EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 1 | ECOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE |
EL CERRO DE LA CRUZ
JOSE LUIS LOPEZ RODRIGUEZ
La historia del "Cerro de la Cruz" o "Cerro
Milano" está íntimamente ligada a la crónica
de Sierra de Gádor, ya que forma parte de esta
sierra, en su vertiente nororiental.
Debemos remontarnos a cuando
los dinosaurios poblaban la tierra, o muy poco antes para hablar de la génesis
de Sierra de Gádor y por tanto de nuestro cerro; geológicamente hablando en
el tránsito de la era Paleozoica a la era Mesozoica, cronológicamente hace unos
245 m.a (millones de años aprox.).
En esa época se está formando
la cimentación de nuestra sierra sobre un lecho marino no muy profundo, a vista
de pájaro veríamos un mar cuyas costas norteñas serían las hoy Sierra Morena
y la Meseta, con cumbres tan altas como lo es hoy el Mulhacén. Por aquellas
tierras emergidas y con una vegetación muy distinta a la de nuestros días y
mucho más profusa andaban manadas de dinosaurios, en tanto que a nuestro mar
nos llegaban grandes cantidades de sedimentos procedentes de esas tierras altas,
en ese momento depósitos de arenas y arcillas, lo que algo más tarde conoceremos
con el nombre de launas. El mar se va haciendo más profundo, aunque con un relieve
de fondo bastante irregular y no muy estable.
Es durante esta época cuando
se depositan las calizas y dolomías que forman es grueso de nuestra sierra.
Durante este período existen algunas manifestaciones volcánicas que se intuye
en los sedimentos aún no consolidados (zona del Calabrial).
Estamos en esos momentos en los 208 m.a. Desde ese momento hasta el Mioceno
(Era Terciaria 23 m.a) no existen registros de sedimentos. Durante ese período
de tiempo ha tenido lugar un hundimiento del fondo marino bajo la Meseta, produciendo
en los materiales depositados metamorfismo y un fuerte plegamiento. Durante
esta poca, Sierra Nevada y Sierra de Filabres están emergidas, mientras que
Sierra de Gádor constituye un alto fondo, con algún pequeño relieve emergido.
La zona oriental de la sierra sería una plataforma que llevaría a la cuenca
más profunda de Almería. El valle del Andarax constituía un surco profundo que
se hundía progresivamente (subsidente) por el cual un brazo de mar penetraba
hacia la Baja Alpujarra.
Ya en el Mioceno superior
(10 m.a) se eleva poco a poco todo el territorio de tal forma que la parte central
de la sierra estaría totalmente emergida, al Valle del Andarax llegan depósitos
continentales en su parte alta (Oeste), mientras que hacia el Este sería un
delta, en suma el brazo de mar se está colmatando de los sedimentos que provienen
de Sierra Nevada y Sierra de Gádor; más al Este se depositan calizas arredifales,
en aguas muy poco profundas (las calizas hoy explotadas para cementos en el
término de Gádor)
En este momento de la historia
nuestro Cerro ya existe, pero no está completo. Acabando el período Mioceno
la tectónica se pone en movimiento de nuevo produciéndose grandes desniveles
y debido a la plasticidad de las launas (filitas) tiene lugar grandes deslizamientos
de materiales de las zonas altas a las bajas (zona de la carretera de Gatuna
y Cerro de la Cruz en parte).
Así se podría decir que nuestro
cerro quedó completo geológicamente hace unos 5 m.a aproximadamente. Irían estableciendo
las distintas comunidades vegetales desde los líquenes pasando por cereales,
matorral, arbustos tipo retama hasta llegar a la vegetación clímax que sería
un encinar, con la asociación faunística correspondiente, ciervos, jabalíes,
conejos, etc.
En esa época algo más lluviosa
que la que nos ha tocado vivir, se produce un gran derrame del acuífero que
ya constituía nuestra sierra, precisamente por la falda de nuestro cerro, dando
lugar a un potente estrato de travertino, sobre el cual se asienta nuestro pueblo
y gran parte de nuestra vega.
El agua discurría abundantemente
por el Río Andarax así como por la Rambla de Huéchar, entre árboles de ribera,
formando ambos cauces bosques galerías de caducifolios.
