EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 8 HISTORIA

Últimos hallazgos sobre la presencia romana

Autores
José Lizana
David Martínez
Javier Morcillo
Francisco Enríquez
Emilio González

Tradicionalmente, y como así reza en todas las publicaciones que hablaban de la formación y origen de Alhama, se situaba a finales del siglo IX por los marineros de Pechina, como producto de la necesidad de afianzamiento y control de territorio ante la creciente inseguridad e inestabilidad de la zona.

 

También es verdad que en estos últimos años, se ha dejado una puerta abierta a la posibilidad de que esto no fuese así.

Sólo tendríamos que repasar los estudios publicados sobre historia local por Cara Barrionuevo y Juana María Rodríaguez López (1), para ver que ya en el siglo I a II d.C. Alhama contaría con una población estable. Un asentamiento.

Es por ello por lo que creemos oportuno poner en conocimiento, la existencia de una serie de materiales hallados en la localidad de los que hasta ahora no se tenía noticia y que podrían consolidar aún más la existencia de Alhama en la época romana.

En primer lugar, tenemos referencia de la existencia de una estatua aparecida en las proximidades de La Puente, más concretamente en el camino de La Puente a Fuente Rey, la cual hace casi 20 años fue hallada por un vecino. Dicha escultura representa a un hombre desnudo con la mano derecha apoyada en el pecho y el otro brazo totalmente extendido de forma horizontal faltándole la mano, la cara inclinada mirando a la izquierda y las piernas abiertas en forma de V invertida. Conservaba la cabeza totalmente, y aunque eran apreciables al boca, nariz y ojos, la cara estaba muy gastada pero no rota, también le faltaban los genitales. Sin poder precisar mediría alrededor de 40-50 cm. de altura. Desgraciadamente la persona que la encontró dice haberla perdido, como siempre desconociendo la importancia de los hallazgos. Así pues, esta información sólo se puede contrastar con el testimonio de casi una docena de personas que la vieron.

Otro hallazgo, aunque de muy pequeño tamaño (2,5 cm x 1 cm x 1 cm), pero posiblemente de mucha importancia, por lo que sugiere, son dos teselas de color negro unidas entre sí, aparecidas en el mismo lugar donde apareció la "Dama de Alhama" (2). Sólo se recogieron estas dos, aunque pudiese haber más, pero todo apunta a que formasen parte de un conjunto; un mosaico.

Así pues, si conjugamos estos dos elementos, la existencia de una escultura suntuaria, y la de un mosaico, teniendo en cuenta que el lugar de su aparición dista muy pocos metros del nacimiento del manantial termal y conociendo también la importancia en el ámbito romano del termalismo no sólo como terapia o servicio a la comunidad, sino también como un rito religioso, sugiere la idea de la existencia en dicho lugar de un edificio que muy bien podría haber estado relacionado con un uso termal: unas termas.

En el sondeo realizado en la plaza de Abastos para inspeccionar los cimientos del mercado de abastos aparecieron varias piezas de terra sigillata entre los que hay que destacar la aparición de un fragmento decorado con lo que puede ser la figura de un can (perro) rodeado de un triple círculo y otras formas indeterminadas. Igualmente en las obras de construcción de la nueva carretera, en el paraje del Pago aparecieron varios restos de terra sigillata al igual que en la parte trasera de una lucerna.

En cuanto a la aparición de restos numismáticos podemos documentar la existencia de un número considerable de monedas, la mayoría situadas cronológicamente entre Trajano (98-117 d.C.) y Antonino Pío (138-171 d.C.) y localizadas en el polígono industrial de Huéchar, Loma de los Frailes, Ramblón, Pago y alrededores de Fuente Rey.

En este apartado merece mención aparte, la aparición de un "tesorillo", llamado así por aparecer todas ellas agrupadas. Este tesorillo consta de 21 sestercios y 3 as: 1 sestercio de Trajano, 5 deAdriano y 6 de Antonino Pío; el resto por su desgaste es imposible precisar su cronología.

El conocimiento de este "tesorillo", y la existencia de otro aparecido en Gádor de igual cronología no llevaría a suponer que no fue un temor individualizado, sino que sería la causa de un temor generalizado en la zona. Si repasamos los acontecimientos acaecidos, a nivel regional en la segunda mitad del siglo II d.C., posiblemente hallaríamos respuestas a estas preguntas. Nos referimos a las invasiones Norte Africanas sufridas por la Bética y sur de la Tarraconense acaecidas según los historiadores entre el 168 y 170 d.C. (3) Dichas incrusiones traían consigo asaltos, saqueos y muertes, y el consiguiente miedo a ser víctimas de estos y como medida de precaución la ocultación de sus bienes, con la esperanza de poder sobrevivir a tales acontecimientos.

Sobre el tema de que la calzada pasara o no por Alhama empezaremos por buscar referencias escritas.

El itinerario de Antonino será la fuente que nos suministra más datos sobre el transcurso de la calzada en nuestra tierra. Las referencias que tenemos de él, hablan del tramo entre Acci (Guadix) y Urci (Chuche) pasando por Abula o Alba (Abla) y Finiana (Fiñana). El tramo que corresponde a Alhama sería el comprendido entre Abula y Urci. Si tenemos en cuenta que el paso natural de las costas almerienses a las llanuras de Granada es el cauce del Andarax-Nacimiento (4) y sabiendo el modo de salvar obstáculos que tenían los romanos, y su costumbre de no encauzar las calzadas por los valles de los ríos, cabrían dos itinerarios posibles. El primero subiendo por el margen derecho del río, lo que implicaría, ya saliendo de Urci cruzarlo para pasar a esta margen y subiría paralelo a este teniendo que salvar ramblas como las de Tabernas y la de Gérgal, hasta llegar a las estribaciones del río Nacimiento.

