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EL CONGRESO SOBRE LA UNIÓN REPUBLICANA
Y LA FIGURA DE NICOLÁS SALMERÓN
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Pedro Martínez Gómez Profesor
de I.E.S. |
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Fernando Martínez,
coordinador del congreso durante su visita a la Exposición. |
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L a conferencia
de apertura con el título "Los intelectuales y la política"
corrió a cargo del profesor de la UNED, Santos
Julia. Comenzó definiendo a los intelectuales como
personas ajenas a la política, pero que participan en el debate
público desde posiciones propias gracias a su autonomía intelectual.
Si bien, el término "intelectual" surge en Francia en los
últimos años del siglo XIX, la presencia de intelectuales
aparece en el tránsito del Antiguo Régimen a los Estados Liberales.
La profesionalización de la política en España a finales del
s. XIX, condiciona la existencia de intelectuales como personas
independientes y necesarias para contrarrestar esta profesionalización.
Expuso una clasificación de los intelectuales. En un primer
modelo o etapa aparecen los intelectuales como conciencia
de la amplitud con personajes como Galdós, Baroja o Unamuno.
Ante una masa fácilmente manipulable, los intelectuales tienen
la obligación de educar a esas masas. Más tarde y con Ortega
como representante, encontramos a los intelectuales que no
se centran en las masas, sino en una élite con el objetivo
de guiar a la sociedad española a su modernización y apertura
a Europa. Durante el franquismo, los intelectuales responden
a un modelo de político encargado de la cultura, que desde
posiciones propias del nacionalcatolicismo pretenden dirigir
la vida cultural española desde los cargos públicos. En la
actualidad, el triunfo de la democracia y el sufragio universal,
la mejora en el nivel cultural o los medios de comunicación
obligan a replantearse el concepto de intelectual. Hoy, más
que responder a un modelo de hombre sabio, el intelectual
debe ser una persona que conoce con profundidad aquello de
lo que trata. |
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Profesor
Santos Juliá
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El profesor José
Várela Ortega de la Universidad Rey
Juan Carlos, reflexionó sobre "Militares y política
republicana". Estableció una serie de etapas en
los que los militares españoles, al igual que sus compañeros
de armas de otros países, participan y condicionan la
vida política.Tras una etapa inicial de intervención militar
con una clara vocación política como en el caso de Riego,
pasó a una segunda etapa que abarcaría 1840-1865 en la
que los militares encabezan las distintas opciones políticas.
Ante una sociedad civil débil, los militares sustituyen
la voluntad popular y por medio de pronunciamientos posibilitan
la alternancia política, sin llegar a revoluciones y garantizando
siempre el poder de Isabel II. Durante el Sexenio los
militares adoptan un papel modernizador al romper la dinámica
tradicional de pronunciamiento y optar por unos cambios
que modernicen el país con la Constitución de 1869 como
elemento clave. Con la Restauración, el Ejército actúa
como institución que sustenta a la Monarquía y que sufre
las críticas de sectores como los republicanos ante hechos
como la Guerra de Cuba. |
"De
la sublevación a la política" |
Carlos Dardé Morales, profesor de la Universidad de
Cantabria, analizó el cambio en el sistema político español
que permitió el abandono de los pronunciamientos militares
y la puesta en marcha de un sistema de partidos políticos.
En el reinado de Isabel II los distintos partidos se dedican
a deslegitimar a sus oponentes, además de graves descalificaciones
permanentes personales entre los políticos. Fruto de este
rechazo mutuo, el pronunciamiento y los militares suplen
los mecanismos políticos que se le suponen. Sin embargo,
en la Restauración, tanto conservadores como liberales,
comprendieron la necesidad de la alternancia pacífica
y el respeto a opciones distintas. Buena parte de los
republicanos, entre ellos Salmerón, se sumó al rechazo
de la violencia y el apoyo al sistema de partidos. La
creación del partido maurista al amparo de D. Antonio
Maura, rompe con este mecanismo de normalidad entre partidos
y apuesta por volver a personalizar la política. |
La sesión sobre "El republicanismo centralista
y la Unión Republicana de 1903", se abrió con la conferencia
de Juan Manuel Díaz Sánchez de
la Universidad de Comillas titulada. "Nicolás Salmerón
y Alonso y el centrismo republicano".Tras una
breve introducción recordando sus lazos personales con
Alhama y sus investigaciones sobre la figura de Salmerón,
puso de manifiesto el contexto histórico después de 1830.
