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Año 2003,
una fecha que recuerda
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al alhameño universal:
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Homenaje a don Nicolás
Salmerón y Alonso
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María
Carmen Amate Martínez
Comisaria de la Exposición
Instituto de Estudios Almerienses
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Fachada del palacio de la Diputación
de Almería, sede de la exposición
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"No puede vivir una democracia
sin una base de cultura" |
(Nicolás Salmerón)
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Un lugar primordial en el panorama cultural de la provincia
de Almería ha ocupado, sin duda, el homenaje celebrado
durante la primavera de este año 2003 al ilustre almeriense
don Nicolás Salmerón y Alonso.
Durante los meses de marzo y abril, en el centro de
la ciudad de Almería, grandes banderolas de color rojo,
dorado y lila, traían a la memoria de los que paseaban
por sus calles, el recuerdo de aquel alhameño que renunció
a las cotas más altas del poder por mantener sus principios
y la honestidad de su conciencia.
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El recuerdo de Salmerón ha convivido durante este tiempo con el
acontecer cotidiano de la vida de una ciudad sacudida por una serie
de acontecimientos extraordinarios marcados por la oscura sombra de
una guerra. Entre todos estos acontecimientos, una gran exposición:
Nicolás Salmerón (1837-1908), Semblanzas, nos aproximaba por
medio de una serie de elementos, de testigos de una vida, a otra forma
de vivir, de ser y de actuar. Desde sus vitrinas, decenas de documentos,
nos hablaban de paz, de honestidad, de responsabilidad, de la importancia
del esfuerzo personal, del amor al conocimiento... |
La provincia de Almería y con ella sus instituciones, ha
recordado la figura de don Nicolás con una serie de actividades
que han permitido que todos y cada uno de los almerienses
nos aproximáramos a lo que fue la trayectoria vital de este
personaje de nuestra historia más inmediata.
Primero, la exposición celebrada en el Patio de Luces de
la Diputación de Almería organizada por el Instituto de Estudios
Almerienses con la colaboración de Unicaja. El resultado de
esa colaboración, se ha materializado en un hermoso catálogo
que recoge, junto a una serie de textos que nos ilustran sobre
las diferentes semblanzas del personaje, más de 250 imágenes
que nos permiten recrearnos en el conocimiento de la personalidad
que fue don Nicolás.
Más tarde, el congreso celebrado durante los días 2 al 4
de abril en la Universidad de Almería coordinado por el profesor
Fernando Martínez López, en el que, desde múltiples facetas
se abordó su trayectoria política y el estudio de la España
en la que se desarrolló su vida.
Por último, el homenaje popular ofrecido por su pueblo, por
Alhama, la fría tarde del día 4 de abril en la que todos los
alhameños favorecieron sobremanera el reencuentro de don Nicolás
con sus paisanos los almerienses.
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Casi podíamos decir que ha sido este año 2003, el año de Salmerón,
tal como lo han denominado algunos titulares de prensa.
"Nicolás
Salmerón (1837-1908) Semblanzas"
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El "espíritu de Alhama" ha impregnado por unos días, el hermoso
Patio de Luces del Palacio de la Diputación de Almería. Alhama
y con ella, sus gentes, ocuparon un lugar relevante en el
panorama cultural almeriense durante el pasado mes de marzo
y primeros días de abril. La vida y la obra del alhameño ilustre,
Nicolás Salmerón y Alonso ha sido punto de encuentro, lugar
de reunión y reflexión para todas aquellas miles de personas
que, día tras día, han acudido a visitar la muestra.
Grandes retratos, elementos personales, fotografías y numerosos
documentos, todos ellos originales, nos permitieron acercarnos
al Salmerón hombre, al niño que cursó sus estudios en el Instituto
de Segunda Enseñanza de la capital, al joven estudiante que
marchaba a Madrid y
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alcanzaba su título de doctor en filosofía, al amante esposo y
padre de una numerosa familia, al anciano de mirada bondadosa que
pasa sus horas de ocio en la tranquilidad de su huerta de Alhama
rodeado de familiares y amigos.
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La vida y la muerte del personaje han desfilado ante el espectador
a través de una serie de documentos inéditos de especial relevancia
para su conocimiento. Se trataba, en definitiva, de acercarnos
a la figura de este personaje a partir de aquellos elementos
que conformaron su espacio más íntimo.
