EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 20 HISTORIA
 

ALHAMA Y SUS CALLES

María Carmen Amate Martínez - Instituto de Estudios Almerienses
La memoria histórica
es una forma de justicia social.
Continuemos con la serie de pequeños artículos que habíamos iniciado en números anteriores de El Eco de Alhama con el propósito de aportar algo de luz a las pequeñas historias que se esconden bajo el nombre de una calle. Si observamos con cierta curiosidad el callejero de una población, podremos comprobar cómo los nombres de las calles conservan, en gran medida, una parte relevante de la historia de ese pueblo y, también, que han sido las motivaciones de carácter político las que han condicionado, la mayoría de la veces, los cambios que se han ido sucediendo en el nombre de muchas de esas calles.
La calle….

............................calle de Canalejas

La calle de Canalejas, del Calvario o del General médico López Rodríguez es una de las calles más concurridas del entramado urbano alhameño. Nace en el corazón del pueblo, en la Plaza de la Iglesia y discurre recta y ordenadamente hasta desembocar en la calle de los Médicos Rodríguez e Ibáñez, precisamente a la altura de la casa natal del segundo de ellos, José Ibáñez Salmerón. Es, fundamentalmente, una calle residencial, que conserva ejemplos de antiguas viviendas de la burguesía comercial y alguna que otra muestra de vivienda de agricultores parraleros. De este último tipo de vivienda contamos con una magnífica construcción, la casa de la familia Julián que procede de los primeros años del pasado siglo XX -1901- que nos permitirá conocer la actividad agrícola de una familia alhameña de los años finales del siglo XIX.

Es esta calle una vía comercial y de servicios que ha mantenido su actividad en el discurrir de los años. El impacto producido por el cierre de algunos comercios de rica tradición en el pueblo se ha visto minimizado con la apertura de otros nuevos que hacen que la calle siga renovando y manteniendo intacta su imagen de calle comercial pese al discurrir del tiempo.

Si recreamos una imagen panorámica de la calle un día cualquiera de los años cincuenta del pasado siglo, nos mostraría, en primer lugar, la tienda de tejidos de Miguel Navarro con sus estantes repletos de piezas de tela como si de un arco iris de colores se tratase; en la acera de enfrente, Es esta calle una vía comercial y de servicios que ha mantenido su actividad en el discurrir de los años el recién inaugurado comercio de comestibles de Pepe el de Susana.A continuación, el salón de peluquería de Amparito con sus brillantes expositores de pequeños botes repletos de promesas de eterna belleza. Le sigue la tienda de comestibles de Tomás Ordoño, con una enorme balanza en el centro de su
mostrador. El olor a pan recién cocido, a roscos y a magdalenas nos lleva hasta la panadería de Amparo. En esa misma acera, el pequeño negocio de Pepe el zapatero. Y solo unas cuantas viviendas más abajo, el horno de María la de Natividad, con su "pan francés" recién sacado del horno para la merienda de la tarde. La tienda de comestibles de Bernardo y la carpintería de Antonio el de Jacinto, junto a las escuelas, completan nuestra panorámica de la calle.
Si me pidieran una cualidad de esta calle, diría que es "una calle viva" que durante siglos se ha impregnado del ajetreo de la vida cotidiana del pueblo y de sus gentes. Por ella, hemos transitado varias generaciones de niñas y niños -cartera en mano, o mochila o carrito- camino de la escuela. También, es el espacio frecuentado por los vecinos que habitan en esta zona del pueblo que acuden a sus comercios o a hacer la compra diaria en la plaza del mercado.En fin, es una calle de saludos y de encuentros en la que se aprecian y disfrutan esos alicientes íntimos que aún conservan la vida de los pueblos.

 

Más de un siglo separan

estas imágenes

 

 

Unas notas para su historia

El mes de septiembre de 1888 fue especialmente trágico para los pueblos de la rivera del río Andarax. Los desbordamientos del río producidos por las tormentas típicas de estas fechas de finales del verano, se venían produciendo de forma cíclica a lo largo de los siglos dejando tras de sí, tragedia y destrucción en los pagos y cultivos de las laderas del río.

