Domingo, 22-2-04
Una gran parte de las horas de la vida son horas anónimas,
en las que no sucede nada especial, nada novedoso, ni emocionante,
ni grandioso. Son ratos de conversación intrascendental, de
distracción, de expansión; como la lectura de un periódico,
un paseo, una siesta, una mañana o tarde de playa... Son horas
y horas del cronómetro de nuestra existencia, pero no registradas,
no grabadas concretamente en la memoria. Son horas huidas hacia
la nada, esfumadas en el vacío del olvido. No las recordaremos,
no las agradeceremos, no nos recrearemos en la dulzura y el
placer que nos regalaron. Son horas gratas en su transcurso.
Son materia básica de nuestra vida, como son el aire y el agua.
Lunes, 8-3-04
Ayer El País publicaba un sondeo del Instituto Opina,
según el cual en las elecciones del próximo día 14, el PP aventajará
al PSOE, pero sin llegar a la mayoría absoluta, y la distancia
entre los dos partidos sería de cuatro puntos. Entre PSOE e
IU, pienso yo, podrían reunir más votos que el PP, pero esta
fórmula la ha descartado Zapatero, quien prefiere estar en la
oposición a gobernar en coalición. Estamos en la última semana
de la campaña electoral, y a partir de hoy no está permitido
difundir más sondeos. Mientras tanto, los líderes de los distintos
partidos, señaladamente Rajoy y Zapatero, se ponen de chupa
de dómine en los respectivos mítines y, si uno promete una cosa,
el otro no pierde tiempo en prormeter esa cosa "plus". En los
periódicos de hoy se destaca por otra parte la foto de Ricardo
Ortega, periodista de Antena 3, muerto de dos disparos en Haití
durante una manifestación; ahora que Aristide ha dejado el terreno
libre a los insurgentes y se ha exiliado.
En el Ateneo, donde doy a leer mi recien terminado Viaje alrededor
del sol a Daniel Naranjo. Desde mi pupitre he estado viendo
como lo leía con detenimiento y tomaba notas, buena señal.
Jueves, 11-3-04
A todo lo largo de mi caminata hasta la plaza de Cibeles no
he cesado de oír sirenas de ambulancias, y en las calles se
nota menos tráfico que de ordinario. Entro en la cafetería Vips(frente
a Correos) y veo a gente disfrutando de su desayuno caliente.
Sin embargo, en las vías de la estación de Atocha, a una media
hora a pie de aquí, están sacando muertos y heridos continuamente.
Ha habido un atentado terrorista espantoso. A las ocho menos
cuarto la cadena SER lo tenía muy confuso y no conocía ni con
mucho las proporciones de la catástrofe. A las nueve oí que
ya había nueve muertos. Unos minutos después eran noventa y
cinco, y cuando a las dos menos cuarto salía yo del Ateneo los
conserjes hablaban de ciento setenta. Caminando y en el autobús
vi gente con los labios apretados y el rostro tenso; y en las
esquinas, en los quicios, en los portales y caminando se hablaba
por el móvil. Me vino a la memoria el 23-F, el día en que unos
"salvadores de la patria" invadieron el Congreso de los Diputados
y secuestraron a todos sus componentes y al Gobierno con la
intención de dar un golpe de Estado. Fue un día de incertidumbre
y de temor a una fuerza ciega. Los cimientos sobre los que se
levanta la sociedad y la convivencia temblaban, y muchos, la
mayoría como luego se demostró, nos veíamos embestidos por la
negra fiera de la dictadura. Yo particularmente tuve una sensación
de impotencia y desamparo, semejante a la que he experimentado
hoy por este acto vandálico y sanguinario contra gente sencilla.
