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Corte
del chaflán de unión del piso con la pared
de la balsa. Detalle de la conformación del hormigón
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Hallazgos fortuitos
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en un solar
alhameño.
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Unas
notas para su estudio
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David Martínez Amate
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Durante el pasado mes de
Noviembre de 2004 se llevaron a cabo una serie de actuaciones
destinadas a la preparación de un solar para su futura construcción.
Este solar está situado en la carretera de Gádor-Laujar, entre
el antiguo cine Alisol y la ferretería de Efrén Rodríguez.
Una gran máquina retroexcavadora procedió a rebajar el nivel
del suelo en tres metros de profundidad, con el fin de construir
un sótano.
Sabido era que ese lugar
había sido ocupado durante siglos por el antiguo cementerio,
y que dejó de utilizarse cuando la expansión experimentada
por Alhama aconsejaba la construcción de una nueva necrópolis
más alejada del casco urbano. Independientemente del interés
histórico que tiene esta necrópolis para la historia de Alhama,
las expectativas arqueológicas del solar hacían abrigar la
esperanza de encontrar restos arqueológicos de cronología
mucho más antigua.
La proximidad de la obra
al antiguo manantial de aguas termales (en el frontón), a
no más de cien metros, y considerando que el rebaje que se
había realizado era de tres metros aproximadamente (la misma
profundidad a la que aparecieron los restos de la época romana
localizados en las obras del frontón), hacía pensar en la
posibilidad de que quedase al aire el nivel de época romana.
Las paredes verticales que
dejó el vaciado del solar, quedaron abiertas a modo de hojas
de un gran libro, permitiéndonos vislumbrar los restos de
la ocupación humana del lugar en los dos mil últimos años.
Otro aspecto a considerar,
y no menos importante, era el hecho de que este espacio se
encontraba en pleno núcleo de la zona destinada a la producción
alfarera de la localidad durante toda la Edad Media. Hace
unos años se documentaron en esta zona los restos de un alfar
medieval.
Así pues, con estas premisas,
la posibilidad de examinar el solar nos parecía fascinante.
Y, efectivamente, gracias a la inestimable colaboración de
don Efrén Rodríguez y de sus hijos se llevaron a cabo todas
las visitas y actuaciones necesarias.
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El sábado día 4 de Noviembre se llevó a cabo la primera
prospección. Apenas una mirada a nuestro alrededor,
nos hizo ver que nuestras expectativas y suposiciones
se hacían realidad. El suelo, salpicado de gran cantidad
de fragmentos cerámicos de diferentes épocas y de una
intensa profusión de restos óseos, nos "hablaba" de
la larga trayectoria histórica del lugar.
Tras un primer análisis de la cerámica encontrada,
mayoritariamente de época romana (siglos II al IV),
la aparición de dos estructuras muráreas en los cortes
del terreno Sur Este, y lo que pareció ser el suelo
de yeso de una vivienda musulmana en el corte Sur, el
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Grosor muro norte
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hallazgo se pone en conocimiento del propietario del solar,
del alcalde de Alhama D. Juan Martínez y de la Asociación
cultural "El Eco de Alhama " que inicia las gestiones de asesoramiento
arqueológico. Una nueva visita los día 11 y 12 al yacimiento
pone de manifiesto el mal estado en el que se encontraba el
lugar y, por consiguiente, la imposibilidad de proyectar una
excavación arqueológica debido a la propia devastación que
había sufrido el solar durante el proceso de vaciado; por
lo que se determina, que lo único posible era recoger los
restos aparecidos y la limpieza tanto de los muros como de
lo que se creía suelo de lastra del solar.
Tras una pequeña intervención al pie del muro Este, se observa
que lo que creíamos suelo natural de piedra no era sino un
suelo hecho de hormigón.
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Corte
sur. Detalla el piso de la balsa
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En los siguientes fines de
semana se procede a las tareas de limpieza y estudio de
los restos aparecidos en el solar, que ponen al descubierto
lo que parece ser, casi sin lugar a dudas, la construcción
más antigua existente en el casco urbano de Alhama. Se
trata de una balsa, de una alberca de cronología aproximada
al siglo II d. C. De dicha construcción ha quedado visible
el muro Oeste de 9.50 metros y el muro Norte de 14 metros
de largo, por lo que solo vemos una de sus cuatro posibles
esquinas.El muro Norte discurre desde la esquina hacia
la carretera Gador - Laujar quedando oculto bajo ésta,
mientras que el muro Oeste va desde la intersección con
el muro Norte hacia la actual ferretería, ocultándose
también bajo ésta. |
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La altura de ambos muros no se pude determinar de forma precisa,
pues el propio vaciado del solar los destruye, dejándolos
en todo su recorrido a solo unos diez o veinte centímetros
de altura. La única pista posible para observar lo que podía
haber sido su altura original la encontramos en ambos cortes
verticales, tanto en el de la carretera como en el de la ferretería.
