EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 22 ECONOMÍA
 

Economía y Población

en la provincia de Almería (1787 - 2005)

Jerónimo Molina Herrera. Director del Instituto de Estudios. Fundación Cajamar.

El indicador mas sencillo, pero también el más fiable, para analizar la evolución de un territorio es el de la población. Si además, lo estudiamos en relación con el entorno más próximo al mismo, podemos obtener una idea muy aproximada de la evolución de su economía. En nuestro caso, hemos recogido datos de la evolución de la población en los municipios de la provincia de Almería desde 1787 hasta nuestros días. De ellos se obtienen una abundante información que pasamos a comentar ordenadamente desde los referidos al conjunto de la provincia, para descender a los correspondientes al municipio de Alhama.

En esta visión de más de dos siglos, llama la atención como se ha ido concentrando la población en torno al núcleo de la capital de la provincia, en una clara expresión de la migración del campo a la ciudad que de modo generalizado se produce en toda Europa. Debido al escaso desarrollo de concentraciones industriales en la provincia, es la minería la que inicialmente va dirigiendo la concentración de la población en la provincia, pero manteniéndose una acusada dispersión de la población en todo el territorio. Como rasgos más característicos de la evolución de la población en la provincia destacamos de forma muy sucinta, los siguientes:

  1. Espectacular crecimiento de la población de la provincia hasta 1860, que crece a un ritmo mucho mayor que el resto de Andalucía y de España.
  2. Continúa el crecimiento hasta 1910, pero a un ritmo más moderado, iniciándose en desde esa fecha el retroceso en el número de habitantes. Hasta el censo de 1981 no se alcanza la población del 1910 y desde entonces el crecimiento es continuo y de gran intensidad.
  3. Hasta después de la guerra civil, los cinco primeros municipios de la provincia albergaban en torno al 30 por ciento de los habitantes, produciéndose desde el final de la contienda una evidente concentración de la población, en este grupo de municipios, que alcanzan en la actualidad el 60 por ciento los habitantes de la provincia.
  4. Durante todo el siglo XIX hay un núcleo importante de población entre Huércal-Overa y Vera/Cuevas. Cuevas,  entre 1877 y 1920, es el segundo municipio en importancia de la provincia superando los 20.000 habitantes, sin duda por la minería de Sierra Almagrera. En este año los municipios de esa zona (Cuevas, Huércal-Overa, Vera, Garrucha, Mojácar, Bédar, Turre y Pulpí) suman 79.700 habitantes frente a los 47.600 de la capital.
  5. Sólo en el último tercio del siglo XIX aparecen entre los cinco primeros, municipios del poniente, en concreto Berja y también debido al auge minero de Sierra de Gádor. Posteriormente aparece Dalías en los años 30 y no es hasta después de la guerra civil cuando hay tras pueblos del poniente entre los cinco primeros, acompañando a la capital y a Huércal-Overa que mantiene el segundo lugar.
  6. La gran revolución demográfica de la provincia se inicia desde 1970 donde crecen de forma explosiva los municipios del poniente, al tiempo que se produce una acusada concentración de población en el litoral. Este  crecimiento está vinculado al desarrollo de la agricultura intensiva y en menor medida al turismo.

Las conclusiones que podemos sacar de esta evolución de la población, son varias:

  1. Primero, que la minería es el motor de la economía de la provincia durante gran parte del siglo XIX y hasta la primera década del XX.
  2. Segundo, que el cultivo de la uva y su comercialización, que fue el soporte económico de la provincia en la primera mitad del siglo XX, no fue capaz de frenar la perdida de población que tuvo que emigrar a las zonas industriales del resto de España y de Europa. Sin duda, entre 1910 y 1960, es la etapa de mayor pobreza de Almería
  3. Tercero, que la agricultura intensiva ha sido, con mucho, la actividad que ha generado más riqueza y prosperidad en la historia moderna de nuestra provincia.

