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FISIOTERAPIA Y PSICOLOGÍA DE LAS TENSIONES MUSCULARES
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Emilio José Ramírez
González,
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Fisioterapeuta
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Vicente José Martínez
Rubio
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Psicólogo
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La tensión muscular consiste
en cierto grado de contracción del músculo, incluso en reposo, oponiéndose
al estiramiento de éste por la acción de la gravedad. Esta contracción
dificulta la auto-expresión del organismo, esto es, los movimientos
libres, naturales y espontáneos del cuerpo. Si ponemos atención
en estas tensiones y aunque algunas de ellas resulten difíciles
captarlas, es fácil tener la sensación de que tenemos una especie
de armadura que como tal dificulta el movimiento. Hay personas que
presentan una gran movilidad y gracia en sus movimientos, si los
observamos nos daremos cuenta de que tampoco presentan problemas
emocionales y que disfrutan de su vida.
La tensión muscular puede ser provocada tanto por una enfermedad,
como por un traumatismo o incluso y de manera más frecuente, por
sobrecargas, desequilibrios posturales, estrés, problemas psicológicos,
etc. A nivel fisiológico se genera mediante el reflejo miotático
muscular, pero teniendo una gran modulación mesencefálica y cerebral.
La tensión muscular es tanto una reacción al estrés como una fuente
de estrés. El síndrome se manifiesta con una extenuación de nuestros
músculos, reflejándose en estos sobre todo a nivel dorsal (trapecio).
Esta reacción por parte de nuestro cuerpo puede venir simplemente
tras sufrir cualquier situación estresante, problema, etc. Así dicha
situación prepara inconscientemente a nuestro cuerpo creando pensamientos
los cuales el cuerpo los adapta, manteniendo un estado de tensión
muscular crónica. Por ejemplo ante una situación que nosotros interpretamos
como amenazante, sin darnos cuenta adoptamos una actitud corporal
defensiva. Imagínense a un bebé que está siendo educado en un ambiente
hostil, donde las voces, regañinas, la violencia y demás es algo
habitual. Esta situación se refleja en el bebé en un estado permanente
de susto, en lo que se refiere a nivel corporal sin hablar de los
problemas emocionales paralelos. Cuando nos asustamos adoptamos
un estado de contracción muscular. Si el bebé vive estas situaciones
con
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gran frecuencia, también serán muy frecuentes estos
estados de contracción llegando a formar parte del estado
corporal natural del bebé. La mayoría de los traumas
psicológicos están reflejados a nivel corporal en forma
de contracturas, dando lugar a posiciones y movimientos
poco naturales, dificultando la auto-expresión. Si este
estado no se corrige o persiste en el tiempo puede desencadenarse:
contracturas, fatiga, pérdida de movilidad en los músculos
implicados, cefaleas, problemas gastrointestinales,
urinarios, etc. Los residuos de tales tensiones que
van quedando en el cuerpo se acumulan aumentando estas
con el transcurso de los días.
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Libre de tensiones y fluyendo
la emoción |
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Esta situación provoca una superactividad del sistema neurovegetativo,
creándose un círculo vicioso emoción-acción.
La valoración de la tensión muscular se hace catalogando la dureza
hallada por palpación en el músculo trapecio, según una escala de
cinco puntos de dureza, formada por materiales de goma espuma de
políuretano y siliconas.
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Detrás de la mayoría de las contracciones
o tensiones musculares hay una emoción no expresada, retenida.
Por ejemplo, en algunas ocasiones hemos tenido la sensación
de tener la parte superior del pecho oprimido, como si nos estuvieran
apretando, también unas ligeras ganas de llorar y algo de extrañeza
por no saber el motivo de esas ganas de llorar. Aquí hay un
importante componente educacional. El llanto normalmente se
asocia a una persona débil, cuando paradójicamente se es más
valiente afrontando con llanto aquellas situaciones que nos
inducen a llorar pues nos enfrentan al dolor. |
Detrás de la mayoría de las contracciones o tensiones
musculares hay una emoción no expresada, retenida. |
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El masaje reduce la tensión muscular,
ayuda a la mejora de la coordinación de los movimientos
y agiliza la circulación. |
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Quien permanece pasivo cuando el dolor le
invade, pierde la mejor oportunidad de liberarse de él y de
recobrar la fluidez mental y corporal. El tratamiento psicológico
consistiría en darnos cuenta de lo que hay detrás de estas
tensiones o contracciones musculares, con la intención de
dejar fluir esa emoción retenida por algún motivo y liberarnos
de ella. A medida que vamos liberando tensiones en forma de
llanto, risa, temblores, toses, vómitos, expresiones verbales,
etc., nos sentiremos más ligeros, ágiles y con un mayor bienestar
a nivel personal, pues estamos más en paz con nosotros mismos.
Tenemos menos asuntos pendientes y emociones que retener.
No por adoptar una actitud pasiva ante nuestros
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problemas emocionales desaparecen.¡Ni
mucho menos! Los llevamos con nosotros en forma de tensión muscular,
pues es en la musculatura corporal donde se sensan las emociones.
Así cuando estamos felices lo notamos a nivel corporal, mentalmente
sólo sabemos que nos sentimos bien. Por otro lado, y a nivel
fisioterapéutico los pacientes con tensión muscular pueden someterse
a dos tratamientos primordialmente: estiramientos y el masaje.
Esto es debido a que dicha tensión provoca un bloqueo de la
circulación debido a que los tejidos musculares contraídos comprimen
arterias y venas por lo tanto se produce una reducción del flujo
de la sangre. . El masaje reduce la tensión muscular, ayuda
a la mejora de la coordinación de los movimientos y agiliza
la circulación. |
Quien permanece pasivo cuando el dolor le invade,
pierde la mejor oportunidad de liberarse de él y de
recobrar la fluidez mental y corporal |
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Proporciona serenidad e induce a la relajación. Este tipo de masaje
es diferente a los demás, es un masaje suave alternando roces y amasamientos,
dijitopresión y manipulación de los canales linfáticos para la descongestión
de la zona y la eliminación de toxinas. |
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