"La verdad que con propio esfuerzo
no se adquiere, ni arraiga en el pensamiento ni es eficaz
para la vida" |
(Prólogo al libro
de H. Giner "Filosofía y arte" Madrid, 1878)
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Salmerón filósofo, gran conocer de las nuevas corrientes
del pensamiento que se desarrollaban en Europa durante la
segunda mitad del siglo XIX. Sus lecturas, las anotaciones
al margen de sus libros nos aproximaban a su pensamiento y
lo que es más interesante, nos permitieron vislumbrar las
fuentes de ese pensamiento que configuraría su forma de ser
y de actuar durante el transcurrir de su vida.
En este pensamiento, el concepto de "ética social", tan presente
en su vida, adquiere una
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importancia especial pues formó parte de su discurso y la vez,
se constituyó en modelo de conducta.
El krausismo en España tuvo en Nicolás Salmerón una figura señera.
Alumno y amigo de Julián Sanz del Río, introductor en España de
esta corriente filosófica, favoreció desde su cátedra de metafísica
en la Universidad Central de Madrid, la difusión de esta corriente
de pensamiento, prestándole, al mismo tiempo un sello muy personal
al conjugar los planteamientos netamente idealistas con las nuevas
corrientes positivistas propias de este periodo histórico. Colaboró
así, Salmerón, a que el pensamiento español entrara en una de sus
etapas más ricas: la llamada "edad de plata" de la filosofía española.
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"La República vendrá
cuando sea, porque preferible será siempre algún
retraso a conquistar una República efímera que pudiera
envilecernos a todos" (Nicolás
Salmerón) |
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Por la dilatada trayectoria pública del personaje,
ha sido semblanza política el apartado más amplio de
la exposición. Presidiendo la muestra, un majestuoso
retrato de don Nicolás realizado por Federico Madrazo,
cedido para el disfrute de todos almerienses por el
Congreso de los Diputados. Retrato que, desde las paredes
de la Galería de los Presidentes del citado Palacio
del Congreso, nos recuerda el paso de un alhameño por
la presidencia de la I República Española.
Su larga vida política, iniciada en los años de juventud
con su pertenencia al clandestino Partido Demócrata
madrileño, la estancia en la cárcel del Saladero, su
primera acta de Diputado en 1871 durante el breve reinado
de Amadeo de Saboya, la inclusión en el primer gobierno
de la República como ministro de Gracia y Justicia junto
a su hermano Francisco -ministro de Ultramar-, el nombramiento
como Presidente de la efímera I República española,
la dimisión de esta inmensa responsabilidad ante la
divergencia entre el deber y su conciencia, la reunificación
de todas la tendencias republicanas en la llamada Unión
republicana de 1903; la plena vinculación con la vida
política catalana que
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culminó con su nombramiento como jefe de la Solidaridad Catalana,
en 1906, en definitiva, tantos y tantos documentos que nos perfilan
el hacer político del personaje durante casi cuarenta años. |
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"El pensar y el trabajar
son bases de grandeza, prosperidad y bienestar nacional"
(Nicolás Salmerón) |
Pese a ser la actividad política la faceta más destacada
y conocida en la trayectoria de Nicolás Salmerón, su larga
actividad docente y, .especialmente, su vinculación con
los nuevos planteamientos educativos y de renovación pedagógica
que se materializaron en la fundación de la Institución
Libre de Enseñanza, ocupa un destacado lugar en el recorrido
por la vida y la obra de este insigne personaje.
Correspondencia, circulares, oficios y otros variados
documentos nos ayudaron a recorrer su dedicación a la enseñanza,
su lucha por el mantenimiento del concepto de "libertad
de cátedra", la honestidad que supo imprimir a cada uno
de sus actos, los
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diferentes procesos de separación de su cátedra,
siempre causados por su lucha por las libertades, han quedado
patentes en la muestra.
"Entre el deber,
que no desconozco ni rehuso, de prestar a la autoridad
acatamiento, y el de cumplir las leyes que al mismo
soberano obligan, no puedo vacilar y desobedezco al
poder por obedecer la ley." (Fragmento
de su defensa sobre la libertad de Cátedra)
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Oficio remitido por Nicolás Salmerón
al Excmo. Sr. Ministro de Fomento renunciando a su cargo
de Auxiliar de la Facultad de Filosofía y Letras por
no verse obligado a sustituir a Castelar que había sido
separado de su Cátedra. Madrid, 20 de abril de 1865.
