EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 18 ECOLOGÍA Y MEDIOAMBIENTE
 
Nuestros ÁRBOLES
La encina de la Zarba
El objeto de éste artículo es conocer un poco mejor el mundo de nuestros árboles autóctonos, los de nuestra comarca, a caballo de los montes de Sierra Nevada por el Noroeste y de la Sierra de Gádor por el Sur. La conjunción de estos dos grandes sistemas montañosos, de enormes valores ambientales, unida a la influencia de las zonas más áridas y subdesérticas que rodean Sierra Alhamilla y el Valle del Andarax.
 
Francisco Javier Canillas Fernández
NATURALISTA

La confluencia de estas unidades fisiográficas origina una gran variedad de ambientes ecológicos o ecosistemas y esto se refleja en una importante diversidad de flora y fauna que cambia desde los 200 m de altitud sobre el nivel del mar en el Río Andarax, hasta los 2244 m del Morrón de Gádor o Puntal de Los Pájaros, desde el piso Termomediterráneo (baja montaña) al Oromediterráneo (alta montaña).

La zona más baja es también la más árida y cálida, y la más cultivada, pues en ella se encuentran las fértiles vegas del Valle del Andarax, aquí tenemos también bordeando el río y otras corrientes o masas de agua los bosques de ribera o reductos de éstos, formados por alamedas y tarayales, compuestas por álamo blanco, chopo o álamo negro, olmo, fresno y taráis, árboles que siempre crecen cerca del agua, otros árboles de esta zona viven en terrenos más secos, como el almez, el acebuche y el algarrobo, aunque siempre son más frecuentes y crecen mejor en barrancos y zonas umbrías, sobre todo el primero, que además es una especie protegida en Andalucía.

El árbol más abundante de la baja montaña es desde luego el pino carrasco, el más favorecido por las repoblaciones forestales. Los pinares de Alhama, Huécija, Terque, Instinción, Rágol y Canjáyar (o lo que los incendios han dejado de ellos), son pinares de repoblación de pino carrasco.

Otras especies de pinos aparecen en menor cuantía o dispersas, como el pino piñonero (el productor de los ricos y apreciados piñones), existiendo escasos y grandes ejemplares en El Marchal de Enix y rodales de repoblación en El Pito, y otros lugares de la Sierra de Gádor, aunque el ejemplar más notable de toda la comarca seguramente debe ser el que encontramos en una huerta en pleno casco urbano de Canjáyar.

El pino resinero entremezclado con el pino carrasco en las repoblaciones de la media montaña en Sierra de Gádor, aún pueden verse algunos ejemplares de tamaño medio junto a la pista forestal entre La Zarba y La Chanata; otras especies de pino son el laricio y el silvestre, con repoblaciones en zonas de alta montaña, siendo estas tres especies más abundantes en Sierra Nevada y Filabres.

El último de los pinos de nuestra comarca es una especie introducida, el pino canario, el único que tiene tres acículas en cada vaina, y el único que rebrota tras los incendios, lo tenemos en algunos jardines y en repoblaciones de la Sierra de Enix, en este caso acompañado del Ciprés de Cartagena o Tetraclinis, una rara especie de conífera que solo aparece espontánea en el Norte de África y en las sierras costeras de Murcia, en el Barranco de la Fuente, de Enix, existen bellos ejemplares de esta especie, que también podemos ver en el Cerro Milano.

Otras coníferas de nuestra comarca son la sabina, de zonas áridas y rocosas como El Moralillo, y el abundante enebro, formando parte de matorrales y sotobosques, como en el Cortijo del Curagil, en el Marchal Alto, Gatuna, Barranco del Romeral, etc., etc., frecuentemente acompañando a nuestra encina.

La encina, nuestro árbol, merece un capítulo aparte, la tenemos normalmente entre los 800 y los 1800 m de altitud sobre el nivel del mar. Aún tenemos muchas encinas en la Sierra de Gádor, en Montenegro y en Sierra Alhamilla, sierras que antaño debieron sustentar extensos encinares maduros, donde

hoy predominan estepas, matorrales, escasos chaparrales (monte bajo de encina) o pinares fuertemente afectados por los incendios y la procesionaria.

Tenemos encinas con nombre propio, como la gran Encina del Pozuelo y nuestra querida Encina de La Zarba, aquella que, según cuentan, salvara una vez un pastor, comprándola para dar sombra a su ganado.