Viernes, 12-3-04
En la manifestación "Por la Constitución, por la Democracia,
contra el terrorismo". Salimos Ana y yo de casa a las seis media
y nos unimos a sus hermanas Maribel y Mª Victoria y un grupo
de amigos de ésta, pero en Serrano-Juan Bravo nosotros dos perdimos
de vista a los demás, y a Maribel la engulló la multitud. Llovía
sin cesar y a La Castellana afluía gente a ríos. Caminábamos
cada vez más despacio, y a unos doscientos metros de la plaza
de Colón, de donde a las siete arrancaba la cabeza de la manifestación,
nos quedamos detenidos. El agua picaba sin parar sobre los paraguas
de todos los colores, pero todos íbamos dispuestos a aguantar
y a dar testimonio de nuestra solidaridad con las víctimas y
contra los asesinos. De pronto una riada de aplausos. Y luego
gritos coreados: "¡ETA, no, ETA, no!" "¡Basta ya, basta ya1!"
"¡ETA hijos de puta!" "¡El pueblo unido jamás será vencido!"
"¡España unida jamás será vencida!" Cada oleada de gritos me
producía un escalofrío, y el orgullo de estar allí presente.
Particularmente dramáticos, por lo menos para mí, fueron las
varias tandas de silbidos mezclados con aullidos de los más
jóvenes, quienes me parece que eran la mayoría de los manifestantes.
Muy certera y elocuente me pareció el estribillo: "¡En ese tren,
íbamos todos¡¡En ese tren, íbamos todos!"
En declaraciones por la radio y la televisión, el Ministro
del Interior, Angel Acebes, admite que se ha encontrado una
furgoneta con un ejemplar de versos del corán y una cinta grabada,
pero no admite que de momento pueda ser una prueba de que haya
actuado un grupo islámico. El Gobierno, insiste, considera a
ETA responsable de momento. Pongo el Canal Plus, que da un resumen
y comentario de la manifestación de hoy-dos millones en Madrid-y
subraya que se han dado gritos de "¿Quién ha sido? ¿Quién ha
sido?" Ana se inclina por descartar a ETA, yo más bien por pensar
que puede haber habido una colaboración entre Al Quaeda y ETA.
Sábado, 13-3-04
El Ministro del Interior admitirá primero que se ha encontrado
un vídeo en el que Al Quaeda reivindica el atentado; y horas
después que han detenido a cinco personas, algunas de origen
marroquí. Al parecer la Cadena Ser ha ido por delante en revelaciones.
A la noche la tensión en los medios políticos sube. Veo a Rubalcaba
en un breve comunicado en que señala la demora del Gobierno
en soltar datos y hacer creer la opción ETA. Se ve una ruidosa
manifestación de protesta junto a la sede central del PP-también
en Barcelona-y vemos a continuación a Mariano Rajoy advirtiendo
de las graves consecuencias de manifestarse en el día de reflexión.
Me meto en la cama temiendo que se produzca alguna acción más
o menos violenta, de una u otra parte, y que se estropee la
fiesta de la democracia programada para mañana, que es lo que
importa. La historia de España está llena de estos "reventones"
inoportunos que terminan desastrosamente.
En la Fundación Mafre por la mañana. Exposición del pintor
Juan de Echevarría(1875-1931). Me han gustado especialmente
sus retratos de personajes del 98, Unamuno, Valle Inclán, Azorín;
y sus flores. Pintor certero, de mirada inteligente y sobrio.
No necesita de estridencias para hacer fácil lo difícil.
Domingo, 14-3-04
Hasta la madrugada hubo barullo de protesta en algunos puntos
de Madrid, pero no ha ocurrido nada grave, leo en El País.
Hemos ido a votar a las doce y media, día espléndido, y el colegio
estaba de bote en bote. No tardaríamos mucho en saber que las
cifras de comparecencia eran comparativamente altas. Domingo
familiar, nos han traído a Laura y a Celia, que ya empieza a
sentirse muy a gusto entre tantos admiradores. También han venido
a hacerles fiestas Mª Vic y Mª Pilar. Desde las ocho ya he estado
pendiente de los programas dedicados a las elecciones. Al principio,
con el treinta y tantos por ciento computado, daban al PSOE
ganador sobre el PP con una diferencia de veinte escaños. Tanta
ventaja me escamó, y empecé a temerme la pantomima representada
cuando las últimas elecciones a la Comunidad de Madrid. Mi recelo
continuó hasta que José Blanco del PSOE, con el sesenta y tantos
por ciento de los votos computados, creo, anunciaba formalmente
que su partido era el ganador, lo que no tardó en ser confirmado
oficialmente con un haber de doce escaños sobre el PP, que le
permitirá gobernar con ayuda de alguna otra formación minoritaria.