Centró su intervención fundamentalmente en dos aspectos:
la Internacional y el papel de Salmerón como Presidente
de la República y como Ministro de Gracia y Justicia. |
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Juan
Manuel Díaz Sanchez durante su intervención
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El profesor de la Universidad de Girona, Ángel
Duarte Montserrat dedicó su intervención a
"La Unión Republicana de 1903". La presidencia
de Salmerón de la Unión Republicana debe entenderse como
un reconocimiento a su categoría personal, intelectual
y su honestidad política, dejando de lado la interpretación
clásica de liderazgo personal como única opción de solucionar
los problemas. En las décadas de los 80 y 90, el republicanismo
había caído en una división motivada por la rigidez doctrinal
y los personalismos. Tras un intento frustrado de unión
en 1893, la Unión Republicana fue posible gracias al relevo
generacional dentro de sus filas, al 98 y la necesidad
de unión de los republicanos. Y es precisamente, Salmerón
quien sirve de nexo entre los dos momentos del republicanismo.
Sin embargo, la existencia de distintas tendencias y el
catalanismo político hacen fracasar de nuevo la unión
de los republicanos españoles. |
Para finalizar la sesión del miércoles tuvo lugar una
interesante mesa redonda moderada por el profesor de
Historia Contemporánea de la UAL,
Rafael Quirosa-Cheyrouze Muñoz, con el título:
"El republicanismo andaluz en el cambio de siglo".
El profesor Leandro Alvarez Rey, de la Universidad de
Sevilla se centró en la importancia de la masonería
y su relación con el republicanismo al tratarse de espacios
de sociabilidad republicanaTras una crisis al inicio
del s. XX, a partir de 1917 y sobre todo desde 1923,
hay un florecimiento de la masonería que se convierte
en espacio de libertad. El profesor Fernando Arcas de
la Universidad de Málaga, destacó como la Unión Republicana
supone un cambio en el republicanismo español al conseguir
la participación de las masas alejándose de su elitismo
tradicional, consiguiendo incluso el apoyo del obrerismo.
En Andalucía, la herencia de la U.R. pone en marcha
los primeros intentos para crear una organización netamente
andaluza, si bien no llega a cuajar. Diego Caro Cancela,
profesor de la Universidad de Cádiz, puso de manifiesto
las relaciones entre republicanos y movimiento obrero
en Andalucía. María Dolores Jiménez Martínez, profesora
de la Universidad de Almería, trató sobre el republicanismo
alménense a comienzos del siglo XX y más en concreto
la Unión Republicana de Almería.
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La sesión sobre "Institucionismo y política" acogió las reflexiones
del profesor Antonio Heredia Soriano
de la Universidad de Salamanca bajo el título: "La filosofía
durante el sexenio revolucionario (1868-1874)". Justificó
centrarse en el sexenio porque es un punto de referencia para los
republicanos y para la democracia. La filosofía es la base de todo
proyecto y está por encima de programas políticos y personales.
No debemos olvidar que Salmerón fue filósofo. En el sexenio convergen
dos proyectos políticos que responden a dos filosofías distintas.
En la etapa de la monarquía democrática domina un eclecticismo filosófico
de raíz espiritualista. En la república hay una base racionalista.
Manuel Suárez Cortina de la
Universidad de Cantabria trató sobre "El institucionismo en
la cultura republicana". Puso de manifiesto un alejamiento
del Institucionismo respecto a la Institución Libre de Enseñanza
al buscar componentes políticos más que educativos, definiéndose
como una propuesta de cambio en la filosofía, la economía, la política,
la educación y la sociedad.
En economía defiende una economía social que se aleje de una perspectiva
única de los mercados y por tanto responda a valores éticos.