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Archivo General de la Administración,
Alcalá de Henares (Madrid) |
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Hemos señalado reiteradamente durante todo el periodo de visitas
como la vida de nuestro personaje fue una constante renuncia a sus
logros profesionales en aras, siempre, de su honestidad como persona,
del mantenimiento de su libertad de conciencia. Este concepto aparece
una y otra vez en su trayectoria personal, política y docente. Su
actitud no plantea dudas, nos encontramos ante un espíritu recto
y libre que no admite ataduras que condicionen el equilibrio entre
su pensamiento y su hacer diario. Todas las semblanzas que conforman
la vida de Salmerón, recogidas en la muestra, nos hablan de una
personalidad austera y familiar, de un espíritu laico que cree en
la inviolabilidad del ser humano y que considera que solo a través
del esfuerzo personal, de la educación, el hombre se hace más libre.
Un documento clave, ejemplo entre otros muchos, de esos valores
arriba citados, fue la carta enviada en abril de 1865 por el joven
Nicolás, al ministro de Fomento con la renuncia a su puesto de auxiliar
en la facultad de Filosofía de la Universidad Central por no verse
obligado a sustituir a Castelar que acababa de ser separado de su
cátedra ante las críticas vertidas contra el gobierno por la venta
de bienes públicos y el ingreso de esos beneficios a las arcas de
la monarquía. Salmerón que comparte plenamente esas críticas, no
duda en renunciar a su puesto, pese a ser éstos los únicos ingresos
que sustentaban su precaria situación familiar.
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El féretro de Don
Nicolás recibe el homenaje del Gobierno de la Nación
ante la puertas del Congreso de los Diputados.
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"La muerte implacable ha borrado del mundo
de los vivos una existencia, que brilló con luz
propia e intensa en el cielo de la intelectualidad
mundial..." |
(La República.
Vitoria, 26 de Septiembre de 1908)
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La muerte de Salmerón, la tarde del día 20 de Septiembre
de 1908, en el pequeño pueblo de Billére, lugar próximo a
Pau (Francia) donde disfrutaba de unos días de descanso, causó
una honda conmoción en todo el país. Diferentes cabeceras
de prensa editadas en puntos distantes de la geografía española
recogieron ampliamente
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el suceso. En la exposición, hemos tenido ocasión de ver una amplia
muestra al respecto así como palpar, tras el triste suceso, el afecto
que España tributaba al personaje.
Su recuerdo ha permanecido vivo en la memoria histórica de sus
paisanos los almerienses, más aún en Alhama, su pueblo natal. Testigos
de este recuerdo han sido los documentos gráficos expuestos, que
nos han permitido ser partícipes de acontecimientos históricos vividos
por todas aquellas personas que con el transcurrir del pasado siglo
XX han recordado en diferentes momentos al gran hombre que fue don
Nicolás.
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Tal sucedió aquella tarde del mes Diciembre de 1928, cuando
los miembros de la logia Salmeroniana acompañados por todos
sus vecinos inauguraron el busto que preside el paseo que
lleva su nombre en Alhama.
Igual, en el mes de Septiembre de 1931, recién proclamada
la II República española. Una vez más, Alhama y sus gentes
fueron los coprotagonistas del homenaje que los republicanos
almerienses rindieron al insigne republicano que había sido
don Nicolás.
Fueron también los alhameños los que reivindicaron la memoria
de su paisano más ilustre y gestionaron el regreso del busto
a su pedestal, al lugar que por sus cualidades humanas le
correspondía, allá, en plena dictadura del general Franco.
La transición democrática en el año 1977 trajo consigo, entre
otros muchos cambios, la recuperación de la memoria de Salmerón.
Una vez más el pueblo acompañó masivamente y prestó su entusiasmo
y calor al acto celebrado en Alhama.
Once años más tarde, también el pueblo fue partícipe del
homenaje que la Casa de Almería y de la Alpujarra en Madrid
rendía a don Nicolás. Imágenes entrañables de este evento
hemos tenido ocasión de contemplar en la muestra. Han sido
muchos los alhameños y alhameñas que ha podido rememorar esas
fechas frente a las imágenes que recogían los actos celebrados.
También su visión nos ha provocado una infinita nostalgia
al contemplar la imagen de aquellas personas asistentes al
acto, que hoy, unos años más tarde, ya no se
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encuentran entre nosotros. Su recuerdo se hacía patente en
el espíritu de sus familiares, amigos y vecinos de Alhama
que visitaron la exposición.
Tantos y tantos recuerdos que nos han acercado a las huellas
que fue dejando don Nicolás durante el transcurrir de su vida,
y en definitiva, a la propia vida de un hombre sabio, honesto
y bueno.
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