Así sucedió durante los días 7 y 8 de este mes de septiembre, tras las fuertes tormentas que descargaron en la zona, que arrastraron con sus aguas diques y cultivos y sembraron, al mismo tiempo, la ruina y la desolación en los pueblos de esta comarca.

En este marco de crisis generalizada se produce la visita a la provincia de Almería del ministro de Fomento, don José Canalejas, y hasta él se hacen llegar las voces de los representantes políticos reclamando al gobierno de la Nación una respuesta para la situación de de abandono que sufre la provincia y, especialmente, la concesión del ansiado ferrocarril Linares a Almería. A estas peticiones, se añadiría la solicitud de ayuda ante la catástrofe que acaban de sufrir estos pueblos. Para ello, se crea una comisión de representantes de la zona que expondrán al ministro la petición de que se realicen las obras de encauzamiento de las aguas del río, necesarias para preservar las zonas ribereñas dedicadas a la agricultura, e incluso, para proteger las propias viviendas de estos pueblos.

Sin ferrocarriles y sin carreteras ¿Qué ha de hacer la provincia de Almería sino vivir en medio de la escasez y de la pobreza? (1)

La visita de señor Canalejas, con su comprensión de la problemática almeriense, y con su manifestado compromiso de dar una rápida

En el mes de septiembre de 1888, se produce la visita a la provincia de Almería del misnistro de Fomento, don José Canalejas respuesta a las demandas y a las necesidades que se le habían planteado vino a restituir la esperanza de los dirigentes políticos y sociales almerienses en el Gobierno de Sagasta. La Crónica Meridional, recogía con entusiasmo:
"El ministro Canalejas ha conocido y estudiado las necesidades […] la gravísima situación por la que atraviesan los pueblos, las transcendentales consecuencias producidas por la incuria de la administración…"(2)

El resultado de la visita ministerial para los intereses de la provincia se manifestó en los meses sucesivos con el comienzo de mejoras en las infraestructuras provinciales: salió la subasta de la carretera de Tabernas a la cuesta de la Reina, en Gérgal y la de Huércal Overa a Vélez Rubio. Consiguió, también, una subvención de trescientas mil pesetas anuales durante siete años para la realización del dique de Levante, una obra que había sido largamente demandada. Resultaba justificada, la gratitud que toda Almería manifestaba con esta "ola de reconocimientos" hacia este personaje.

"El sr. Canalejas cumple su palabra, y por lo tanto, es acreedor de nuestro entusiasmo y de nuestro más sincero agradecimiento."

Así sucedió en Alhama. Este reconocimiento se manifestó con la iniciativa de Antonio Marín Cadenas y de Nicolás López de proponer al Ayuntamiento y a la Junta Municipal que se acordara, en una sesión ordinaria de Pleno, su nombramiento como Hijo Adoptivo de Alhama.Se acordó además, dedicarle una calle

El siguiente cambio se produjo en 1962, cuando la Corporación Municipal acordó la preparación de un homenaje al ilustre alhameño, don Cristobal López Rodríguez con motivo de su nombramiento de General Médico de Sanidad Militar del pueblo. De este modo la Calle del Calvario, ese fue el nombre primitivo de nuestra calle, pasó el día 4 de noviembre de 1888 a denominarse Calle de Canalejas. Un vecino de la calle, don Francisco López Picón, se ofreció a sufragar los costes de una magnífica lápida de mármol blanco que rotularía la calle con su nuevo nombre.

De esta sencilla manera, el "Ministro de las grandes esperanzas" (3) dejó perpetuado su nombre en Alhama hasta el inicio de los años cuarenta en los que recupera su antiguo nombre de calle del Calvario. Las modificaciones en el nombre de la calle habrían de continuar años más tarde.

El siguiente cambio del que tenemos referencias documentales se produjo en 1962, en el marco de las fiestas Patronales, cuando la Corporación Municipal acordó la preparación de un homenaje al ilustre alhameño, don Cristóbal López Rodríguez con motivo de su nombramiento de General Médico de Sanidad Militar.