La sociedad debe superar la lucha de clase decantándose por el
corporativismo y la solidaridad.
En educación es imprescindible la instrucción de los obreros, dentro
de un Estado laico que acepte la libertad de conciencia al tratarse
la religión como algo íntimo del individuo.
En política defiende la democracia representativa rechazando a
las oligarquías. Octavio
Ruiz-Manjón Cabeza, profesor de la Universidad
Complutense, dedicó su intervención a "Krausismo e institucionismo
en los márgenes de la vida política". Comenzó haciendo una
semblanza personal de Francisco Giner de los Ríos. Identificó el
krausismo como intento de moralización del liberalismo español.Tras
la cuestión universitaria, Azcárate, Giner y Salmerón son apartados
de sus respectivas cátedras, surgiendo en ese momento el modelo
pedagógico propio de la Institución Libre de Enseñanza en torno
a 1881.
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Antonio
Heredia Soriano investigador del pensamiento salmeroniano.
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La sesión sobre "Las culturas republicanas"
comenzó con la intervención del profesor de la Universidad de
Valencia, Ramiro
Reig sobre:"Historia de la Revolución
española de Blasco Ibáñez. Una interpretación republicana del
siglo XIX". En 1890 Blasco Ibáñez que contaba con 24
años escribió esta obra que dividida en tres periodos de 20
años, describía la revolución liberal española en clave popular.
Estructuró su análisis en varios epígrafes: la obra, el guión,
los actores, los escenarios y los discursos. El guión gira en
torno a una Historia política de hechos, de episodios nacionales
imitando a Galdós.Tipificó los actores en |
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reyes, causantes de la inestabilidad, militares, que en momentos
suplen a las masas, y los políticos, a los que responsabiliza de
buscar sus intereses personales con la excepción de Pi y Mendizabal.
El republicanismo es la solución milagrosa a los males de estos
actores. Los escenarios en su mayoría corresponden a guerras sangrientas.
En cuanto al discurso prima el federalismo.
"Republicanismo federal y Salmerón: encuentros y desencuentros"
fue el título de la conferencia de Pere
Gabriel, profesor de la Universidad Autónoma de
Barcelona. Como queda patente en el título, planteó la existencia
de dos culturas republicanas: liberal progresista vinculada a Salmerón,
y liberal democrática identificada con Pi i Margall. El republicanismo
federal de Pi tiene una base popular al intentar atraer a las clases
bajas en su interpretación del Estado como un elemento marginal
que debe desaparecer. El republicanismo centralista del que participa
Salmerón, tiene una concepción de democracia en la que participan
todas las clases bajo un criterio reformista, no revolucionario.
La concepción del Estado también diferencia a las dos tendencias
republicanas por la necesidad de la unión del Estado de los centralistas.
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El profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José
Álvarez Junco, tituló su conferencia "Visión
republicana de la nación". Expuso el hecho de no existir
una visión única del concepto de Estado. Los republicanos
se basan en la filosofía de la Ilustración en la que la razón
adquiere un papel predominante. ¿Cómo puede ser una persona
rey sin haber demostrado previamente unos conocimientos y
trayectoria? Por tanto, la República es el resultado de la
aplicación de la razón en la forma de Estado.
Es precisamente la aplicación de la razón la que enfrenta
a los republicanos a una España tradicional e inmovilista
que se rige por criterios contrarios a toda razón. La España
del siglo XIX, está imbuida por todo lo contrario a lo que
ellos propugnan, y de ahí su crítica. El nacionalismo fue
y es el gran fundamento de la autoridad para sustituir a la
autoridad real. El pueblo es nacionalista en el concepto de
nación como algo ajeno a la monarquía. La raza, el idioma
o las costumbres son elementos propios del nacionalismo. A
pesar de excepciones como las de Pi i Margall, los republicanos
defienden la necesidad de la unidad de la patria.
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José Álvarez
Junco, Catedrático de la Universidad Complutense
de Madrid
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El regeneracionismo es producto de la debilidad de sistema político
al intentar modernizar el Estado desde arriba y bajo una idea imperialista.
