EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 1 | ALHAMEÑOS ILUSTRES |
D. NICOLAS SALMERON Y ALONSO
Guillermo
Artés Artés Abordamos
con el nacimiento de esta revista una nueva etapa en la
vida cultural de nuestro pueblo. Dentro de esta sección
vamos a ir haciendo un repaso por todos aquellos
«Alhameños ilustres» que a lo largo de la historia de
nuestro pueblo han ido dejando huella para generaciones
venideras. Por tanto, desde mi posición de coordinador
de esta sección os pido vuestra colaboración dentro de
lo que sea posible, aportando todos aquellos datos que
sobre cualquier alhameño ilustre obren en vuestro poder,
de manera que así podamos transmitirlos a todos nuestros
paisanos a través de este medio. |
En el año 1.822, D. Francisco
Salmerón y López, médico, nacido en Granada en 1.775, y su consorte Doña Rosalía
Alonso y Cortés, natural de Níjar, e hija de un maestro de escuela, se trasladaron
a vivir a Alhama desde el madrileño pueblo de Torrejón de Ardoz, muy probablemente
a causa de los problemas que se le venían planteando a D. Francisco con las
autoridades absolutistas, en razón de sus ideas liberales.
Fue entonces cuando el día
10 de Abril de 1.837, en Alhama la Seca (Almería), en la calle denominada hoy
de «Los Samerones» en memoria de D. Francisco, D. Nicolás y el padre de ambos,
nacía un niño llamado Nicolás Salmerón y Alonso, que hacía el número siete de
sus hermanos.
Se encontraba España en el
momento del nacimiento de Salmerón, bajo la Regencia de Mª Cristina y precisamente,
ese mismo año, veía la luz una nueva Constitución que abría el camino a la clase
media para llegar a la dirección política a través del Sufragio Censitario.
En este tiempo, Alhama la Seca, llamada así por la escasez de sus aguas, era
un pueblo sin futuro, los hombres curtidos por el trabajo emigraban buscando
un jornal que les permitiese pasar la escasez del invierno.
En estas circunstancias ejercía
D. Francisco la medicina, algo tan difícil como ofrecer votos de pobreza, por
lo que extendió sus servicios a los lugares cercanos.
Nicolás pasó los primeros
años de su vida en el pueblo natal, donde antes de cumplir su primer año quedaría
huérfano de madre. Las responsabilidades de la casa recaerán sobre su hermana
María (diecisiete años mayor que él), que cuidará con esmero del pequeño, e
influirá decisivamente sobre su carácter.
Contaba con nueve años, cuando
comenzó sus estudios en el Instituto de Almería, año 1.846. Obtuvo la ayuda
de D. Gaspar Molina Capel, cuñado suyo y profesor de Historia Natural de dicho
Instituto, que a su vez era secretario del mismo. Pasaría los años entre 1.850
junto a condiscípulos que también destacarían posteriormente como Krausistas
en el mundo intelectual y como Republicanos en el mundo político.
En los años siguientes cursó
estudios de Filosofía y Derecho en Granada donde conoció a Giner de los Ríos,
con quien entimaría y nacería una amistad entrañable. Y seguidamente en Madrid
donde continuaría la carrera hasta su final, viviendo con su hermano Francisco.
Llega a esta Universidad
en un momento en que la sociedad española está sumida en una decadencia intelectual,
por lo que se pretendía dotar a la Universidad de nuevas cátedras capaces de
generar nuevas técnicas que despertaran a los españoles.
El 24 de Abril
de 1.859 es nombrado por concurso Profesor auxiliar en la sección de
Filosofía Letras del Instituto San Isidro de Madrid, y al año siguiente
es designado Profesor auxiliar en la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad Central. Se produce pues la entrada de Salmerón en
el cuerpo de profesores de la Universidad, siendo ésta sin dudarlo una
de las facetas más importantes de su vida intelectual y política. |
Casa donde nació D. Nicolás Salmerón |
En los primeros años de
actividad pública la acción política de Salmerón difícilmente puede deslindarse
de su labor académica. Sus problemas académicos habrán de venir motivados por
su pensamiento político.
En 1.864 comienza a asistir
a las reuniones del Café Universal, en las que logra una gran popularidad gracias
a su elocuencia.
En 1.866 funda el Colegio
Internacional, claro precedente de la Institución Libre de Enseñanza.
En sus Reglamentos Internos
se decía entre otras cosas: «Un establecimiento donde con el tiempo puedan adquirirse,
bajo una dirección racional y metódica, todos los conocimientos que se emprendan
en los dos primeros periodos de la enseñanza, y se dará la enseñanza superior
de algunas materias a fin de auxiliar o de ampliar el estudio que de ellas se
haga en los establecimientos oficiales». «Se pretende crear un espacio vivo
donde desarrollar su ideal, estableciendo una enseñanza ajustada a los programas,
reglamentos y disposiciones vigentes».
En la España de entonces
se empezaron a presentar una serie de movimientos de Oposición al Gobierno en
los últimos años del reinado de Isabel II y Salmerón tenía forzosamente que
verse involucrado en algunos de los muchos conflictos surgidos.
Se le plantearon una serie
de cuestiones en relación con la Monarquía, de parte del Rector de la Universidad,
como fueron entre otras la firma de una exposición a Isabel II, o designándole
varias veces para formar parte en el besamanos a realizar a la Reina o al Rey
Consorte, a los que Salmerón siempre se negó manifestando una serie de circunstancias
que le impedían realizar tales actos; lo que hizo que los acontecimientos fueran
empeorando y el 13 de Junio de 1.867 se dicta una Real Orden por la que se le
comunica que haga declaración de sus doctrinas monárquicas. No llegaría a recibirla,
pues ese mismo día es detenido e ingresado en la cárcel del Saladero, donde
deberá permanecer cinco meses. Por entonces ya se había afiliado al «Comité
Democrático» que tenía carácter clandestino.
