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Dr. Jacinto Ferrer Escudero
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Cardiólogo
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En números anteriores,
con el título: "Factores de riesgos cardiovasculares" se iniciaba
una serie de artículos dedicados a analizar la incidencia
de cada uno de los principales factores de riesgo modificables
que de forma tan directa inciden en esta enfermedad, considerada
hoy como primera causa de muerte, tanto en hombres como en
mujeres. |
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Está completamente demostrado que el tabaco es malo para la
salud: favorece la aparición de cáncer, produce enfermedad pulmonar
y aumenta el riesgo de infarto de miocardio y otras enfermedades
cardiovasculares.
Fumar es la primera causa de mortalidad evitable, originando
en España unas 55.000 muertes al año. Además del sufrimiento que
originan, no se puede olvidar que la asistencia de las enfermedades
producidas por tabaco consume una parte importante del presupuesto
sanitario. Los cigarrillos con bajo contenido en nicotina y alquitrán
no disminuyen el riesgo.
Hasta 1950 no se sabía el daño que el tabaco podía originar y
estaba de moda fumar. Era costumbre que los hombres fumaran, lo
hacían el 55 % de ellos. Los cambios culturales, sociales y laborales
de la segunda mitad del siglo propiciaron que la moda de fumar se
extendiera a las mujeres. En los últimos años se ha estabilizado
el número de fumadores en torno al 42 % de los varones y 27 % de
las mujeres. El 90 % de los fumadores comienzan a fumar en la adolescencia,
a pesar de que inicialmente no resulta agradable, con frecuencia
por razones de imagen y conductas de grupo.
El consumo de cigarrillos es un patrón de conducta complejo. Aunque
la mayoría de los fumadores desearían dejar el tabaco, muchos continúan
fumando porque la nicotina es una sustancia muy adictiva y dejar
el tabaco es difícil. Por ello, además de intentar que los fumadores
abandonen su hábito, es fundamental y más eficaz el esfuerzo destinado
a que los jóvenes no se inicien. Es perfectamente posible disminuir
el número de fumadores: ahora la sociedad está mas sensibilizada
para cuidar la salud, la divulgación del daño que el tabaco origina
es amplia, fumar está menos de moda y tiende a considerarse un hábito
desagradable.
Los niños y adolescentes deben conocer los problemas de salud que
el tabaco puede originar, el poder adictivo del tabaco, las influencias
sociales que conducen al tabaquismo y las habilidades adecuadas
para rechazarlo. La familia, la escuela y los medios de comunicación
juegan un importante papel. Se debería evitar la publicidad y otras
formas indirectas de estimular su consumo. Habría que resaltar los
aspectos positivos y saludables de no fumar y conseguir que el tabaco
tenga la imagen negativa que se merece: se pierde calidad de vida
fumando. se crea una dependencia que nos hace menos libres y disminuye
la tolerancia al esfuerzo. El adolescente se preocupa menos por
problemas de salud que se manifestarán 30-40 años mas tarde, resaltar
los efectos desagradables y antiestéticos, como la tos, el olor,
la coloración de los dientes, pueden ser argumentos adicionales.
Que los padres no fumen posiblemente hará mas probable que los hijos
no lo hagan.
Además de las medidas de prevención, es importante ayudar a
que los actuales fumadores consigan dejar de fumar. Se suelen
aceptar las siguientes posibles fases o posiciones del fumador respecto
a su hábito de fumar:
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PRECONTEMPLACiON: No se plantea dejar
de fumar. |
CONTEMPLACIÓN: Se plantea dejar de
fumar pero no está decidido a hacerlo en un plazo corto.
Es consciente de los riesgos en cierta medida pero "está
pensándoselo". |
PREPARACIÓN: Está más decidido y preparándose
para hacerlo en un plazo inmediato, de días o pocas
semanas. |
ACCIÓN: ha dejado de fumar. Durante
este periodo que dura unos 6 meses el riesgo de recaída
en alto: 65 % en los tres primeros meses y 10 % en los
3 meses siguientes, después es progresivamente menor. |
MANTENIMIENTO: Mantiene la abstinencia.