En este transcurso nos encontraríamos con asentamientos como Quiciliana (Gádor) o la Calderona (Santa Fé). El otro itinerario posible sería saliendo desde Urci por el margen izquierdo del río, actualmente correspondería al antiguo camino viejo de Almería a Alhama. Siendo la distancia más corta, y teniendo que salvar pequeñas ramblas con trazados rectos, tan sólo encontraría un accidente geográfico: la rambla del Tajo los Pollos y el paso del río Andarax. En el transcurso de este trazado, encontramos tres asentamientos, figurando en primer lugar Peñón del Rayo.

Dicho asentamiento está justo a pie de camino sobre un pequeño montículo en el que aparecen restos dispersos en un área aproximada de cuatrocientos metros cuadrados, dichos restos en su mayoría son de cerámica de uso doméstico y común, salvo algunos fragmentos de terra sigillata, entre las que destaca algunos fragmentos decorados, un fragmento de lucerna, y parte de una fíbula de bronce.

Por la extensión en sí de él, todo apuntaría a que se tratase de sólo una vivienda que bien podría explotar el manantial de las "aguillas" y su zona de cultivo, y nos cabría la posibilidad de que tuviera relación con el abastecimiento y asistencia en la calzada.

Siguiendo el camino en dirección a Alhama nos encontraríamos con la cuesta de Fuente Rey, en la que se conservan dos tramos del camino empedrado, uno de ellos de unos cien metros de longitud por unos cuatro de anchura, con sus sistemas de desagüe asociados y un muro en ambos lados delimitándola, hasta llegar a Fuente Rey donde para cruzar la rambla de Huéchar se encuentra Puente Mocho, que conocido desde la antigüedad, fue a partir de la riada de Septiembre del 97, cuando quedaron al descubierto los sillare y el empedrado que formaban las bases del puente. Tramo especialmente llamativo sería el que sube desde Puente Mocho al yacimiento de Fuente Rey, donde todavía son apreciables los grandes muros que la delimitan, así como las fases constructivas de ésta, quedadas al descubierto por la erosión, la forma de discurrir ladeando el terreno, evitando así grandes desmontes y evidenciando la típica forma de construcción romana.

Es justo en este tramo donde se encuentra el segundo yacimento, de una extensión mayor al anterior, sobre una planicie donde dominando la rambla de Huéchar y el manantial de Fuente Rey, terreno aterrazado, sobre el cual aparecen restos de construcción como es la base de una columna votiba, excavada sobre unas rocas (5); y algunos trazos de muro poco perceptibles, aunque lo más abundante es la gran cantidad de restos cerámicos que presenta, tales como un pondius (pesa de telar), fragmentos de diferentes tipos de lucernas, de terras sigillatas, entre ellas varios fragmentos decorados, destacando un fragmento con el sello del alfarero. Por la amplitud de este asentamiento, y dado la abundancia de cerámica de lujo, denotamos un estatus económico mayor que en el yacimiento anterior. Cabría suponer que se tratase de una gran villa rústica, o bien, de un grupo de viviendas, las cuales explotarían el agua de Fuente Rey y los márgenes de la rambla de Huéchar como zonas de cultivo, y así lo atestiguan restos cerámicos encontrados en dichos márgenes.

Buscando la conexión entre ambos yacimientos y el principal que suponemos se encontraría en la actual Alhama, la calzada transcurriría buscando la zona más estrecha para salvar el barranco del Tajo los Pollos, donde nos encontraríamos "La Puente", que sin suponerla obra romana, si estaría construida sobre los restos del antiguo puente romano.

Por último, llegaríamos a Alhama que con los restos recogidos por D. José Lizana y estudiados por Cara Barrionuevo y Rodríguez López, más los últimos aparecidos y teniendo en cuenta que ninguno de ellos ha sido encontrado por metodología arqueológica sino recogidos por vecinos de Alhama, y por la amplia zona de dispersión en lso que se ha localizado (recordemos que tenemos hallazgos alrededor de Juego de Pelota, plaza de Abastos, calle Andalucía, calle Pablo Picasso, calle Salmerones, y Castillejos) sugieren la existencia de un asentamiento de una extensión considerable. Si a ello le sumamos también toda la zona de cultivo anexa a este asentamiento; Pago y Quinta, al igual que su potencial termal y de riego por su manantial de agua estaríamos en torno a un núcleo residencial con una amplia zona de influencia.

Así pues, creemos que estos tres asentamientos estarían entrelazados entre sí por un camino y a la vez conectado con Urci.

Por lo tanto si ésta no era la calzada principal que unía Urci con Acci, era un camino utilizado en esta época. El camino continuaba hasta la cuesta de Juan Pascual y desde ahí partía un carril dirección a la zona minera de Marchal y a la costa y otro bajaba buscando la conexión con el rio Nacimiento para salir a Abula.

1.- Cara Barrionuevo, L y Rodríguez López, J.M.: "Hallazgo de una escultura romana en las proximidades del manantial de aguas termales de Alhama de Almería" Espacio, Tiempo y Forma, Serie 11, Hº Antigua, T.V., 1992, págs 401-420.

2.- Escultura romana, acéfala, de mármol blanco, de 26 cm. de altura aunque pudo alcanzar una altura total de 70 cm., que representa a una mujer vistiendo una túnica a la que le faltan las extremidades inferiores en su totalidad y las superiores en parte.

3.- García Bellido las fija en el 168 y 172 como también Bosch Gimpera y Aguado Bleye en el 170 d.C.

4.- Arribas.

5.- Hueco de unos 50 cm. de profundidad por unos 35 cm. de diámetro con tres canaladuras para su sellado con plomo.