Para tal fin, se constituyeron una Comisión de Honor (4) presidida por el Sr. Alcalde don José Alonso Gómez, y otra ejecutiva (5), presidida por don Gonzalo Rodríguez Martínez, Notario de la Curia Eclesiástica, que serían las encargadas de llevar a cabo el homenaje. Los actos que se programaron dieron comienzo con un recibimiento en la Plaza de la Iglesia, en estas fechas Plaza del General Equipó de Llano; le siguió la ofrenda del bastón de mando, obsequio de la Corporación Municipal, y continuaron con el descubrimiento de la lápida que daba su nombre a la calle que el Ayuntamiento le había dedicado. Con un acto religioso celebrado en la Iglesia se puso fin a este acontecimiento.

La antigua calle del Calvario, después de Canalejas, pasó a denominarse de nuevo del Calvario tras la guerra del año 1936. Este nombre, pasaría a ser sustituido por el de Calle del General médico López Rodríguez, tal como hemos visto en líneas anteriores, aunque no había de ser ésta su última denominación.

La sesión extraordinaria de Pleno celebrada el día 30 de abril del año 1991 bajo la presidencia del alcalde don Francisco Ruiz Orta, acuerda el cambio de nombre de la calle ante la propuesta presentada por el concejal don Antonio Artés Mercader, que abogaba por la recuperación del tradicional nombre de Canalejas (6).

Homenaje ofrecido por el Ayuntamiento de Alhama a Don Cristobal López Rodríguez (Col. particular familia Abad).
De este modo, una de las calles de mayor solera del municipio, recupera el nombre de Canalejas, precisamente su denominación más conocida. Conozcamos, aunque de manera breve, algunas pinceladas del personaje político que prestó su nombre a esta calle.

José Canalejas y Méndez.

Un ministro para la Provincia de Almería

Aún no había cumplido los treinta y cinco años cuando José Canalejas, ministro de Fomento del gabinete de Sagasta, visitaba Almería en unas fechas de crisis generalizada para la provincia. Desde esta visita, toda mi atención por Almería y para Almería (7) habían sido sus palabras y su compromiso tal como hemos visto en párrafos anteriores.

José Canalejas nació en el Ferrol (La Coruña) en 1854. Sin duda fue un estudiante prodigio. Acababa de

cumplir veinte años y ya era licenciado en Derecho, Filosofía y Letras y catedrático auxiliar en la Universidad Central de Madrid donde explicó durante tres cursos Literatura Española mientras continuaba su formación con el doctorado.

Siguiendo el ejemplo de otros jóvenes profesores de la época, entre ellos don Nicolás Salmerón, Canalejas se reveló como un

 

elocuente orador que formó parte de los círculos políticos y culturales más relevantes del Madrid de los años primeros de la Restauración.

En su faceta política, Canalejas se integró en la formación monárquica democrática representada por Cristino Martos. En 1881 inicia su carrera como diputado en cortes que culminará en el gabinete de Sagasta en 1888 ocupando el Ministerio de Fomento. Unos meses después, en octubre de ese mismo año pasó a ocupar la cartera de Gracia y Justicia. En años posteriores siguió formando parte del gobierno liberal de Sagasta. Así, En el período que va del 17 de diciembre de 1894 al 23 de marzo de 1895 fue Ministro de Hacienda, y en 1902, Ministro de Agricultura, Industria y Comercio. En 1910 fue nombrado jefe de gobierno tras la Semana Trágica de Barcelona y la caída de Antonio Maura. Planteó la cuestión religiosa, en la llamada "Ley del Candado" (1910), que delimitaba de forma rigurosa las áreas de influencia de la Iglesia y del Estado.

Murió tiroteado en Madrid el 12 de noviembre de 1912 por un anarquista, mientras paseaba por la Puerta del Sol y miraba el escaparate de una librería.

Cristobal López Rodríguez.

Unos datos para su biografía

Para la elaboración de estas pinceladas biográficas del médico alhameño Cristóbal López Rodríguez seguiremos la investigación realizada por el doctor Marín Martínez sobre médicos almerienses con motivo de la celebración del centenario del Colegio de Médicos de Almería (8), publicada en El colegio de Médicos de Almería en su centenario (1901-2001), y el programa elaborado con motivo del homenaje celebrado en Alhama en el transcurso de las Fiestas Patronales de 1962.

Cristóbal López Rodríguez vio la luz en Alhama el día 4 de agosto de

1899. Era uno de los seis hijos del matrimonio formado por Francisco López Gómez y María Rodríguez Boti, naturales y vecinos de Alhama (9).

