EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 10 | ARQUEOLOGIA |
HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS en el
solar del frontón y anexos
José Lizana
David Martínez Javier Morcillo Francisco Enríquez Emilio González |
El pasado mes de Mayo comenzaron las labores de cimentación del futuro frontón municipal. Dicho solar ocupa un lugar que ha sido primordial a lo largo de los siglos para nuestra localidad ya que en él, han brotado desde antaño uno de sus bienes más preciados: el agua termal. Agua que ha sido y es una seña de identidad del municipio, hasta el punto de darle nombre al pueblo. El terremoto 22 de Septiembre de 1522 cegó esta afloración. Aguas que conjuntamente con la posición estratégica del lugar, a mitad de camino entre la sierra, rica en recursos como la caza, los minerales, pastos para la ganadería etc. y las tierras de cultivo próximas, con posibilidades de irrigación hacen de este lugar un sitio idóneo para el asentamiento humano. Así pues es lógico pensar que todas las culturas que hayan pasado por este lugar aprovecharan o se valieran de este manantial como de uno de los elementos primordiales de subsistencia y ello llevaría consigo que en sus alrededores hayan quedado huellas de su paso en forma de restos útiles o infraestructuras de su aprovechamiento. De todos es sabido, el uso que la cultura clásica y musulmana hacía de este preciado elemento, aunque hay que suponer que otras culturas anteriores ya utilizaron dicha fuente. Así se constata la presencia de un asentamiento humano de época calcolítica (III milenio a. C.) en el Cerrillo de los Gitanos y otro en el Cerro de Los Castillejos. |
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Decididamente, si en algún proyecto común debemos fijar nuestra meta los alhameños es en nuestro futuro, en afrontar un presente de transformaciones y cambios que nos saquen de la crisis del abandono de un monocultivo tradicional, y nos proyecten hacia una sociedad de empleo, de bienestar y de modernidad que hagan de este pueblo, un pueblo de futuro. Pero este presente que vivimos no es una situación casual, sino el resultado de una serie de aciertos y de errores acaecidos a través de los siglos. Es el resultado de una historia común que nos ha llevado a ser como somos. Esta historia no es solo el paso de generaciones y generaciones de alhameños, es también un legado de sus costumbres, sus infraestructuras, su arte... etc. Herencia que nos llega y de la que nos debemos sentir orgullosísimos, debiendo, pues defenderla, conservarla y legarla a las generaciones venideras. |
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En la carretera Gádor-Laujar, a la altura del antiguo cine de verano, se encontrón un enterramiento argárico (II milenio a. C.) de tipo "Phithoi" (en urna de cerámica), seccionado por las propias labores de la obra. De éste se conserva mitad de una tulipa (1) como parte del ajuar funerario y un fragmento del borde de la urna contingente. |
Depósito de Arcilla |
La cercanía de estos restos evidencian el uso de este manantial desde el III milenio a. C. hasta nuestros tiempos. Es pues, lógico pensar que esta zona suscita un alto interés arqueológico que resolvería muchas lagunas de nuestra historia. Dicho interés ha quedado constatado a raíz de las obras del nuevo frontón, porque han sacado a la luz importantes restos arqueológicos. Si bien la información es solo parcial, primero por no haberse podido obtener mediante una excavación arqueológica. Y segundo, ya que ésta no ha sido posible, se obtuvieron mediante una prospección ocular de una mínima parte del terreno. Considérese que de dieciséis zanjas de cimentación que se abrieron, solo se examinaron cuatro. Se perdió así una oportunidad única para su conocimiento.
Del total de lo examinado, como primer dato, podemos afirmar que no se trata de una escombrera, sino que aparecen dos niveles ocupacionales claramente definidos en cada una de las cuatro zanjas examinadas. Un primer nivel de época musulmana (S. XIII al XV d. C.) potente ocupando desde un metro de profundidad hasta los dos metros. A continuación un segundo nivel más profundo (sobre unos tres metros) asociado a la cultura romana (S. I y II).
Sobre la presencia musulmana aparecieron los restos de una edificación, más concretamente un muro de tapial y mortero de un metro de altura y un grosor de cuarenta cm. Perfectamente conservado. A este, iba asociado un suelo de yeso sobre el que se encontraba una vasija de grandes proporciones usada como contingente de otros útiles cerámicos. En su interior se encontraron nueve recipientes(2)de uso doméstico. Junto a esta construcción y en el mismo nivel, aparecen en las zanjas C y D una capa de unos quince cm. de restos cerámicos sin cohesión formal ni decorativa, entre los que abundan un importante número de fragmentos con defectos de cocción al igual que aparecen varias trébedes y atifles, piezas estas utilizadas en los procesos de producción alfarera.