Compañero de la encina es el roble o quejigo, y este del acer o arce granadino, formando bosquetes marcescentes en zonas húmedas y umbrías de media y alta montaña. Este arce es una especie escasa y muy interesante, al estar localizado únicamente en escasos puntos de las altas Sierras Béticas, como Sierra de Gádor (Barranco de los Áceres) y Sierra Nevada.

Por último, otros árboles como la higuera, el granado, el olivo y el almendro, siendo especies de cultivo, a menudo aparecen espontáneos o asilvestrados en la vega, en la sierra esto ocurre también con el serbal, el nogal y el cerezo.

Ancestralmente, la mano del hombre, desde el dominio del fuego, de la ganadería y de la agricultura hasta la revolución industrial y minera, pasando por la sucesión de grandes civilizaciones desarrolladas al amparo del Mare Nostrum, ha ido dejando una huella indeleble en nuestro paisaje, la huella de la deforestación.

"Los bosques preceden a los pueblos y los desiertos les siguen", célebre frase de Chateaubriand hecha realidad a orillas del Mediterráneo.

Lejos quedan aquellos tiempos del Imperio Romano, en los que el historiador Herodoto narraba como una ardilla podría cruzar la Península Ibérica desde Gibraltar hasta Los Pirineos, de árbol en árbol sin pisar el suelo; personalmente creo que esto debió ser una realidad, incluso que la famosa ardilla podría haber elegido pasar por la provincia de Almería siguiendo su largo itinerario arbóreo, aunque también creo en el hecho de que no todo el territorio estaría cubierto de bosques, de forma que en zonas más desfavorecidas también existirían marismas, saladares, matorrales, estepas e incluso subdesiertos en

zonas como Tabernas, formando un rico mosaico, con el predominio desde luego del bosque mediterráneo.

Hoy día, y desde hace más de 100 años, desde los poderes públicos ha tratado de invertirse el actual proceso de desertificación mediante políticas de reforestación de montes públicos, incentivos a la reforestación de montes

privados y tierras agrícolas, protección de espacios naturales, prevención y lucha contra incendios forestales, etc., actividades al principio escasas y localizadas pero que a lo largo del Siglo XX fueron incrementándose y extendiéndose

Los métodos y técnicas de repoblación a lo largo de la historia han podido ser más o menos acertados, a veces se alteraron o destruyeron matorrales valiosos, o se causaron impactos visuales o erosivos con los aterrazamientos, también es cierto que apenas se utilizaron frondosas que no fuesen eucaliptos, frente a las coníferas, pero en los últimos decenios y en Andalucía esto ha cambiado profundamente y podemos considerar el balance de la repoblación forestal como muy positivo.

Queda mucho por hacer, plantar más y con más diversidad de especies autóctonas, cada una en su hábitat, ir transformando los pinares en bosques mixtos de fronsosas y proteger lo que tenemos, luchando contra los incendios y contra desmontes y especulaciones urbanísticas.

El futuro depende de todos nosotros. Cuidemos nuestros árboles.

APÉNDICES.

Relación de especies de árboles mencionadas en el texto: - acer o arce: Acer granatense - álamo blanco: Populus alba - algarrobo: Ceratonia siliqua - almendro: Prunus dulcis - almez: Celtis australis - cerezo: Prunus avium - chopo negro: Populus nigra - ciprés de Cartagena: Tetraclinis articulata - encina: Quercus ilex sbsp rotundifolia - enebro: Juniperus oxycedrus - fresno: Fraxinus angustifolia - granado: Punica granatum - higuera: Ficus carica - nogal: Juglans regia - olivo y acebuche: Olea europaea - olmo: Ulmus minor - pino carrasco: Pinus halepensis - pino piñonero: Pinus pinea - pino resinero: Pinus pinaster - pino laricio: Pinus nigra - pino silvestre: Pinus sylvestris - quejigo: Quercus faginea - sabina: Juniperus phoenicea - serbal: Sorbus domestica - taráis: Tamarix canariensis, Tamarix africana

Bibliografía. - LÓPEZ, Ginés: La guía de Incafo de los árboles y arbustos de la Península Ibérica. 1988. - VV.AA.: Árboles autóctonos andaluces. Junta de Andalucía. 1988. - VV.AA.: Manual de especies arbóreas y arbustivas protegidas en Andalucía. Egmasa. 1997. - VV.AA.: Monte Mediterráneo. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía. 2003.

Vocabulario: - Acículas: hojas largas y delgadas de los pinos. - Unidades fisiográficas: unidades físicas o geográficas distinguibles en un territorio.