El muro Norte, en la parte que se oculta bajo la carretera,
esta cortado a noventa centímetros de altura por el suelo
de yeso de una construcción medieval de cronología comprendida
entre el siglo XII y XIII, según los restos encontrados sobre
este. En esta parte, el muro de la alberca es de unos cincuenta
centímetros de grosor, realizado de mampostería recubierta
en el interior de una especie de hormigón o mortero a base
de cal, arena y grava, y el exterior se encuentra sin revocar,
pues la alberca se construye haciendo un vaciado del terreno
en tierra marga.
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Este yacimiento ha presentado
la peculiaridad de ofrecernos una información adicional
de rico contenido antropológico. |
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El muro Oeste presenta la misma construcción y forma, salvo
que la altura que conserva es algo inferior en el punto que
conecta con el corte vertical bajo la ferretería. En este
punto se puede ver como sobre el muro de la alberca se apoya,
ya en época muy posterior, el muro o tapia del antiguo cementerio.
Aquí la altura del muro de la alberca es de unos sesenta centímetros.
Hemos apuntado que la única esquina visible de la balsa,
es la noroeste. De ella, la pared interior se mantiene perfectamente
conservada, formada por dos bloques de piedra y rematada,
al igual que la unión de las paredes con el piso de la balsa,
por una cuña de unos quince centímetros a modo de chaflán.
En cuanto al piso de la balsa es de resaltar su extraordinaria
robustez y dureza, así como lo bien conservado que se encontraba,
llegando incluso a conservar restos de limo, que permitió
a los técnicos determinar, aun antes de descubrir de qué tipo
de construcción se trataba, que en aquel espacio había habido
agua. El suelo solo presentaba pequeñas rozaduras producidas
por la maquina excavadora. Teniendo en cuenta que de la balsa
solo se pudo descubrir una parte que, de por sí, no tendría
menos de ciento veinte metros cúbicos de capacidad, nos resulta
sorprendente su posible capacidad total. Precisamente por
esta característica nos encontraríamos, sin lugar a dudas,
ante una gran obra de infraestructura para su época. Infraestructura
que recogería el agua del manantial termal. Al igual que la
antigua balsa, hoy oculta bajo la plaza España, recogía las
aguas utilizadas en el actual balneario. Es muy probable que
la citada balsa, hoy visible en el solar de Efrén, en su día
recogiera las aguas utilizadas en las antiguas termas de la
Alhama romana, y a la vez serviría como cabeza de irrigación
para las zonas de cultivo más próximas a la población.
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Si a estos hallazgos le añadimos los restos arqueológicos
localizados, no con pocas dificultades, en las obras
de construcción del actual frontón donde se pudo constatar
la existencia de unos grandes muros y de un suelo de
losas de piedra, sobre los que se encontró el fuste
de una magnífica
Nos
encontraríamos, sin lugar a dudas, ante una
gran obra de infraestructura para su época.
Infraestructura que recogería el agua del
manantial termal. |
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1. Fragmento de lucena decorada
con figura humana (máscara de teatro) |
2. Cerámica
terra-sigilatas |
3. Fragmento de pared con
pintura |
4. Lucerna |
5. Pináculo |
6. Cerámica
suntuaria: recipiente de paredes finas |
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columna también de piedra caliza, además de dieciséis fragmentos
de cerámica terra sigilata, y también los aparecidos en la
zona en el año 1982 -recordemos la escultura de mármol del
siglo segundo denominada "la Dama de Alhama"-, o bien las
teselas,esos pequeños taquitos de piedra que formarían parte
de un mosaico, nos lleva a presuponer con muchos elementos
de juicio, e incluso nos permite corroborar y dar por sentado
que, en época romana, el núcleo de población de Alhama existía
y que también utilizaba uno de sus bienes mas preciados, el
agua termal.
El hallazgo de esta balsa, no solo nos confirma este hecho,
sino que también refuerza la hipótesis, que en su día se planteó,
de que los restos que se encontraron bajo el frontón pudieran
corresponderse con los de las posibles termas romanas.
Este yacimiento ha presentado la peculiaridad de ofrecernos
una información adicional de rico contenido antropológico.
