EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 27 LITERATURA
 

Celia Viñas

Celia Viñas

y Alhama de Almería

 

Francisco Galera Noguera

  UNIVERSIDAD DE ALMERÍA

Antes de tratar el tema concreto de Celia Viñas y su relación con Alhama de Almería (1), conviene dar unas pinceladas biográficas sobre ella (2). Celia Viñas nació en Lérida el 16 de junio de 1915 y asistió desde muy pequeña a las clases de la Escuela Aneja de la Normal de Magisterio, donde su padre era profesor. Cursó el Bachillerato, ya en Palma de Mallorca, donde recibió la influencia decisiva de su profesor, el catedrático y político Gabriel Alomar. Se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona en 1941. Allí completó su formación universitaria con la asistencia a todas aquellas actividades que destacaron en el panorama cultural catalán. Tras obtener el número uno en las oposiciones a cátedra de Lengua y Literatura de Enseñanza Media, llega a Almería el ocho de marzo de 1943. Enseguida toma cariño a la ciudad, al Instituto, a sus alumnos... afirma en una carta a su familia:

"Estoy casi decidida, si no es para reunirme con vosotros, no me muevo de aquí. Además, y no es pisto, desde que yo llegué el Instituto se animó: excursiones, certámenes, conversaciones de arte con los alumnos, incremento del préstamo de libros... tengo medio embrujadas a las niñas, desconcertados a los niños, embobados a los profesores viejos y algo despistados a los jóvenes que no saben aún realmente cómo han de tomarme" (3).

Celia, junto a nombres como los de Jesús de Perceval, Juan Cuadrado, Hipólito Escolar... tuvo una importancia tan significativa en aquellos años de posguerra que rebasó los limites de Almería. Fue, por encima de todo, una profesora entregada a su trabajo, con espíritu moderno, avanzada, progresista y adelantada a su tiempo. Dice a Marta Mata:

"Yo trabajo en Almería como un misionero... encontré unas almitas niñas desiertas, secas como esta tierra trágica que me preocupa estéticamente, casi místicamente, tierra paria, tierra cruz... y procuro descubrir los rinconcitos donde el alma se esconde y canta su eterna canción verde... Hoy se lee y se escribe en Almería. Los muchachos jóvenes no se avergüenzan de su sensibilidad y las niñas leen menos novelas rosa. ¿Cómo lo consigo? Mi labor no se limita a la cátedra, soy amiga de tantos como puedo, confidente de muchos, bibliotecaria de todos... y yo ya no soy yo cuando llego a Almería" (4).

La influencia de Celia Viñas, como pedagoga y sembradora de ilusiones literarias, fue decisiva en las varias generaciones que tuvo a su cargo en la cátedra. Como una profesora de nuestros días, les explicó y enseñó a amar a García Lorca, Machado, Miguel Hernández... Se alejó de los modelos educacionales vigentes en la posguerra. Va a provocar un despertar cultural en la ciudad, no sólo en clase, sino fuera de ella. El impulso y protagonismo por parte de Celia fue decisivo, especialmente en 1947, sobre dos centros: el Instituto y la Biblioteca Villaespesa y un movimiento -el Indaliano-, los tres grandes focos de la cultura almeriense en ese momento. Se casó en 1953 con el profesor Arturo Medina. Fue un regalo para esta tierra. Fue un grano de trigo sembrado, demasiado prematuramente (murió el 21 de junio de 1954 y en el cementerio de Almería está enterrada) en el desnudo paisaje almeriense, que aún sigue dando sus frutos.

poesía Celia Viñas

ESTACIÓN

(Alhama)
A Gómez Abad
pintor de nuestras uvas
 
En la estación chiquita,
un caballejo,
la serranía, al fondo,
la serranía madre,
de bandoleros.
 
¡ Y olé, Dolores!
De aquella serranía
"vienen bajando
Unos ojillos negros
de contrabando".

