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TURISMO RURAL:
¿ La llave del futuro de los pueblos
de la Alpujarra almeriense ?
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La provincia de Almería cuenta con una diversidad
geográfica y cultural muy importante, que le permite
proponer una oferta de turismo muy particular, compuesta
por el turismo clásico de sol y playa, y el turismo
rural, más reciente. La provincia ha conocido un desarrollo
turístico tardío a causa de la mala accesibilidad
a sus tierras. Sin embargo, la conexión de Almería
con la autovía del Mediterráneo hace unos diez años,
combinado con la llegada masiva del turismo en las
costas españolas, ha permitido a la provincia darse
a conocer a un nivel internacional. |
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Elodie Charreton |
Práctica
en la empresa Turismo Cultural y Lenguas
Departamento de Turismo, Universidad de
Savoie, Francia. |
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La mayoría de los turistas que vienen para una estancia
en Almería se quedan en la zona de las costas, principalmente
las del Poniente. En efecto, los municipios de Roquetas
de Mar, Aguadulce y AImerimar han acogido el 51% de
los turistas de la provincia en la temporada alta
de 2003 (1). |
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Pero el turismo de sol y playa ya ha tocado techo, las construcciones
de amplias infraestructuras a orillas del mar ya pertenecen a
una política obsoleta. Ahora, en lugar de ampliar estas zonas,
la prioridad se centra en la mejora de la calidad de los establecimientos,
reducir los impactos ambientales y vigilar la explotación de los
recursos naturales. Además, es necesario encontrar otros recursos
para responder a la nueva demanda y luchar contra la estacionalidad:
lo más importante ahora es hacer compatibles el turismo de sol
y playa con el del interior.
En cuanto a los cambios en los gustos de la demanda turística,
Almería tiene muchas características que le permite afrontar estos
cambios con optimismo y proponer otro tipo de turismo que no entre
en conflicto con el de sol y playa. Desde hace unos años la demanda
turística parece orientarse más hacia la naturaleza, el descubrimiento
de otra cultura... Algunas encuestas realizadas por los mayores
tour operadores, muestran que ahora el turista busca la "autenticidad",
no quiere ver lugares artificialmente bellos, sino lugares no
manipulados por la mano del hombre o por empresas, lugares que
tengan características propias.
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La demanda de turismo rural es cada
vez mayor y necesita una toma de conciencia de las autoridades
tanto a nivel provincial como a nivel municipal. En efecto,
los Ayuntamientos tienen que jugar un papel mayor en el desarrollo
turístico de sus municipios, tanto con la construcción de
infraestructuras adaptadas, como con la sensibilización de
sus habitantes. En comparación con el turismo de sol y playa,
que implica a constructores procedentes de grandes ciudades
españolas o extranjeras, el turismo rural permite a la población
autóctona |
El turismo rural permite a la
población autóctona asumir un mayor protagonismo,
y contribuir así directamente al mantenimiento de
amplias comarcas rurales.
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asumir un mayor protagonismo, y contribuir así directamente al
mantenimiento de amplias comarcas rurales. El turismo rural puede
en sí mismo ayudar a los pueblos a luchar contra el envejecimiento
progresivo de sus poblaciones y la desaparición de cualquier actividad
económica.
Sin embargo, en la zona de la Alpujarra Alménense, el principal
problema al cual se enfrenta el turismo rural es la carencia de
infraestructuras tanto básicas (centros de información, hoteles,
camping, casas rurales...), como complementarias (zonas recreativas,
estructuras deportivas...). Además, si existen algunas infraestructuras,
aquellas permanecen en el anonimato, no están registradas, y eso
no contribuye a su promoción y a la recepción de ayudas y subvenciones
de carácter institucional.
Luego el papel de las instituciones afectadas implica también
una formación de las poblaciones al turismo y a la promoción turística.
Porque sin escaparate público, resulta imposible sobrevivir para
estos establecimientos. Me refiero en particular a algunas casas
rurales de los pueblos de la zona que no tienen ni un letrero
puesto... La gente tiene que tomar conciencia de que una falta
de comunicación no es compatible con el desarrollo del turismo.
No es raro encontrar en un pueblo de la zona un grupo de turistas
buscando un sitio para comer, dormir, o sólo una persona que pueda
explicar las características de una iglesia, la historia de un
monumento o la razón de unas tradiciones. Por ejemplo, resultará
difícil para un extranjero, sobre todo si viene del norte de Europa,
entender el interés de una tradición como la del "Rabo de la zorra"
que se celebra en un pueblo, como Huécija, o simplemente la del
"Entierro de la sardina" que tiene lugar al final del carnaval.
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Huécija
y su convento, uno de los monumentos más antiguos
de la zona
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En Alhama mismo, ya se conoce el Balneario, pero el pueblo
no solo disfruta de una oferta de turismo de salud, sino
de turismo rural. Dispone de amplias posibilidades para
el senderismo, ya sea por la zona del Moralillo, pasando
por Los Mármoles, o bien pasando por las minas de Gádor,
justo al lado de la famosa puente romana.
Es lo que está intentando promover la empresa de Turismo
Cultural y Lenguas, ubicada en Alhama, en efecto, propone
a turistas extranjeros, en su mayoría franceses, estancias
en la zona de La Alpujarra Alménense, incluyendo clases
de idiomas, alojamiento en casas rurales, y descubrimiento
de la riqueza cultural de la zona. La región cuenta con
una multitud de casas-cueva, algo totalmente nuevo para
un turista francés. Entonces, un paseo por el pueblo de
Terque o por el cerro de San Blas en Canjáyar puede encantar
a cualquier turista.
Todavía no hemos hablado de la gastronomía, característica
propia de la cultura alpujarreña. El descubrimiento de una
nueva cultura pasa también por las tradiciones culinarias,
y para un turista, por ejemplo, comer migas constituye una
experiencia única. Además, ¡qué puede ser más interesante
para un extranjero, que pedir un "vino de la tierra" para
acompañar un plato alpujarreño!.
Si las poblaciones pueden tener miedo de la llegada del
turismo en su zona, viendo las consecuencias a veces negativas
que implican en el litoral, no tienen que temer que desaparezca
su cultura. En efecto, el interés del turismo rural en un
sentido de desarrollo sostenible, es la valorización de
la cultura, las tradiciones de un pueblo. La base fundamental
de este tipo de turismo es el hecho de que es el turista
quién debe adaptarse a la cultura de la zona, y no lo contrario.
Por eso, el turismo rural contribuye al mantenimiento de
las tradiciones, y no a su pérdida.
Espero que este artículo les permitirá tomar conciencia
de que su zona tiene una riqueza cultural única, que muchas
regiones y países pueden envidiar y, no tienen que olvidarla
sino compartirla.
(1) Observatorio turístico,
Patronato Provincial de Turismo, Diputación de Almería. |
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Hornos
de las minas de Gádor
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Área
recreativa de Ohanes
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