Los republicanos encuentran en Francia un modelo por su educación,
movilización, control del Estado, laicismo o libertad, además de
un ejemplo para acabar con el poder de la Iglesia que se oponen
a la modernización de la sociedad. Mitifican el concepto de pueblo
al que consideran mártir, inocente y la fuerza que puede emprender
los cambios necesarios. El republicanismo debe despertar al pueblo.
Desprecian el Parlamento y la clase política por su inoperancia.
En definitiva, el republicanismo del XIX lucha por una noción de
Estado fuerte.
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Ramón Vargas Machuca,
Profesor de la Universidad de Cádiz
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La sesión sobre "Los valores republicanos" se inició con
la intervención del profesor de la Universidad de Cádiz, Ramón
Vargas Machuca, con el título "Rendimiento
político del republicanismo hoy". Interesante conferencia
en la que puso de manifiesto, cómo los problemas de la actual
democracia pueden tener solución aplicando valores republicanos,
sin que esto suponga plantear un modelo alternativo a la actual
democracia.
Planteó la existencia de democracias defectivas que se corresponden
con distintos modelos:
Un primer modelo son las democracias por delegación
en la que una autoridad central asume en exceso el control
del poder, resistiéndose a la tradicional división de poderes,
lo que provoca un distanciamiento entre gobierno y ciudadanía.
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Un segundo modelo es la democracia mediática en la que los
medios de comunicación controlan el lenguaje político, dedicándose
a crear opinión, más que a informar.
Un tercero, lo constituye la democracia incompetente en
la que el poder es asumido por ineptos que por su propia falta de
conocimientos no saben dar respuesta a los problemas de la sociedad.
Por último el modelo denominado democracia irrelevante en
la que muchas funciones propias del Estado han pasado a estructuras
supranacionales como resultado de la globalización. Este modelo
de democracia no cuenta con el entusiasmo de los votantes, sino
que predomina la "ley del desencanto".
Ante estos modelos de democracia, claramente defectivos, los valores
republicanos tienen hoy plena vigencia. Valores como la libertad
en sentido de no dominación, la repolitización entendida como recuperación
de comunidades políticas estables con visión de conjunto, la recuperación
del componente deliberativo en las que las preferencias de los ciudadanos
surjan a partir del conocimiento, la participación que lleve a "ocupar"
los partidos para llenarlos de contenido, la virtud que profundice
en una cultura cívica, el patriotismo republicano, el interés por
lo público o la responsabilidad deben servir para corregir los defectos
y las disfunciones de la actual democracia.
El interesante tema del "Anticlericalismo y ciudadanía" fue
abordado por el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Manuel
Pérez Ledesma. El anticlericalismo presente en sociedades
librepensadoras en Bélgica, Francia o Italia, forma parte del pensamiento
republicano. La concepción racionalista niega la existencia de la
monarquía o la existencia de Dios. Junto a la base racionalista
expuso otras causas como la manipulación de las masas por parte
de la Iglesia, su enriquecimiento económico, ciertos componentes
culturales como la sexualidad del clero o ser representante de una
tradición que impide la modernización de la sociedad entre otras
causas. Tras este anticlericalismo se esconde una lucha por los
derechos de los ciudadanos. Sin libertad religiosa no hay plena
libertad, ya que el anticlericalismo forma parte de un movimiento
político profundo que lucha por la libertad y la igualdad.
Manuel Pérez Yruela, como sociólogo
del IESA, impartió una conferencia sobre: "Republicanismo y corporalismó".
Señaló como el corporalismo está relacionado con un mundo en que
todas las relaciones están reguladas. Partió en su análisis de la
relación entre las sociedades actuales con la idea republicana de
no dominación y exaltación de la libertad.
El Congreso se clausuró con una mesa redonda moderada por el profesor
de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla,
Manuel González de Molina, en la que los profesores
Álvarez Junco, Castro Afín y Vargas Machuca entre otros,
reflexionaron sobre interesantes cuestiones referidas a los temas
abordados durante el Congreso.
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