EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 20 Y ADEMÁS
 

Una deuda histórica:

Don Nicolás Salmerón y Almería (1)
María Carmen Amate
Instituto de Estuduios Almerienses

La ciudad de Almería ha cumplido por fin su compromiso con el alhameño más universal. Este compromiso tiene historia pues lo contrajeron los representantes políticos almerienses en diferentes momentos durante el pasado siglo XX y también en los albores de este siglo XXI. En este año 2005, año de eventos deportivos para Almería, el compromiso se hace realidad en una de las calles de Almería, la más rica en historia y señorío -La puerta de Purchena-, que acoge desde el pasado mes de junio la figura serena de un paseante de excepción, un almeriense singular, un hijo de Alhama la Seca: don Nicolás Salmerón y Alonso.

El acontecimiento es digno de reseñarse en los anales de la historia de Almería por diferentes razones que apuntaré más adelante, y constituye para los almerienses y, de manera especial, para nosotros, los hijos e hijas de Alhama, un motivo de inmenso orgullo, y también de agradecimiento para aquellas personas e instituciones que han hecho posible que la imagen de don Nicolás forme parte de la vida de la ciudad.

Efectivamente, son muchas las razones que sustentan esta acertada iniciativa. En primer lugar la propia personalidad del personaje, pues no

fue don Nicolás un almeriense más. Fue una figura señera del pensamiento, y un elevado ejemplo de rectitud ética. La culminación manifiesta de esta cualidad en la personalidad del personaje es, sin duda, la célebre frase que completa el epitafio que decora su tumba, escrita por expreso deseo de su viuda, doña Catalina García: "Dejó el poder por no firmar una sentencia de muerte". Infinidad de importantes decisiones adoptadas en el transcurso de su agitada vida confirman, una vez tras otra, que la esencia de esa frase es la esencia de su espíritu.

Así mismo, muchos de los principios y fundamentos que conforman la actual democracia española entroncan con aquellos que, a modo de pilares, constituyeron el ideario político y filosófico salmeroniano. Nuestra actual democracia es deudora, en muchos aspectos, de este pensamiento.

De otra parte, y no menos importante, se trata de cumplir, aún con casi cien años de retraso, con un compromiso que los representantes políticos en el Ayuntamiento y en la Diputación asumieron tras la muerte de don Nicolás. Se puede ver en la prensa de la época el profundo dolor y emoción con el que Almería recibió el desenlace de esta muerte una tarde del mes de septiembre del año 1908.

Y además, la categoría moral del personaje, su dilatada carrera política en la que alcanzó las más elevadas cotas de representación y responsabilidad, el prestigio que el nombre de don Nicolás Salmerón tenía en el campo de la docencia universitaria -recordemos que había obtenido tres cátedras y ocupado la prestigiosa Cátedra de Metafísica de la madrileña Universidad Central-, o sus aportaciones en el campo de la filosofía en el que colaboró para que el pensamiento español entrara en una de sus etapas más fructíferas: la denominada "edad de plata".

Pues bien, pese a este bagaje de méritos, el compromiso recogido por la Corporación Municipal de que la imagen de Salmerón presidiera una de las calles de Almería, jamás llegó a materializarse.

En Alhama, un busto en bronce de don Nicolás presidía la entrada del pueblo. Respondía a la iniciativa promovida por la Logia Salmeroniana y apoyada por todos los vecinos. En diciembre de 1928 se inauguraba el busto. Desde esta fecha hasta la guerra de 1936, el Paseo de la Libertad, lugar en el que se ubica, fue un lugar de reunión y de encuentro para los republicanos almerienses.

En 1988, recordando los ochenta años de su fallecimiento, la Asociación Cultural Andalusí dirigida por el sociólogo Eduardo Santos Elola, elaboraba un manifiesto criticando duramente la dejadez y el continuado incumplimiento del "acuerdo unánime suscrito de erigir un monumento a tan ilustre prócer almeriense" y, desde esa tribuna, apela a los poderes públicos y les exhorta a cumplir el acuerdo y "que se erija un monumento en un lugar céntrico de la ciudad". Una vez más el silencio es la respuesta.

materiales, etc. ha resultado casi una odisea. De manera indirecta hemos logrado conocer algunos de estos aspectos, que reseñamos por si hubiese alguna persona interesada en conocerlos. La escultura, fundida en bronce satinado y con dos metros de altura es obra de la escultora guipuzcoana Lourdes Umérez quién, desde el punto vista de su técnica, se inspira en los trabajos en bronce de Leonardo da Vinci.

Esta autora se ha acercado al personaje a través del estudio de la documentación localizada en bibliotecas y archivos: fotografías, biografías y vestuario propio de la época de don Nicolás. Inicia el proceso con el modelado de la figura en barro, para posteriormente proceder a su vaciado en bronce y finalizar con el

El siglo XXI se inició salmeroniano. La exposición organizada en el Patio de Luces de la Diputación por el Instituto de Estudios Almerienses con la colaboración de Unicaja acercó a los más jóvenes la imagen sobria y austera del republicano almeriense. Allí también escuchamos del responsable de esta Institución, hoy Alcalde de la capital, su interés por hacer realidad ese, ya centenario, compromiso.

Con la figura de Salmerón enriqueciendo La Puerta de Purchena, recabar alguna información sobre los aspectos técnicos de esta obra: autor o autora, lugar de fabricación, coste de la escultura,

satinado de la obra. Lourdes Umérez forma parte del equipo & Taldea y se ha realizado la escultura en la empresa AlfaArte de Eibar, Guipúzcoa.

Responde al modelo de personajes históricos y de oficios que, desde la década de los años noventa del pasado siglo, forman parte del patrimonio escultórico de muchas de las ciudades de la mitad norte de España. En nuestro caso, la escultura de don Nicolás camina como un ciudadano más que recorre su ciudad, que pasea por las calles de Almería.

La figura de Salmerón forma ya parte del ajetreo diario de la vida de la ciudad, mientras camina con un libro en su mano izquierda. Pese a carecer de una sencilla placa que lo identifique enriquece con su presencia al viandante, al traerle a la memoria el recuerdo de unos principios y valores éticos entre los que destacan su concepto del deber, su nivel de compromiso y su valentía para dejar atrás los oropeles del poder a favor de la paz de su conciencia.

Para la inmensa mayoría de la población de la provincia de Almería don Nicolás no es un desconocido, pero ¿cuesta tanto colocar una sencilla placa que lo identifique? Podría ser:

Nicolás Salmerón y Alonso Presidente de la I República española. Alma la Seca, 1937 - Pau, 1908

Con su presencia en la ciudad, enriquece la Puerta de Purchena y se constituye en un especial referente para todas aquellas personas que valoramos el pensamiento y el modelo de vida que este almeriense nos ofreció.


(1) Resumen del texto publicado en el diario almeriense La Voz de Almería el día 17 de Julio de 2005