Es importante que siga motivado, se esfuerce en evitar
la recaída y no cometa excesos de confianza ya que un
solo cigarrillo podría hacerle volver. Se considera
que este periodo dura unos 5 años, a partir ese plazo
la posibilidad de recaída es baja. |
RECAÍDA: Vuelve a fumar después del
intento. Esto puede desanimarle; se le debe ayudar a
analizar y comprender las razones de la recaída y a
hacer planes para el próximo intento. |
FINALIZACIÓN: Desaparece la tentación.
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El conocimiento de estas fases puede ayudar a comprender
la situación y el tipo de ayuda personalizada mas adecuada
en cada momento. La dificultad que un fumador experimenta
en el proceso de dejar de fumar es directamente proporcional
a su dependencia del tabaco e inversamente proporcional a
su motivación para abandonarlo.
Los beneficios de dejar el tabaco son inmediatos y sustancíales
y el riesgo de enfermedad futura será muy similar al no fumador.
Además se encontrará mejor en muchos aspectos, capacidad física,
sensación de bienestar, recuperar sabores y capacidad olfativa,
menos catarros bronquiales y tos etc. Quizá haya que aconsejar
a las personas preocupadas por la posibilidad de aumentar
de peso al dejar de fumar, la forma de disminuir este efecto:
combatir la sensación de hambre bebiendo agua o líquidos con
pocas calorías, disponer de tentempiés bajos en calorías,
hacer ejercicio y utilizar parches de nicotina y/o Bupropion.
DEJAR DE
FUMAR. LA ESTRATEGIA
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El punto de partida básico es querer dejar
de fumar. No hay que dejarse desanimar por fracasos anteriores.
La mayoría de los que lo consiguen han fracasado antes.
.- Establecer la fecha de retirada, en un plazo
que debería ser inferior a 10-15 días. La reducción progresiva
en esos días previos puede ser un método válido.
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2.- Prepararnos para dejar de fumar: Es bueno elaborar una lista
de motivos, establecer un compromiso con personas allegadas, aumentar
el nivel de ejercicio físico etc. Debemos conocer que durante algunos
días o semanas el síndrome de abstinencia nos puede producir algunos
síntomas como ansiedad, irritabilidad, aumento del apetito, deseo
imperioso de fumar. Son síntomas pasajeros, por intensos que parezcan
y si otros los han superado, igualmente los vamos a vencer nosotros.
3.- Supresión total del tabaco. Llegado el día decidido suspenderá
completamente el tabaco. Evite las circunstancias que asocia con
fumar: café o copa en la sobremesa, cerveza etc. Tome abundante
fruta, haga mas ejercicio, puede utilizar boquilla de mentol o chupa-chups
sin azúcar. Piense que cada hora que pasa es un éxito. Los deseos
compulsivos de fumar ceden en segundos o pocos minutos, realice
cualquier actividad para estar ocupado y distraerse en ese momento.
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Si no está seguro de triunfar solo con sus fuerzas recurra a
la ayuda farmacológica que aumenta las posibilidades de éxito.
Estas opciones son mas necesarias en enfermos complejos con alta
dependencia, fracasos previos, tendencia depresiva o personalidad
ansiosa. Hay dos opciones: terapia sustitutiva con nicotina y Bupropion.
La nicotina se administra en chicles, inhaladores o parches que
se aplican en la piel y se cambian a diario. El Bupropion (Zyntabac)
es un fármaco muy útil aunque algunas personas lo toleran mal, debe
tomarse bajo control médico y tiene un riesgo muy bajo de convulsiones
por lo que no deberían tomarlo personas con epilepsia, traumatismo
craneal previo y alcoholismo. Los mejores resultados se consiguen
asociando esta medicación con los parches de nicotina.
En el fumador que tiene alguna enfermedad cardiovascular, pulmonar
o diabetes, el abandono del tabaco es fundamental para evitar el
empeoramiento progresivo o las complicaciones de la enfermedad.
Los profesionales de la sanidad deberían dedicar el tiempo suficiente
a estos pacientes para que comprendan que fumando vivirán menos
y vivirán peor. Dejar de fumar puede ser menos difícil para
estos pacientes que tienen una motivación mayor. Para mejorar su
salud, nunca podrá hacer nada con efectos superiores a dejar de
fumar: anímese a intentarlo.
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