Ya en prisión, Salmerón contesta
a la Real Orden diciendo «... que las Disposiciones vigentes no le obligan
como Catedrático más que a declarar su respeto por las Instituciones del País
y que el Gobierno no tiene poder para profanar la inviolabilidad de su conciencia».
Fue separado de su cátedra
el día 8 de Enero de 1.868, injusticia que sería remediada después de la Revolución
de Septiembre.
Tras estos acontecimientos,
hubo un período de duda, con diversas reuniones en las que participó Salmerón,
considerando la República como la forma genuina de la Democracia.
De nuevo en la nueva Constitución
firmada por Amadeo I, quedaba definida la Monarquía como la forma de Gobierno
de la nación. Pero ante los acontecimientos no tendría larga duración. Salmerón
obtiene en 1.871 acta de Diputado por el distrito de Badajoz.
Después de abdicar Amadeo
I, se proclama la Primera República. En el primer gobierno, Salmerón obtendría
la Cartera de Gracia y Justicia y su hermano Francisco, Ministro de Ultramar.
Un autor de la época comenta acerca de Salmerón en el Ministerio de Gracia y
Justicia: «Jamás fueron en España los tribunales tan independientes de la política
ni se enalteció tanto la augusta majestad de sus funciones».
Posteriormente fue elegido
Presidente de las Cortes y el 13 de Junio de 1.873 pronunciaba su discurso de
toma de posesión.
Cuando Pi y Margall dimitió,
Salmerón fue nombrado Presidente del Poder Ejecutivo en una época de graves
problemas y grandes insurrecciones.
Ante la presión de sus generales
por instaurar la pena de muerte, no tuvo otra opción que la de dimitir ante
el dilema que se le planteaba, volviendo a ser de nuevo elegido Presidente de
la Asamblea de las Cortes en sesión de 9 de Septiembre del mismo año. Tras el
alzamiento del General Pavía, se acabó, el 3 de Enero del 1.874, con la República.
Podemos destacar como pauta común a los cuatro Presidentes de la Primera República,
(Estanislao Figueras, Pi y Margall, Castelar y Salmerón), su altura intelectual
y su honradez. Salmerón podía haber vivido lleno de comodidades, pero su austero
criterio no se lo permitió.
El 6 de Abril de 1.875, el
Gobierno, debido a sus diferencias ideológicas, ordena su destierro a Lugo.
El 20 de Abril fue suspendido de empleo y sueldo en la Central, y el 17 de Julio
del mismo año, separado de su Cátedra.
Después abrirá bufete de abogados en Madrid y seguidamente se trasladará a París
por algunos años.
Con el Gobierno de Sagasta
en 1.881 le fueron devueltos todos sus derechos a los Catedráticos separados
de sus destinos. Salmerón se trasladará a España de nuevo el día 1 de Enero
de 1.885 con toda su familia.
En los años posteriores llevará
de nuevo una intensa vida parlamentaria que se extenderá hasta muy poco antes
de su muerte. Aparte, dedicará también una gran atención a la faceta intelectual
dentro de la que hay que destacar su papel en la Institución Libre de Enseñanza,
de cuyas bases será uno de los firmantes.
Villa eiffes, en Pau, donde falleció D. Nicolás
Archivo Biblioteca Excma.
Diputación Provincial de Almería
En 1.908 se
traslada a Francia a un pueblo próximo a Pau (Billiers), con el propósito de
lograr restablecerse de su quebrantada salud. Pero su estado se fue agravando
y el día 20 de Septiembre de 1.908 fallecía a las cinco y cuarto de la tarde
rodeado de sus familiares.
Para terminar y a modo de
anécdota destacaremos una entrevista que mantuvieron la Reina Isabel II y Salmerón
encontrándose los dos en París, para tratar de un intrincado problema de herencia
en el que estaba interesada Doña Isabel. Comenzó Salmerón diciendo: «Señora,
soy Republicano, no seré, pues, el consejero de una Reina, sino que tendré una
cliente española». Contestó Doña Isabel: «Que sea Vd. o no republicano incumbe
a Vd., sólo yo he llamado al abogado más eminente y al hombre más honrado de
España». La respuesta de Salmerón fue: «Señora, el modesto abogado está a sus
ordenes».
También podemos destacar
una frase de D. Nicolás en la que refleja su modo de pensar en cuanto a la religión.
Él, contrariamente a lo que se ha dicho, no era ateo, sino que era opuesto a
modos y actitudes de la Iglesia que le fue contemporánea y no profesaba una
religión positiva. En una ocasión, y como respuesta a una invitación del Alcalde
de Lugo a una función del Culto Católico, respondía declinándola: «Para poder
asistir a un acto religioso, es preciso tener la devoción interna y pura del
alma, sin la cual, o se cae en la profanación o se cae en la hipocresía».
Salmerón, aparte de su actividad política, fue filósofo, pedagogo, orador, abogado;
fue exiliado y Presidente del Poder Ejecutivo; fue una notoriedad en su época
perteneciente a la minoría, ya fuera de su signo político, intelectual o de
cualquier otro tipo, pero no por eso menos respetado y apreciado. Fue ante todo,
y sobre todo, un hombre esencialmente honrado consigo mismo.