Una sorpresa, un vuelco, un gozo para los que hemos votado a
Zapatero, un fiasco para los prepotentes "peperos".
En el cine Renoir de plaza España por la tarde. Vimos la película
Être et avoir del director Nicholas Philibert. Es un documental
sobre una escuela unitaria en un remoto rincón del Macizo Central
francés. A lo largo de un curso vemos a una docena de niños
y niñas de distintas edades asimilando el saber que les imparte
M. López, el maestro rural. Quizá la selección de escenas ha
descartado las más bulliciosas y espontáneas, pero en conjunto
la serie presentada ofrece interesantes muestras de la iniciática
travesía por la escuela primaria. El abnegado M. López lo hace
muy bien, pero quizá tendría que haber aparecido algo menos.
Lunes, 29-3-04
El sábado pasado me entró un súbito arranque y me fui al teléfono
para marcar el número de mi primo Pepe Artés que vive en Barcelona.
La demora de esta intención me estaba royendo; hacía años que
no hablaba con él. Me hace un bosquejo de su vida actual. Está
jubilado-debe tener setenta y tres o setenta y cuatro años-y
goza de una salud vigilada. Ya no toma medicinas para la cirrosis
que sufrió, pero debe observar una alimentación rigurosa. Ya
no conduce, ha vendido su coche, recibe una renta por el alquiler
del garaje y se ahorra doscientas mil pesetas al año de seguro
a todo riesgo. Su vida es sobria, pero tiene lo que necesita.
Sus hijos se independizaron, están bien colocados, y considera
que ha recibido la recompensa al mucho valor y trabajo que le
ha echado a la vida desde que llegó a Cataluña de muchacho,
huérfano de padre y madre, con el culo al aire como aquel que
dice. Su hermano Paco y su hermana Encarna-traídos por él-también
salieron adelante.
En el Ateneo, café con Emilio de Castro. Encuentro con Alejandro
Díez que nos habla de la inminente aparición del catálogo de
la Galería de Retratos. Van a quedar excluidos tres o cuatro
que no se han podido identificar. Va a ser un álbum impresionante
de personajes ilustres que estuvieron más o menos vinculados
al Ateneo desde su fundación(1835).
Miércoles, 31-3-04
A última hora de la mañana, cansado, alzo los ojos de mi pupitre
y veo entrar y titubear a una chica, una joven opositora. Aquí
se habrá pasado miles de horas de su vida. De pronto desapareció
del panorama. Es lo que ocurre con la mayoría de los opositores.
Viene abrazada a un montón de carpetas. Mira a la izquierda,
a la derecha, al frente. Antes, en cualquier dirección encontraba
una cara amiga, alguien del grupo con quien intercambiar una
sonrisa o un breve cuchicheo. La veo sentarse en un extremo
de la sala, y después la encuentro solitaria en la barra de
la cafetería. Aquellas pruebas para las que se preparaba su
grupo se celebraron. Unos aprobaron sin duda y otros fracasaron
y tuvieron que cambiar de rumbo. Hoy se ven caras nuevas en
los pupitres que ellos ocuparon. Ahora hay otro grupo que bulle,
ríe y habla por los espacios de la casa. Son algo más jóvenes
que esta chica; es una nueva hornada. Las hornadas se suceden;
las que llegan ocupan el hueco de las que se van. Si alguien
se retrasa, si no evacua, pronto se ve entre gente nueva, aislado,
sin calor de amistad. Hoy he percibido en la biblioteca del
Ateneo que toda vida se desfasa, porque todos vamos en una corriente
imparable, siempre empujados por los que vienen detrás.
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