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Alhama, Huécija, Marchena.
Tres lugares, tres destinos
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Juana Mª
Rodríguez López
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Arqueóloga, licenciada
en las especialidades de Prehistoria e Historia Antigua
por la Universidad de Granada (1981). Ha dirigido
o codirigido diversas prospecciones en el río Andarax
y Alpujarra oriental y excavado en Los Millares. Realizó
la tesis de licenciatura sobre las necrópolis megalíticas
de Alhama y diversos trabajos sobre la prehistoria
reciente en la provincia. Autora de varios artículos
y coautora del libro de "Castillos y poblamiento en
La Alpujarra medieval. El caso de Alhama de Almería"
(1992). |
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Lorenzo Cara
Barrionuevo
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Arqueólogo, licenciado
en las especialidades de Prehistoria e Historia Antigua
por la Universidad de Granada (1981). Participa en
diversos proyectos de investigación histórica y arqueológica
en el ámbito rural (Alpujarra oriental) y urbano (Almería).
Investigaciones centradas en arqueología espacial
(ocupación del territorio, estructura del poblamiento)
e historia agrícola (sistemas de irrigación, ganadería,
etc.), con casi medio centenar de artículos. Autor
de nueve libros. |
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Quizás
muchos sepan que Alhama perteneció a la taha de Marchena,
una antigua población situada en un cerro al lado
del río Andarax, que por su altura domina todo este
tramo del valle.
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Aunque el nombre
perduró en los documentos hasta inicios del siglo pasado, Marchena
fue despoblada en 1490 (1). El centro político pasó luego
a Huécija, en la que el señor de Maqueda (Toledo) -a quien los Reyes
Católicos donaron estas tierras en 1494 y Carlos I nombró duque-
tenía su administración y fundó diversos edificios. Lo que desconocíamos
hasta ahora es que la primera capital de este señorío estuvo una
vez en Alhama, donde los moriscos se reunían para tomar decisiones.
¿Cual
fue el papel de las tres poblaciones en una zona geográficamente
perteneciente a La Alpujarra pero políticamente vinculada a la cercana
Almería? ¿Es posible rastrear en los textos, entre los restos arqueológicos
o en el nombre de los lugares si alguno de ellos alcanzó una posición
política preeminente en un momento determinado y por qué?
Al
hablar de un centro, habría una periferia. Pero, ¿cuantos centros
hubo en realidad? ¿Por qué se produjeron estos cambios de lugar?
La organización de
un territorio
Las
fuentes sitúan en el año 891 la fundación de un conjunto de "castillos"
(2) en el medio Andarax. Entre ellos los de Alhama, Alhabia,
Marchena, Illar y Bentarique. En realidad no eran fortalezas sino
alquerías de campesinos, formadas en el límite del territorio de
Pechina y provistas de una sola fortaleza común, localizada en Marchena.
Precisamente este lugar se cita poco después, cuando los árabes
yemeníes de la familia Tariq (los banú Tariq que dieron nombre a
Bentarique) se oponen en el 915 a los alzados en la alcazaba de
Almería (3) dentro de la rivalidad propia de poblaciones
de muy distinto origen que se coaligan en lucha por la jefatura
de lo que entonces era una próspera ciudad.
En
apariencia estas aldeas constituyeron una apacible comunidad de
campesinos, preocupados por el cultivo de la tierra y el regadío,
de estructura social igualitaria. Los pueblos asentados al pie de
sierra de Gádor contaron con minas o nacimientos, que recogían en
balsas. Sólo Bentarique y Terque dispusieron de una acequia común,
cuyos sobrantes aprovechaba Alhabia. Las acequias se prolongaron
después y, conforme aumentaba la tierra de cultivo, se abrieron
otras hasta originar conflictos que evidencian el papel de las distintas
alquerías.
A
parte de estas informaciones, son pocos, muy pocos, los datos que
tenemos para orientarnos en el fluctuante, confuso y aparentemente
contradictorio papel que desempeñaron las tres poblaciones en la
comarca durante la Edad Media, en especial Alhama, el pueblo que
siempre tuvo más número de habitantes en la zona.