Esto nos hace identificar el espacio ocupado en las zanjas A y B como una vivienda y el de las zanjas C y D como un posible vertedero de alfar, debido a que muy próximo a este lugar (estructura de nueva construcción frente al taller mecánico) se constató en su día la existencia de dos hornos alfareros asociados a construcciones(3)al igual que un depósito circular para la arcilla. Por lo que respecta al nivel de época romana, se constató la aparición de treinta y dos fragmentos cerámicos. Los más abundantes son del tipo "terra sigillata". Como pieza cerámica de uso doméstico más significativa destaca la mitad de una olla de cuerpo globular que presenta una decoración de dos líneas paralelas incisas a un centímetro del borde. Destacar también un fragmento de lucerna decorada con panes y un fragmento de vidrio. En cuanto a evidencias constructivas aparecieron un muro de sillar de piedra junto a un suelo de losas del mismo material sobre el que se encontraba el fuste de una hermosa columna (4). En la actualidad es la columna, el único elemento que se conserva, ya que fue recuperada antes del sellado de la zanja en el último instante. |
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Estos hallazgos no hay que individualizarlos, sino todo lo contrario, entenderlos en su conjunto global y ponerlos en relación con los restos anteriormente encontrados en este lugar (recuérdese la Dama de Alhama, numerosas teselas de mosaico, otros lienzos de muro... etc.) para darnos cuenta que esta zona realmente tiene una enorme importancia arqueológica e histórica para Alhama. |
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A,B,C y D: Zanjas de cimentación. |
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Descripción de las piezas halladas de la época musulmana 1. Ataifor de pie anular, moldurado de pared interna mayor que la exterior y solero cóncavo, paredes carenadas con quiebro para formar una pestaña que remata en labio redondeado y ligero umbo en el anverso. De pasta rosada con incrustaciones de caliza y pequeñas micas. Hecha a torno, decorado con vidrio verde claro en el interior y exterior. Se observan huellas de trébede. Tiene una cronología en torno al siglo XV y tiene paralelos en Flores, Granada, 1988. 2. Ataifor de pie desarrollado solero cóncavo, pared troncocónica, de pasta grisácea oscura con incrustaciones de mica y partículas negruzcas. Hecho a torno, presenta vidrio verde oscuro sólo en el interior. Se observa restos del atifle de apoyo en el interior. Tiene una cronología del siglo XV. 3. Cazuela de base convexa, pared ligeramente curva y abierta en borde hacia el exterior, sin asa. Pasta rojo ladrillo, con abundantes intrusiones de mica y cal. Hecha a torno, presenta vidrio blanco al interior. Cronología siglo XIV 4. Cuerpo de jarra, con base convexa y cuerpo globular con presencia de arranque del asa. Pasta anaranjada, presenta una decoración en cuerpo en rojo, formando grupos glutiformes en ocasiones unidos en cuerpo. Cronología del siglo XVI. 5. Jarrita de base plana y cuerpo periforme con borde envasado y presencia de un asa. Pasta amarillenta, decorada con digitaciones verticales en rojo, en cuerpo y borde. Cronología siglo XIV. 6. Olla/Marmita de base cóncava, cuerpo abolsado y hombro marcado y borde redondeado con inflexiones internas para apoyo de tapadera, con dos asas. Pasta rojiza compacto con intrusiones de cuarzo y mica, elaborada a torno. Vidrio verde interno y chorreo en pared exterior. Cronologías del siglo XIV/XV. 7. Olla/Marmita de las mismas características que la anterior pero de mayores proporciones. 8. Cuello y borde de jarra de pasta amarillenta con decoración geométrica en manganeso, distribuida en dos cuerpos, el inferior formando espigas encuadradas y el cuerpo superior formando espigas horizontales separadas por bandas horizontales. Tiene una cronología en trono al siglo XIV. 9. Dos anafres de base plana, cenicero troncocónico invertido con abertura triangular. Cuerpo superior de pared abierta con canales de aireación. Parrilla perforada con tres vástagos horizontales en el interior para apoyo de la vasija. De pasta rojiza, presenta abundantes intrusiones de mica-esquisto. Elaboración a trono y mano. Presenta decoración a base de impresiones digitales. Tienen una cronología en trono al siglo XIII/SV. 10. Jarrón con pie indicado y solero cóncavo con protuberancia central. Cuerpo con tendencia bitroncocónica con cuello estrecho, cilíndrico con borde redondeado. Dos asas. De pasta amarillenta, presenta decoración en manganeso, con pequeños trazos verticales y horizontales en cuerpo y asas y en el cuello totalmente pintado un rallado en zig-zag. Tiene una cronología en torno al siglo XIV/SV. 11. Parte del cuello de una jarra de pasta amarillenta que presenta una decoración en manganeso apareciendo parte de la cabeza de una ave emplumada en sus dos lados, enmarcada por espacios rellenos de puntos. Tiene una cronología en torno al siglo XIV. |
1.- Vasija carenada de borde exvasado de forma 5 de Lull. Es propia de usos funerarios.
2.- Piezas cerámicas detalladas y descritas medievales.
3.- Sobre los restos de esta alfarería aparecieron diversos restos de muros y más concretamente una esquina de tapial y otra mayor de ladrillo. La primera aun contenía en su interior objetos cerámicos boca abajo y una parte de la parrilla de atifles que podíamos identificarla como un horno. La otra estructura, más endeble, debido a que está construida con ladrillos verticales como un deposito para arcilla y contenía gran abundancia de este material.
4.- Fuste de columna de piedra caliza porosa de color beis rojizo de noventa y nueve cm. de altura y 22 cm. de diámetro. Presenta rebordes pronunciados en sus extremos inferior y superior ligeramente marcados de unos cinco cm. de anchura. La columna está en muy buen estado, amén de los surcos dejados por la máquina excavadora en el momento de su descubrimiento. Por el tipo de material lo suponemos de producción local, por ser éste muy abundante en la zona y considerando la existencia de canteras explotadas desde antiguo.