, como también
lo eran la editorial, las cuentas claras, el movimiento demográfico,
personajes y hechos de Alhama, las noticias locales y las
cartas a Milano. También, durante 15 números se editó un trabajo
de investigación, realizado por Antonia Ordoño Muñoz, que
versaba sobre el agua a través de los tiempos en Alhama.
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Prácticamente ningún tema de carácter social fue ajena a
Milano, que también se hizo eco de la primera huelga del Magisterio
Español desde hacía más de 40 años, entre el 18 de abril y
el 8 de mayo de 1978.
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El Milano se despidió
en diciembre de 1979 con 17 números y casi dos
años de vida entre nosotros. |
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Ante la ausencia de oposición en el Ayuntamiento, Milano
fue considerado por muchos como la oposición política al poder
establecido, ya que por entonces no estaban muy claros los
límites de la actividad política, todos luchábamos por un
futuro mejor. El 3 de abril de 1979 se realizaron las primeras
elecciones municipales desde hacia más de 40 años, y el día
19 del mismo mes tomaron posesión los 11 concejales. Este
hecho abría en Alhama nuevos cauces de expresión y comenzaba
la andadura democrática. Después de haber sorteado numerosas
trabas, desde agosto se convirtió en revista bimensual y Milano
se despidió en diciembre de sus lectores. Fueron 17 números
y casi dos años el tiempo que anduvo con nosotros.
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