A
mediados del s. XII, Al-Idrisí (4) la llama Alhama Guxaxar
(Baños de ¿Ugíjar?). En la descripción del itinerario de Almería
a Granada cita, a continuación, un Alhama Wexitan, que se traducen
por Baños de Huécija y que a todas luces deben identificarse con
los de Alicún. En principio, estamos ante una equivalencia literaria:
tanto Huécija como una enigmática población tendrían instalaciones
termales, que acabarían por concentrar el suficiente número de vecinos
para formar una aldea autónoma. Pero también podríamos pensar que
este breve texto señala una relación de origen y pertenencia, pues
-de alguna manera- Alhama y Alicún serían barrios desgajados de
poblaciones anteriores y más importantes.
Efectivamente,
a juzgar por los hallazgos arqueológicos, Huéchar
fue importante desde el siglo VII al X
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Nombrar las cosas
A
nadie se les escapa que -muchas veces- al denominar un hecho o circunstancia
estamos caracterizándolo, eligiendo para ello la palabra si no más
precisa al menos más significativa. La importancia de la toponimia
para la historia es reconocida por todos. Pero los nombres de lugar
nos han llegado deformados por los copistas que no acertaban a descifrar
las antiguas palabras o simplemente nos fueron transmitidos por
gentes que desconocían su significado y el idioma en el que se formularon.
La
mayoría de estas alquerías tienen nombre árabe, a pesar de que en
algunas sean conocidos restos romanos, como en Alhama (5).
Marchena es la única que muestra origen latino, probablemente derivado
de un gran propietario de la zona llamado Marcius (6). Alhabia
puede ser "La Blanca", Alhama ("El Baño"), Alicún ("El Ingenuo"),
Huécija ("Centro") e Illar ("Alta"). La familia Tariq se dividió
en dos grupos o subfamilias: Bentarique y Terque (¿Tarqa?), pues
es improbable que el camino principal de acceso a La Alpujarra (tariqa)
pasara por el fondo del valle (7). Quedan los pueblos de
la cabecera (Rágol e Instinción), tan enigmáticos -sobre todo el
segundo- que aparecen con muy distinta grafía en documentos castellanos
del s. XVI.
Si
"alhama", "huécija" o "marchena" no presentan dificultad de interpretación,
no sucede lo mismo con "gusasar", palabra que también podríamos
leer como "guchachar" o "gujajar". Para Oxíjar, Juan Corominas (8),
defiende una etimología semejante a Ortexícar, es decir hortum
sacrum, "huerto sagrado", a través de la variante Oxícar. Sin
embargo, el nombre tiene una estructura árabe que nos parece alterada
por una mala transcripción y que recuerda a Huéchar, derivación
de wayar a través de "guáchar", con el significado de "tajo"
o "talud".
Efectivamente,
a juzgar por los hallazgos arqueológicos Huéchar fue importante
desde el siglo VII al X. Situada a lo largo de la ladera de la loma
del mismo nombre, en el actual término municipal de Sta Fe de Mondújar,
los restos del lugar indican que se despobló después para volver
a habitarse del siglo XIII al XVI. Por tanto, la vinculación que
establece Al-Idrisí entre Alhama y Huéchar más bien parece una mera
relación geográfica, si es que no se trata de una dependencia inversa,
es decir que los habitantes de Huéchar abandonaran el lugar para
residir en Alhama.
Tres órdenes de población
Conforme
avanzamos en el tiempo, tenemos más elementos para comprender la
estructura política y la organización social de este territorio
que llegó a ser la taha de Marchena. Para ello sumaremos las referencias
recogidas de cada población.
Huécija
procede del árabe wasita (9) con el doble significado
entre los granadinos de "tercero de quien dos confían", "tercería",
"intermediación" o bien "centro", "punto en medio", lo que sugiere
el lugar de acuerdo para solucionar los conflictos tribales. En
una recopilación de biografías del s. XIV (10) figura como
umm al-qurà, es decir "madre de los pueblos", denominación
coránica de La Meca (11) para referirse a su papel de centro
religioso de los musulmanes. Ambas afirmaciones resultan incomprensibles
si las separamos de su contexto histórico y social.
Un
rasgo marcado de la organización económica y social general de las
sociedades tribales es la existencia, en casi todos los grupos,
de un mercado o zoco semanal. El día de mercado es un día de paz,
porque el lugar es sagrado, inviolable, para lo cual muchas veces
se levantaba una mezquita u oratorio. El consejo tribal se reunía
dentro del zoco o en sus inmediaciones, bajo un árbol, precisamente
para vigilar la observancia de los acuerdos y deliberar sobre otros
asuntos pendientes de interés general que ocurrieran en el transcurso
de la semana.