Por motivos, que lógicamente se desconocen, a partir de finales
del siglo II d. C. la balsa deja de utilizarse como tal y
pasa a convertirse en vertedero, conservando sobre la citada
capa de limo, hasta una altura de unos sesenta centímetros,
un relleno de desechos domésticos que nos han aportado una
riquísima información acerca de los alimentos consumidos y
de los ajuares domésticos utilizados.La clasificación y estudio
de estos restos nos aporta información de la población que
allí los depositó en su día. Dichos restos estarían cronológicamente
enmarcados entre los siglos II al V d. C. siendo mayoritarios
los de los siglos II y III d. C.
Elementos de desecho son también los restos de cenizas procedentes
de los hogares, en los que vienen envueltos infinidad de huesos
y restos de lo que fue su alimentación. Especialmente abundantes
son los huesos de conejo, también pequeños huesos de pajarillos
y algunos de cabra. Destacables por su abundancia son los
restos o conchas de moluscos, tales como los caracoles, las
conchas de ostras y de otras especies bivalvas, semejantes
a los mejillones, con una especie de protuberancias acabadas
en pico en cada una de las conchas. Esta riqueza de restos
alimenticios, de origen marino, nos sugiere a primera vista,
de una parte la excelente comunicación y el activo comercio
entre la costa y el interior, de otra el poder adquisitivo
de la población que ocupaba esta "villa" o vivienda. Son muchas
las conclusiones que podemos obtener a partir de tan rica
información en el ámbito alimentario. Difícilmente enmarcables
como parte de la dieta han aparecido dos molares de caballo
y un diente de elefante.
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En cuanto al material cerámico
encontrado, es muy abundante y prácticamente aparece una
representación de los diferentes útiles comunes de la
época. Hay fragmentos de grandes recipientes de almacenaje
y contención, bien de grano o de agua, tales como pies
de ánforas, asas de cántaros, y bordes y cuerpos de grandes
recipientes. Abundan también, los restos de recipientes
para consumo de alimentos, al igual que los destinados
a su preparación. De los primeros, mayoritariamente encontramos
restos de platos y cuencos de terra sigilata de
distinta procedencia, tipos y formas. Algunos, incluso,
presentan decoración, abundando los temas geométricos
y florales. |
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Por su singularidad, es destacable un fragmento que representa
una figura humana. Reseñable es también, alguna cerámica suntuaria
de paredes finas decorada con hojas en relieve. Se
ha localizado, además, una amplia muestra de fragmentos de
lucernas (lámparas de aceite) de diferentes formas, cronologías
y decoraciones, entre las más llamativas una que presenta
como decoración una máscara de teatro, y otra de época paleocristiana
con decoración a base de racimos de uvas.
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Nos permite
corroborar y dar por sentado que, en época romana,
el núcleo de población de Alhama existía
y que también utilizaba uno de sus bienes más
preciados, el agua termal. |
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En cuanto a los objetos de uso personal, se han localizado
agujas, alfileres y botones de hueso, fragmentos de espejo,
cuentas de collar y también un anillo de bronce decorado con
un león en carrera. De bronce aparece también el asa de un
jarro con forma de pata de carnero, restos de perfumadores
y fragmentos de pequeños recipientes de cristal finamente
tallados.
También son destacables entre el material de escombro localizado,
una serie de tejas, ladrillos, dos fragmentos de losas de
mármol, y una especie de pináculo que servia como remate a
una fila de tejas. Pero lo más significativo entre estos restos
de materiales de construcción, es un lienzo de pared que apareció
volcada, y que conservaba todavía su revestimiento con su
pintura. La pintura de estuco que recubría esta pared aparecía,
es en su parte inferior, a modo de zócalo de color rojo Burdeos.
La zona superior de estuco blanco, y marcando la separación
entre ambas partes, una fina franja de color negro. Han aparecido,
además, otros pequeños fragmentos de estuco decorados en rojo
y blanco, y alguno también esgrafiado con líneas rectas.
Es deseable que se pueda realizar un análisis más exhaustivo
de los materiales localizados en los diferentes momentos.
Mientras ese deseo se hace realidad nos permitimos aventurar
la hipótesis que apunta a la existencia de una población estable
en el tiempo, durante al menos cuatro siglos, con importantes
infraestructuras y servicios, con una vías de comunicación
adecuadas para permitir el comercio y las relaciones entre
poblaciones. Al mismo tiempo, y por la calidad de los restos
hallados nos permitimos pensar en la existencia de una clase
social poseedora de útiles y bienes de consumo propios de
un status social elevado.
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