Por su parte la población  de Alhama tiene una evolución similar al conjunto de la provincia: elevadas tasas de crecimiento hasta el segundo tercio del XIX, moderado crecimiento hasta la primera década del pasado siglo, descenso del número de habitante hasta 1970, recuperación de las tasas de crecimiento de población positivas, pero a un ritmo inferior al provincial.
Del comportamiento de la población alhameña durante el siglo XX, destaca el acusadísimo descenso del número de habitantes entre 1910 y 1950; se pasa de 6.000 a 2521 habitantes, una perdida de más del 57 por ciento, mientras en el resto de la provincia, la caída, es de sólo el 9 por ciento. En las décadas siguientes, hasta 1970, hay un mayor crecimiento poblacional en Alhama que en el resto de la provincia, debido sin duda a la actividad desencadenada por la producción y comercialización de la una de mesa, siendo este periodo junto con el primer tercio del siglo XIX el único donde Alhama aumenta su población 

           


Observando las dos gráficas se aprecia como Alhama, al igual que la mayor parte de los pueblos del interior de la provincia, queda al margen del intenso crecimiento de las últimas décadas. Sin duda esto ha sido así por la incapacidad de los almerienses de vincular el desarrollo uvero con el hortícola.
Haciendo un poco de historia, la uva Ohanes vio amenazada su expansión por múltiples factores, la mayoría de ellos de carácter exógeno al propio sector, como fueron:

  1. La puesta en práctica de la Política Agrícola Común de la CEE que mejoró la posición competitiva de la uva italiana frente a la Ohanes, desplazándonos inicialmente del mercado francés y alemán y posteriormente del inglés, tras la incorporación del Reino Unido en 1973.
  2. El importante desarrollo del transporte por carretera con la generalización de los camiones frigoríficos que facilitaron el acceso a los mercados de variedades de uvas menos resistente que la Ohanes, pero de tamaño y color más comerciales

A estas adversidades hay que sumarle otras relacionadas con la política comercial del franquismo y que arrancan del período autárquico. Efectivamente, durante los años posteriores a la guerra civil y para facilitar la entrada en España de productos necesarios que difícilmente se podían obtener en el mercado nacional (caucho, especias, antibióticos…..), se crearon los “derechos de giro” que eran unas concesiones administrativas que el Estado daba a los exportadores, para traer estas mercancías deficitarias en España, por un importe equivalente al valor de las exportaciones realizadas. Esto ocasionó que para muchos exportadores la actividad principal acabó siendo la importación, utilizando la actividad exportadora más para obtener derechos de giro, que para atender a su negocio de ventas en el exterior. Esto dio lugar en a una importante subida de la demanda de uvas que infraccionó los precios en origen y aumento la superficie de cultivo incluso en zonas poco apropiadas. Cuando se empezó a normalizar el comercio y aparecieron las dificultades antes aludidas, los agricultores ante la pérdida de rentabilidad de sus explotaciones, en vez de abordar una reconversión de la Ohanes hacia las nuevas variedades demandadas por los mercados, optaron por un paulatino abandono del cultivo y en muchos casos por emigración a la costa para cultivas hortalizas.

La gran revolución demográfica de la provincia se inicia desde 1970 donde crecen de forma explosiva los municipios del poniente, al tiempo que se produce una acusada concentración de población en el litoral.

Hoy día, hay un resurgir del cultivo de la uva de mesas con variedades apirenas de gran aceptación en los mercados, que están aprovechando las redes de comercialización existentes. Las condiciones naturales de Alhama para el cultivo de este fruto son innegables y quizás estemos ante una nueva oportunidad. No obstante, la nueva agricultura de exportación, requiere unas estructuras de producción que en nada se asemejan a la tradicional agricultura familiar que fue la base de antiguos esplendores. Hoy día, la agricultura hay que abordarla desde organizaciones empresariales, muy capitalizadas y vinculadas a entidades de comercialización. En estas condiciones, estoy convencido que es viable el cultivo de la uva de mesa y que los condicionantes climáticos de la zona, siguen manteniendo sus ventajas competitivas, en los mercados, respecto a las fechas de recolección de otras procedencias.
Por último, señalar que en el mundo global al que estamos abocados, las distancias se achican y las demandas de calidad de vida están más cerca de pueblos tranquilos con poca densidad de población que en las grandes concentraciones urbanas. En este sentido Alhama tiene su principal activo de futuro en su ubicación geográfica próxima a la capital y a la costa, manteniendo un entorno natural y urbano gran calidad.