Cultivó, como escritora, todos los géneros literarios, destacando su faceta lírica. De su obras poéticas, vieron la luz en vida: Trigo del corazón (1946), Canción tonta en el Sur (1948), Palabras sin voz (Ifach, 1953) y Del foc i la cendra (Molí, 1953). Y después de su muerte: Como el ciervo corre herido (1955), Canto (Agora, 1964), Poesía última (Caja de Ahorros de Almería, 1979). Además, la Antología de Adonais (1976) y Oleaje, publicada por la Voz de Almería, en 2004, con motivo del cincuenta aniversario de su muerte. En prosa, sólo el libro de ensayo, Estampas de la vida de Cervantes, fue publicado en vida, 1949, por la Biblioteca Villa-espesa corno homenaje a Celia. Obras postumas en prosa: Plaza de la Virgen del Mar (teatro, coautora Tadea Fuentes, Cajal, 1974), El primer botón del mundo y trece cuentos más (colección de cuentos, Everest, 1980), Viento levante y fragmentos de Tierra del Sur (novelas, IEA, 1991), De esto y aquello (artículos, IEA; 1995).

En la página siete de su primer libro de poesía, Trigo del corazón, publicado en Almería en 1946, aparece el poema "Estación (Alhama)", dedicado a su amigo Gómez Abad, que fue un artista almeriense, especializado en la pintura de bodegones, uvas especialmente, y realizó exposiciones en las principales ciudades de españolas y extranjeras, obteniendo premios en diversos certámenes, entre ellos la Exposición Nacional de de Dibujo, en Granada, año 1944. Lo incluye de nuevo en su segundo libro, Canción tonta en el Sur (5), su obra más significativa, editado por la propia autora en la imprenta Peláez de la ciudad de Almería el año 1948. La razón de repetir algunos poemas en esta su segunda obra es que ahora tiene una clara unidad temática, el mundo infantil, mientras la primera publicación era de carácter misceláneo.

carta de Celia Viñas

Las breves estancias en este bello pueblo, puerta de la Alpujarra, fueron muy agradables y familiares para Celia y ella supo agradecerlo de forma poética, captando su paisaje y expresando sus sentimientos sobre él, en "Romance con suspiros fronterizos a Alhama la Seca", dedicado a dos de sus alumnos que después sería médicos: Manolo Rodríguez, de Alhama, y José Jurado Castillo, de Alhabia, ambos protagonizan el fondo del romance. Este poema fue publicado en Palabras sin voz (6).

ALHAMA  
Donde las rosas se secan - La sed que tengo, ¡Ay amigo!
con esta nostalgia de agua no es la sed de mi garganta,
¡Ay de mi Alhama la seca! que es la sed del ay más triste
¡Ay de mi Alhama! del monte y de sus entrañas.
Allá bajo brilla el río  
como si fuera una espada... Es de noche, y en el cielo
Los ángeles aguadores las estrellas sus biznagas
suben y bajan tejen y solo se escucha
con alpargatas de esparto una voz triste y lejana
y cantarillos de plata, en la piedra del Conjuro:
en la villa hay un mocico - ¡Ay de mi Alhama!
con un amigo en Alhabia,  
en la mitad de la cuesta  
los dos amigos se abrazan:  
- Voy hacia Alhama, la seca.  
- Voy hacia Alhabia, la blanca.  
- Si tienes sed, compañero,  
ven a mi casa.  

Celia Viñas habla de Alhama y, de forma especial, de este poema en algunas de sus extensas y bellas cartas. En la que escribe a su familia que vive en Palma de Mallorca, y fechada en Alhama de Salmerón a 13 de julio de 1948, dice: "He dormido en el cortijo del Triguero donde veranea la familia de Mari-Lola...". Toda la carta es de un enorme interés para entender cómo surge este romance: problema del agua, el río, la piedra del Conjuro, lugar propicio para la profunda meditación y expansión del espíritu, los dos alumnos a los que dedica el poema... Mari-Lola Ibáñez y su marido, José Fernández Revuelta, fueron alumnos muy apreciados por Celia y a ellos dedica libros, cita en poesías e implica en las múltiples actividades que organizaba. Ellos me cuentan que visitaba con frecuencia Alhama y su lugar de estancia era este cortijo, propiedad de la familia de Mari-Lola. Así lo confirma Celia en carta a Manolo Cano, otro de sus grandes alumnos, desde Estallenchs el 27 de agosto de 1948:

"Pasé unos días formidables en Alhama con su familia. Y me gustó el pueblo y su tragedia de sed.

