EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 25 Nicolás Salmerón y Alonso, 1908-2008
 

Plaza, Parque, Instituto, Estatua:

La ciudad de Almería honra a Don Nicolás Salmerón.

Antonio Sevillano

Historiador

 

Meses atrás un diario nacional editaba un reportaje sobre el expolio y vandalismo sufrido por distintas esculturas expuestas a su contemplación pública en la ciudad. Información bienintencionada, sin duda, pero desafortunada. Su autora, entre otros desatinos, confunde el busto del político alicantino y diputado por la provincia de Almería, Carlos Navarro Rodrigo (obra del ohanense Juan González Quesada "Juan Cristóbal" (1898-1961); retirado de su emplazamiento en el Parque en los años setenta del siglo pasado) con otro de Nicolás Salmerón que jamás existió en aquel lugar ni en ningún otro. O bien cita una estatua suya inexistente en la Plaza Vieja, frente al Ayuntamiento. En este número extraordinario de El Eco de Alhama, más allá de errores ajenos, sólo pretendo dar cuenta de la presencia simbólica, idealizada y homenajeadora en el entramado urbano capitalino del ilustre coprovinciano de quien el 20 de septiembre venidero se conmemora el Centenario de su fallecimiento.

Salvo el largo paréntesis de la dictadura franquista, desde la centuria pasada la ciudad de Almería rendía y rinde público homenaje de respeto a la figura de Nicolás Salmerón y Alonso (Alhama la Seca, 1837-Billére, Pau (Francia), 1908). Dedicándole, como primera providencia, la céntrica plaza hoy en recuerdo de Manuel Pérez García (Almería 1867-1927), republicano igualmente y amigo de don Nicolás desde que en Madrid dirigió el diario La Justicia.

En una razonada instancia remitida al Ayuntamiento el 2 septiembre de 1902, numerosos vecinos de la populosa calle de Las Cruces -en el barrio de las Huertas- solicitaron al alcalde, José Ma Muñoz, que reemplazase el primitivo rótulo y que el nuevo luciera en honor del ex presidente de la Ia República Española. Agradecido por la iniciativa, el primer edil les remitió al acuerdo municipal adoptado en la Sesión ordinaria del día anterior: "Seguidamente, y en elocuentes frases, da cuenta el Señor Alcalde a la Corporación de la próxima visita a ésta capital del eminente hombre público y propone que el Ayuntamiento tome la iniciativa para dar un banquete popular al eximio republicano, costeado particularmente por los comensales (...) El Sr. Granados (concejal) recuerda un antiguo acuerdo para que se ponga el nombre de tan eminente filósofo a una calle (...) Por unanimidad se acuerda poner el nombre de Nicolás Salmerón a la Plaza que hoy lleva el de Bilbao" (situada a la entrada de la calle de Las Tiendas y en la que vivió el abnegado médico José Litrán, masón y republicano). Es el primer reconocimiento en el vademécum callejero brindado por la Municipalidad. Finalmente, el banquete ofrecido por el Círculo Literario en su sede del Teatro Apolo (domingo 27 de septiembre), contó con una nutrida presencia de amigos y correligionarios. Comensales que, entre brindis y discursos de bienvenida, degustaron el menú elaborado por el Hotel Tortosa, antecesor del desaparecido y prestigioso Hotel Simón, en el Paseo.

Primitivo Parque Viejo

Tras derribarse en 1860 el baluarte de San Luis y el lienzo de muralla que discurría paralelo al Puerto -dada su pérdida de interés estratégico militar-, comenzó a configurarse el posteriormente conocido coloquialmente como Parque Viejo, flanqueado por el andén de Costa y el propio malecón de San Luis. Diseñado por José Martínez Acosta hacia 1890, a inicios del siglo XX estaba dedicado al rey Alfonso XIII con motivo de su primera visita a Almería. En 1913 el Ayuntamiento cedió su conservación y mantenimiento a la Junta de Obras del Puerto.

Al proclamarse la II República, en la Sesión del 16 de abril de 1931 -alcalde Miguel Granados Ruiz- determina revisar los nombres de distintas calles y plazas; designando para ello una comisión formada por los concejales Eugenio de Bustos González (abuelo del amigo Marco Rubio de Bustos, actual presidente del coso taurino de la avenida de Vilches), Olmo y Limones, "los cuales podrían asesorarse del Cronista de la Ciudad (Joaquín Santisteban Delgado) y de los demás funcionarios municipales que considerasen precisos". Pero don Nicolás, un caso excepcional sin duda, no admitía espera: "El Sr. Bustos propuso que al Parque de Alfonso XIII se le titule en lo sucesivo con el nombre ilustre de D. Nicolás Salmerón; y así se acordó sin debate". (Tres meses después aprobaron el reajuste de otras 34 cartelas indicadoras, entre ellas la de Real del Barrio Alto, asignada a su hermano Francisco).