En
el Magreb, a estos lugares centrales, de intercambio, se les llama
suq (cuando estaban despoblados y sólo se ocupaban para intercambiar
productos), seguido por el nombre del día de la semana en el que
se celebra (si era periódico) o del nombre de la tribu (inexistente
aquí pues en el territorio convivirían varias).
Huécija
podría ser también la verdadera población inicial o al menos la
primera reconocida como tal, la "madre" de las demás al servir como
modelo de asentamiento. Este prototipo más que topográfico (el barrio
más antiguo parece situarse en un cerrillo) o urbanístico pudo ser
económico (relativo a las condiciones de producción) y social (implantación
de las tribus como complejos sistemas de parentesco) en la medida
que la población "indígena" (tardorromana) se encontraba dispersada
en pequeños núcleos familiares que cultivaban cañadas de secano
(12).
La fortaleza y la
comunidad
Marchena
fue la fortaleza común de todas las alquerías de la zona. Durante
el periodo de inseguridad general que asoló la Península a finales
del siglo IX, las poblaciones de las diversas zonas se pusieron
de acuerdo en levantar un nuevo lugar amurallado en el que refugiarse.
Tras la pacificación alcanzada por Abd al-Rahmán III, volvieron
a sus antiguos pueblos.
El
porvenir de estos lugares fortificados fue muy distinto: muchos
quedaron arrasados en el conflicto, otros acabaron por convertirse
en pequeñas ciudades, finalmente, algunos arrastraron una vida lánguida
pues sólo quedaron soldados del Estado omeya, familiares y una pequeña
población.
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Restos
del Castillo de Marchena 1490-1502
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Las
ruinas de Marchena nos presentan un gran poblado,
sin duda el mayor de toda el valle, provisto de murallas
y de una pequeña fortaleza superior.
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Las
ruinas de Marchena nos presentan un gran poblado, sin duda el mayor
de toda el valle, provisto de murallas y de una pequeña fortaleza
superior. Sus restos abarcan de finales del siglo IX al XV pero
cambian de importancia según las épocas (13). Aún poco habitada,
su significado político fue mucho mayor al ser elegida por los distintos
estados para dominar el territorio haciéndola sede de poder. Para
ello albergó la guarnición militar de la zona y fue centro judicial.
Algunos documentos nos ilustran este hecho.
En
el pleito entablado entre 1520 a 1527 por los concejos de las tahas
de Alboloduy contra los de Marchena por la propiedad de cuatro acequias
(AChGr. 507/1449/5; sin fol.), se adjunta un interesante documento
del siglo XIII que nos ayuda a conocer la administración almohade
del valle. Se trata de un apeo de las aguas y tierras de Falix,
una "de las alcarias de rio de habia [¿río de Alhabia?] jurediçion
de Marxena de Almeria", dice el documento para referirse a una
antigua población situada río abajo de Alboloduy, en su misma orilla
y término municipal. En los trámites comparecieron una serie de
testigos que tienen que dirigirse a Marchena, residencia del juez
que dirime el litigio y certifica las escrituras, aunque más tarde
algunos alegan ante la instancia superior de Almería (14).
Pocos
años después sabemos de un personaje (Ibn Mahib) que fue predicador
de la Alcazaba almeriense y obtuvo de su gobernador (Ibn al-Ramimi)
importantes cargos como ser alcaide (capitán) de Marchena y embajador
en Túnez (15). Datos arqueológicos (monedas, inscripción
sepulcral, cerámica) nos hablan de la relativa reactivación de la
vida en el poblado a lo largo de los siglos XIII al XV. Finalmente,
y quizás desde el último cuarto del siglo XIV, dio nombre a una
taha o circunscripción administrativa (es decir, fiscal).
Marchena. El
famoso "Libro de Mahoma"
Metrópoli y alquerías
Tanto
el recuento de población como el de los impuestos pagados en los
últimos años del reino de Granada, y que sirvieron como base para
el sistema fiscal de los nuevos conquistadores, indican con claridad
que Alhama era la alquería más poblada (16). La dispersión
de la cerámica nazarí y el hecho de contar con un castillo, levantado
a finales del siglo XIII, corraboran esta condición. En este sentido
podemos hablar de "metrópoli", de centro más poblado, principal,
de toda la taha.