El motivo de que nuestro
paisaje fuese tan distinto del que conocemos en nuestros días obedecía a varios
factores. El índice pluviométrico era más elevado y la cobertura vegetal mucho
más densa, la conjunción de estas dos variables daban lugar a que el agua caída
permaneciera más tiempo en contacto con el suelo debido al "freno"
que producía la vegetación, la mayor permanecía de contacto favorece la infiltración
del agua en el suelo y por ende una mayor recarga del acuífero que ya constituía
Sierra de Gádor, esa gran cantidad de agua acumulada daría lugar a infinidad
de fuentes que alimentarían los cursos de agua permanente del Río y del Barranco
(Rambla de Huéchar).
Panorámica del Cerro de la Cruz. Año 1991 |
El
por qué de que las aguas que manaban al pie del Cerro de la Cruz fuesen
termales, se debía y se debe, (aunque ahora no manan, sino que se extraen
por medio de sondeo) a la tectónica entre otras causas, el agua como
se ha dicho anteriormente se infiltraba en el subsuelo, éste está muy
fracturado siendo algunas de estas fracturas de gran importancia en
profundidad, lo que da lugar a que el agua alcance profundidades considerables
y debido al gradiente geotérmico (conforme se baja hacia el centro de
la Tierra la temperatura aumenta) el agua se caliente y ascienda de
nuevo. |
Todo esto era así y probablemente
lo hubiese seguido siendo con alguna variación inapreciable sino hubieran entrado
en acción "nuestros" antepasados. Bien por el estrecho de Gibraltar
o por el norte de la Península, penetra hasta nuestras latitudes una especie
bípeda y erguida que al principio está totalmente integrada en el medio hasta
que un día descubre la agricultura y lo que ello lleva consigo.
Estos ancestros nuestros
que habían vivido de la caza y de los frutos de hierbas comestibles y que se
habían movido de un sitio a otro aprenden a cultivar productos, a transformar
metales, para hacerse utillajes a vivir en grupos de cientos, de miles de individuos;
podemos imaginarnos el poblado de los Millares y los de los alrededores (según
los arqueólogos unos 2000 individuos) haciendo claros en los bosques para cultivar,
talando árboles para calentarse, talando árboles para hacer carbón vegetal a
fin de hacer sus fundiciones de metal, en suma comienzan a impactar en el medio.
Pues bien, desde entonces hasta hoy en estos 8000 años aprox. Nuestra especie
no ha parado de impactar en Sierra de Gádor. Debemos de ser conscientes que
hasta la implantación del uso de los combustibles fósiles en nuestra zona (muy
tardíamente por cierto) se cocina, se fabrica el pan, se calientan los hogares
con leña procedente de la Sierra. No obstante fue el hecho histórico de la minería
del plomo en el siglo pasado lo que más esquilmó de encinar nuestra sierra.
Quedando sólo algunas muestras de lo que debió de ser. Estas nuevas condiciones
de desprotección del suelo dan lugar a una fuerte erosión, pérdida de suelo,
menor recarga del acuífero.
En la primera mitad de nuestro
siglo comienza una política forestal sin muchos criterios científicos y lo que
en su día fue un encinar se reforesta con especies de crecimiento rápido, en
nuestro caso con "pino carrasco". El hecho de adoptar esta solución
tiene sus ventajas e inconvenientes, y sus defensores y detractores. Sin entrar
en detalles podríamos convenir que en nuestras latitudes son más los inconvenientes.
Y tenemos un ejemplo cercano e históricamente reciente.
El gran incendio del año
1990 de Sierra de Gádor arrasó una parte importante de las repoblaciones que
se venían haciendo en dicha sierra desde los años 60. Pues bien, de los pinares
quemados muy pocos pinos pequeños se han reproducido de semillas, por decir
ninguno (quizá también por la falta de humedad del suelo en ese período de tiempo
debido a la escasez de lluvias), pero en las mismas condiciones climatológicas,
por el contrario han crecido gran cantidad de chaparros, de una envergadura
mayor que el matorral que le acompaña. ¿Por qué?. Sencillamente porque la encima
como árbol mediterráneo está adaptado a este clima y a los avatares del mismo,
uno de ellos los temidos incendios, los cuales se producen por estos lares incluso
antes de que nuestros ancestros se dejasen ver por aquí, también es verdad que
desde que ellos llegaron, los incendios fueron más frecuentes.