En el perímetro interior del Parque hasta hace unos lustros se alzaban dos grupos escultóricos hoy ausentes: el dedicado al Trabajador (simbolizado por un picapedrero; iniciativa del Casino Cultural, aunque sufragada por obreros y funcionarios del Puerto) y el busto antes citado, en mármol, de Carlos Navarro Rodrigo, tallado por Juan Cristóbal, que fue seriamente dañado por unos vándalos, hace algunas décadas, y dado por desaparecido hasta ser rescatado en una escombrera por quien esto firma. Pero insisto, nunca hubo monumento alguno dedicado a don Nicolás, ni en el Parque Viejo ni en el nuevo.

La Junta de Obras del Puerto restituyó la titularidad del parque botánico al Ayuntamiento cuando el trazado de la carretera nacional 340 ya lo dividía. Al inicio de la posguerra -tras derruir el Ayuntamiento unas casuchas en la intransitable calle de Pescadores-, el arquitecto municipal Guillermo Langle lo prolongó en otro tramo (Parque Nuevo) hasta formar un todo ajardinado, tal como hoy lo conocemos. El régimen franquista lo dedicó a José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange. Así perduró hasta que con el advenimiento de la Democracia los almerienses recuperamos la memoria del filósofo, humanista, catedrático de Universidad, abogado, ministro de Gracia y Justicia, presidente de las Cortes y tercer Presidente del Poder Ejecutivo de la Ia República Española en 1873. La medida fue sancionada por el Pleno celebrado el 20 de diciembre de 1979, en lo sucesivo se llamaría Parque de Nicolás Salmerón. En la Sesión de este día otras 26 calles y plazas de la ciudad cambiaron en el nomenclátor, rescatando anteriores nombres borrados por la Dictadura.

Instituto de Educación Secundaria

El que un centro de enseñanza pública lo distinguiese acordando que llevara su nombre y apellidos es, previsiblemente, lo que más le habría satisfecho a don Nicolás. Y precisamente en el heredero de aquel decimonónico Instituto de Bachillerato (hoy Escuela de Artes y Oficios) al que se desplazó desde la Alhama natal para realizar sus primeros estudios durante los cursos 1846/1850. Pero hasta el fallecimiento del general Francisco Franco no resultó posible el cambio de titular. Una placa, modestísima y neutra -deliberadamente aséptica y en la se omitían otros rangos, méritos e importancia política-, lo perpetúa a la entrada del edificio diseñado por los arquitectos Ubaldo Gómiz y Miguel Esquirol e inaugurado en 1986:

Con fecha 30-XII-1976

el Ministerio de Educación y Ciencia

otorgó a este Instituto la facultad

de titularse con el nombre

de su ilustre alumno Nicolás Salmerón y Alonso

El anterior centro educativo, construido en 1966 sobre el solar del actual, tuvieron que demolerlo, por defectos estructurales, con apenas 18 años de existencia. Dedicadas sus aulas exclusivamente al alumnado, en el curso 1969/70 se transformó en el definitivo Instituto Nacional de Bachillerato Mixto "Nicolás Salmerón".

Estatua en la Puerta de Purchena

Ya en mayo de 1902 los obreros de la Junta de Obras del Puerto solicitaron al Ayuntamiento permiso para erigirle una estatua en el Parque de Alfonso XIII. Ni se dignaron contestarles, al menos no consta en el correspondiente libro de Actas. En cambio, en la Sesión del día siguiente a su fallecimiento (21/9/1908) aprobaron encargar un óleo que presidiera el Salón de Plenos (lo apalabraron al pintor José Díaz Molina en tres mil pesetas; actualmente el cuadro está un sótano municipal) además de "la erección de una estatua que perpetúe materialmente la figura del eximio alménense". Buenas intenciones que durmieron el sueño de los justos hasta el comienzo del siguiente siglo. Al iniciarse la presente centuria la Escuela del Mármol de Macael talló su busto y lo donó al Municipio, siendo seguidamente expuesto en el interior de la Casa Consistorial. Definitivamente, siendo Pablo Venzal concejal de Cultura, la escultora Lourdes Umérez (Equipo & Taldea; Alfa Arte de Eibar, Guipúzcoa) realizó la sobria y armoniosa figura de dos metros de altura, fundida en bronce satinado, de don Nicolás Salmerón y Alonso. El 24 de junio de 2005 fue "anclada" en la alménense Puerta de Purchena para satisfacción y orgullo de sus paisanos de Alhama y de toda la provincia para admiración de visitantes propios y foráneos. Después de agradecer la loable iniciativa a quien la hizo posible, hemos comprobado con satis­acción como hace unos meses rectificaron los errores vertidos en la pobretona placa identificatoria colocada a sus pies.

Nicolás Salmerón y Alonso