La
diferencia no sólo era cuantitiva sino también cualitativa. Gracias
a su traslado en un documento de 1709, conocemos el texto completo
de la concordia establecida en 1515 entre la ciudad de Almería y
la taha de Marchena, confirmada cinco años después (AChGr. 3/880/10).
Algunas partes del documento nos permiten conocer la nueva estructura
política resultado de la donación en señorío de estos pueblos (Apéndice
I).
Los
vecinos se reúnen en Alhama, "caveza e lugar principal de la
taxa [taha] donde antiguamente en lo semexantes nuestros negozios
tenemos por bien e estilo e costumbre ser allegados e llamados"
por el "alguazil maior de la taxa". Allí toman el acuerdo de
otorgar poderes al licenciado Pedro de Valderrabano, vecino de Ávila,
y a Gonzalo Hernández de la Parra para que los representen en las
negociaciones con Almería y de retirar el pleito que se seguía en
la Chancillería (tribunal superior) de Granada contra la ciudad.
El convenio se establecía "en combeniencia en que los dhos términos
fuesen comunes en el pazer, rozar e bever las aguas" (Apéndice
II).
La
carta de poder está firmada por Diego de Alfar, alguacil viejo (es
decir principal de la taha), y los regidores Francisco Rox de Gusiva,
Rodrigo de Vera y Fernando de Flores, vecinos de Alhama, Pedro Maiorí,
alguacil, y Alonso Beriz, Alonso Gil de Baía y Alonso el Guadix
regidores de Huécija, Alonso de Arromaila y Andrés de Zacarías vecinos
de Alican (Alicún); Pedro y Luis Almuedan, alguacil y regidor de
Terque; el alguacil Francisco el Pandaula y los regidores Pedro
Hernández y Francisco Sagante de Alavia (Alhabia); Pedro Hernández
Algante y Juan Alascar, alguacil y regidor de Eduz (Alsodux); Alonso
Funaila, Alonso Algariz y Luis Lora y Gubal, alguacil y regidores
de Ventarique; Andrés Abenguiara y Diego de Játiva e Alagis, alguacil
y regidor de Illear (Illar); Pedro Alanzis, alguacil, Lope Alonorques
y Francisco Almagua, regidores de "destinado" (Instinción);
por último, Alonso Aseitin, Francisco Mallova y Francisco Acaia,
alguacil y regidores de Rugol (Rágol).
Centro y periferia
Confirma
esta situación que la carta de renuncia al pleito seguido esté firmada
en Alhama a 22 de Julio de 1515, lugar donde residía el notario
público de la comarca, Pedro de Arteaga. En un testimonio tardío
de esta concordia -redactado en 1802 y guardado en el Archivo Municipal
de Almería (leg. 55, 1-2)-, se dice que el poder de negociación
fue conferido el 7 de enero de 1520 "en la villa de Alhama como
cabeza de partido".
Lo
curioso es que Dª Teresa Enríquez, viuda de Gutierre de Cárdenas
y que acababa de fundar en 1511 el convento de los Padres Agustinos
de Sta María de Jesús en Huécija, se limita a confirmar lo establecido
por el consejo de la taha, pues la decisión ha sido tomada "todos
de un acuerdo e deliberación de los dhos nuestros conzejos e lugares
e vezinos de ellos e por su autoridad", es decir de manera mancomunada
como lo haría una junta tribal.
El
origen y justificación de la posición preeminente que mantuvo Alhama
entre las alquerías de la taha en una primera fase de la ocupación
castellana son oscuros. Es más que probable que este papel proceda
de Marchena donde ya a inicios del siglo XIII observamos al cadí
convocar una especie de consejo de alfaquíes (doctores o sabios
de la ley musulmana) y cuyos habitantes se trasladaron, probablemente
en su mayor parte, a Alhama.
¿Qué
hizo cambiar la situación? Evidentemente el devastador terremoto
producido el 22 de septiembre de 1522 que se cebó en la población.