Alhama donde las rosas se secan con esta nostalgia de agua.

Hice un romance. Lo último en poesía mío. Con Manolo Rodríguez y Jurado abrazándose. Siempre recordaré aquella burra llamada Pastora, porque era blanca y todas las burras blancas en casa de Manolo Rodríguez se llaman así la Pastora...".

Celia Viñas y Alhama

Aunque no esté referido de modo particular a Alhama, recogemos el poema "Un árbol", escrito en diciembre de 1944 y publicado en su primer libro de poemas, Trigo del corazón (1946) que nos muestra su calidad poética, su sentido profetice, su amor a esta tierra y su profundo conocimiento del paisaje almeriense desde el primer momento de su llegada a nuestra ciudad.

UN ÁRBOL  

Un árbol

Si me muero -que me muero-
sobre mis huesos. no me llevéis, no
Nada más. No. Nada más. al cementerio
Silencio... con los muertos
Si hay un árbol, sabrán todos ¿Sabéis? Odio las manos cansadas
que debajo está mi cuerpo. de los sepultureros.
Los pájaros y los niños Que me entierren cuatro niños
y el mar que gime a lo lejos. cantando un romance viejo.
Todo lo demás olvido Sí,
hasta el hombre que quiero. en aquel cerro,
Gracias. ¿lo veis tras de mi ventana?
Enterradme en aquel cerro, Todos mis sueños,
en aquel cerro desnudo, pájaros en vuelo
desnudo y seco, sobre los pinos futuros
como yo, sí, como yo y ciertos
orfandad de unos hijos que no espero. de tus bosques del mañana, mi Almería.
Ay, mi corazón, Si mi muerte te da un árbol, muero
abuelo ¡qué dulce la muerte mía
de tus bosques, ciudad mía. sobre tus desnudos cerros!

1.- Mi agradecimiento a Mª Carmen Amate por abrirme las páginas de su consolidada revista y a Pepe Tuvilla par sus referencias a Celia en "Donde habita la luz: Alhama en la literatura”, El Eco de Alhama, n° 11, julio de 2001.

2.- Para un mejor conocimiento de Celia Viñas, remito al lector a mi libro Vida y obra de Celia Viñas, IEA, Diputación Provincial de Almería, que recoge casi en su integridad la tesis doctoral del mismo título leída en la Universidad de Granada en 1987.

3.- Carta inédita de Celia Viñas a su familia; Almería. 8 de abril de 1943.

4.- Carta inédita de Celia Viñas a Marta Mata: Almería, 21 de junio de 1945.

5.- Se agotó pronto esta. Libro difícil de encontrar, sus poesías son conocidas por las antologías, revistas y libros escolares. Hasta la edición critica de Canción tonta en el Sur de Francisco Gatera, Editorial Cajal, Almería. 1984, no se había realizado una nueva edición íntegra de este libro,

6.-Viñas Olivella, C. (1953): Palabras sin voz, Alicante, n° 14 de la Colección Ifach. dirigida por Antonio Sanchis y Juan José Esteve. La viñeta de la portada es de Xam y los dibujos interiores de Jesús de Perceval. Precio del ejemplar: 20 pts. Lleva como subtítulo el libro "Selección de diez años de poesía femenina". El poema dedicado a Alhama pertenece a la primera parte: "El corazón en el mapa. Almería" y ocupa las páginas 24-25.