Una vez seca la fuente, Alhama se despobló. Aunque en Huécija también
se produjeron importantes repercusiones (como la pérdida de la fuente
de Mull, hoy Los Molinicos), los intereses del señorío se centraron
en esta población (por ejemplo, obligando a Alicún a darle una parte
del agua de la suya en 1529), conveniencia que llegó a concentrar
las propiedades directas del duque de manera casi exclusiva en ella
(construcción del palacio del duque, la posada, cortijo de Casablanca,
etc.).
Alhama
tardaría en recuperarse, pero esa ya es otra historia.
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Apéndice I
Granada,
22 de mayo de 1501
Provisión confirmando
donación de la taha de Marchena al señor de Maqueda, en perjuicio
de Yahia Al-Nayar al que se la concedió en 1490 *.
Don Fernando
y Doña Isabel por la graçia de Dios Rey e Reina de Castilla etc.
por quanto por parte de vos Don Gutierre de Cardenas comendador
maior de Leon, nuestro contador maior y del nuestro consejo, nos
fue hecha relaçion que nos vos ovimos fecho merçed de la villa de
Marchena con su fortaleza y taha y tierras y termino y desato y
con sus vasallos e rentas pechos e derechos y juridiçion alta y
vara me remito// ynperio por virtud de la qual merçed vos tomastes
e aprehendistes la posesion y casi posesion de todo ello y la teneys
y poseeis y en la defender al tiempo que se rebelaron los moros
que bivian en las alpuxarras, hezistes muchos gastos con mucho peligro
de vuestros criados, y que agora avia notiçia hera venido que don
Pedro de Granada que se solia llamar ÇedeYaya e el Nayarse jata
[jacta] y alaba e anda atando e alabando que tobo merçed de la dicha
virtud con su fortaleza y taha, e con çiertos maravedis de renta...".
Los Reyes afirman que "...como al tiempo quel dicho Muley Baudeli
[Boabdil], allende la compramos, e ansi comprada hezimos merçedes
de ella a el dicho Don Gutierre de Cardenas comendador mayor de
Leon...".
Apéndice II
Almería,
7 de enero de 1520.
Texto de la concordia
o convenio entre la Almería y la taha de Marchena.
"..la dha taha de Marchena e vezinos de ella no impedirán las
aguas del Río de Marchena ni de Boloduin con nuevos edifizios para
que dexe de benir e correr el agua como salía e que los edefizios
nuevos e azequias que se an fecho desde el tiempo de la dha bezindad
antigua que se otorgó en tiempo del Dn. Alonso Excudero correxidor
[gobernador] que fue desta Ciudad desharán y quitaran para que no
perjudique a el Río sino que vsen de las aguas como vsavan anttes
primeramente e que los vezinos de los lugares de la dha taha, que
alguno de ellos no meterán ganados ajenos en los términos desta
Ciudad, a bueltas de los suios en fraude de la dha vezindad e si
lo hizieren que puedan quitarlos por la dha Ciudad". Por todo lo
cual se firmó "... con condizión que dentro de quince días primeros
sigienttes los conzexos de la dha taha juntos en sus aiunttamientos
como lo tienen de costumbre ratifique e otorguen e aprueven la dha
escritura e vezindad e hermandad".
|
.- J. GRIMA CERVANTES, Almería
y el Reino de Granada en los inicios de la modernidad
(s. XV-XVI). Compendio de estudios. Macael, pp.
124-150, pág. 132. La fortaleza se le entregó a don
Alonso de Granada, hijo de Al-Nayar, pero d. Gutierre
de Cárdenas la mandó quemar "por temor que los
moros no la tomassen y hiciessen pie en ella":
C. TRILLO SAN JOSÉ (1994): La Alpujarra antes y
después de la conquista castellana. Granada, pág.
74. |
2.- IBN HAYYÁN: Al-Muqtabis
III; trad. esp. J. GURAIEB, Cuad. Hist. de España
XIII (1950) al XXXI-XXXII (1960); Cuad. Hist. Esp.
XVII, pág. 158. |
3.- IBN HAYYÁN:
"Crónica del Califa Ab-derrahmán III an-Násir entre
los años 912 y 942 (al-Muqtabis V)". Trad. MáJ. VIGUERA
y F. CORRIENTE. Zaragoza, 1981; págs. 93-94. |
4.- AL-IDRÍSÍ: "Los caminos
de Al-Andalus en el siglo XII según <
Uns al-Muhay warawd al-furay>". Trad. y est.
de J. ABID MIZAL Madrid, 1989, pág. 85. E. SAAVEDRA
(1881: "La geografía de España del Edrisí". Madrid,
pág. 30) los interpreta como los baños de Galáchar. |
5.- L CARA B.
y J.Ma RODRÍGUEZ L (1993): "Hallazgo de una escultura
romana en las proximidades del manantial de aguas
termales de Alhama de Almería". Espacio, Tiempo,
Forma, serie I. Historia Antigua. UNED, 1992;
pp. 401-20. |
6.- A. PADILLA MONGE (1989):
"La provincia romana de la Bética". Écija. Apénd.
VI, pág.290. |
7.- M. ASÍN PALACIOS
(1940): Contribución a la toponimia árabe de España.
Madrid; |
|
passím. E. PEZZI [MARTÍNEZ] (1989):
El vocabulario de Pedro de Alcalá. Almería, passím. |
8.- Joan COROMINAS (1972):
Tópica Hespérica, estudios sobre los antiguos dialectos,
el substrato y la toponimia romance. Madrid, 2
vols.; t. I, pág. 62. |
9.- Dicc. PAIcalá,
op. cit. págs. 493 y 116: wasít, pl. wasâ'it. |
10.- Se trata
de una información que Ibn al-Qádî recoge probablemente
de Ibn Já-tima, Emilio MOLINA LÓPEZ (1989): "La obra
histórica de Ibn Játima de Almería. Los datos geográfico-históricos".
Al-Qantara X; pp. 151-173, pág. 158. |
11.- EL CORÁN, XXVIII,
57, intr. trad. y notas de Juan VERNET, autor que
traduce el término por "metrópoli". |
.12.- L. CARA
B. y J. Ma RODRÍGUEZ L. (1992): Castillos y poblamiento
medieval en La Alpujarra. El caso de Alhama
de Almería. Almería, págs. 26 a 39. |
13.- L. CARA B. y J. Ma RODRÍGUEZ
L. (1985): "La antigua taha de Marchena. Notas para
su estudio arqueológico". Bol. Inst. Est. Alm.
5. Almería; pp. 233-60. |
14.- Algunos
de los afectados "pidieron al cadi de Almería e
su jurediqion Abduttah-men... que les entregue sus
partes de agua aquella que se les probo a ellos e
a los otros susodichos con ellos el señorío della
para regar sus heredades contenidas e deslindadas
en la carta de suso e hizo esto asi e entrego a los
que parescieron susodichos e el alfaqui Aboabdili
e a los que le dieron poder sudodichos en sus partes
del agua susodicha |
|
a razón de su compañía
en ella e es la cantidad que ha de menester cada heredad
de las heredades declaradas a quien dicho es el agua
sosodicha para regar entrega cumplida el caso a quien
dixere que tiene en ello derecho a contradicion después
que lo determino por su parecer, honorele Dios e lo
confie e lo prometió asy, e fizo lo que debía en ello
e asi lo otorgo el cadi de Almería e su juredicion
Ali Abduttahmen Abra-hen hijo de Mahamad Abengalid...
estando en su lugar de abdiencia a treze días de la
luna de dulqueda de seysecien-tos e veinte a tres
años", año 1226 según el texto de la traducción
que se realizó en Granada en 1520. |
15.- J. VALLVÉ BERMEJO (1964):
"Un privilegio granadino del s. XIII". Al-Andalus
XXIX; pp. 232-42. |
16.- A. MALPICA
CUELLO y C. TRILLO SAN JOSÉ (1991): Fiscalidad y poblamiento
de la tâ'a de Marchena". Hom. alpr. J. Bosch
Vilá, vol. I. Granada; pp. 247-60, en especial
cuad. I, pág. 255.
|
* Arch. Hist. Nac, Osuna,
adjunto también en pletio del AChGr. 3/880/10. Documento
trascrito parcialmente por C. TRILLO SAN JOSÉ (1992):
"La implantación castellana en La Alpujarra: análisis
de una política señorial en el reino de Granada".
Hispania LIV", 181, pp. 397-432. La donación
a Al-Nayar está en la Real Ac. de la Historia, Colección
Salazar y Castro, B-86. Origen de la casa de Granada,
fols. 32 r. y v., y es reproducido por C. TRILLO en
su tesis doctoral La Alpujarra al final de la Edad
Media. |
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