Como otros alhameños de la época, realizó los estudios de bachillerato en Almería y la formación universitaria en la Facultad de Medicina de Granada. En octubre de 1923, recién instaurada la dictadura del General Primo de Rivera, el joven Cristóbal obtuvo el premio extraordinario de su

licenciatura de medicina e ingresó, en este mismo año, con el número uno de su promoción, en el Cuerpo de Sanidad Militar. En ese cuerpo, se graduó como Teniente participando en la campaña de África.

Durante el periodo comprendido entre 1930 y los inicios de la guerra civil desarrolló su actividad profesional y militar en Almería. Compatibilizó la medicina privada con el puesto de médico de la Casa de Socorro, competencia, en estas fechas, del Ayuntamiento de la capital. En los años de la contienda civil pasó a desempeñar su actividad médica como director del Hospital de Sanidad Militar hasta 1938, fecha en la que fue desposeído de su puesto y encarcelado por colaboración con el ejercito sublevado del General Franco.

Al finalizar la guerra, se integra de nuevo, en la vida militar y, durante el periodo comprendido entre 1946 y 1950, ocupó la presidencia del Colegio de Médicos de Almería, después pasa a desempeñar su labor médica como coronel jefe de Sanidad de Canarias y África Occidental. En 1962 fue nombrado general de sanidad, ocupando la jefatura de sanidad de la IV Región Militar en Barcelona y después la de la II Región Militar, en Sevilla. Este nombramiento fue, precisamente, el motivo del homenaje que le fue ofrecido en Alhama.

Paralela a su actividad militar corrió su formación científica en el campo de la cardiología, Cristóbal había heredado de su padre una inmensa capacidad de trabajo y un alto sentido de la responsabilidad que presidió su dilatada vida en la doble faceta de civil y de militar. Su producción científica quedó recogida en una serie de artículos publicados en importantes revistas médicas relacionadas con la cardiología y en la serie de conferencias impartidas en ámbitos académicos desde el año 1932 hasta su muerte.

La serie de menciones, premios y condecoraciones recibidas, constituyen una muestra de la intensa actividad profesional desarrollada por este personaje. Fue nombrado académico de las Academias de Medicina de Sevilla, Granada y Tenerife. Contaba con la Encomienda con placa y la Gran Cruz de la Orden civil de Sanidad, la Cruz de la Orden de San Hermenegildo, la Cruz de la reina María Cristina y una serie de medallas, testimonios de su vida militar en el Norte de África. Era, también, poseedor de la Cruz del mérito militar con distintivo rojo y de este mismo galardón con distintivo blanco.

El día dos de febrero del año 1973 falleció en Almería el alhameño Cristóbal López Rodríguez. Fue su deseo que sus restos mortales reposaran en el cementerio de San Nicolás de Bari de Alhama de Almería.

En resumidas cuentas cabe reseñar que ha sido esta calle, ya lo hemos visto en el transcurrir del tiempo, una de las arterias más dinámicas del callejero alhameño, también una de las calles más atractivas. Así pues, no resulta extraño que los políticos de cada época hayan fijado en ella su mirada cuando se trataba de homenajear o de reconocer los méritos de algún personaje relevante, con el recuerdo de su nombre impreso en una placa que adornara esta calle del pueblo.


(1) La Crónica Meridional, 5 de enero de 1889

(2) La C. M. 27 de octubre de 1888

(3) La C. M. 6 de noviembre de 1888 recoge que así era conocido por sus propósitos en favor de la educación primaria como base del progreso de los pueblos.

(4) Esta comisión la presidía el alcalde don José Alonso Gómez, el cura párroco, don Antonio López Rodríguez; el Juez de Paz, don Manuel López Ruano; el Jefe de Línea de la Guardia Civil, don José Salas Salas; el médico y el farmacéutico don Gabriel López López.

(5) Esta comisión ejecutiva la presidía don Gonzalo Rodríguez Martínez, Notario de la Curia Eclesiástica, los médicos don Miguel García Arance y don Pedro Pardo Moreno; don Aurelio Artes, don José Burgos Marín, don Cristóbal Abad Marín, don Joaquín Carretero Utrera y don ángel Barquero Marín.

(6) Archivo Municipal de Alhama de Almería. Libro de Actas y Resoluciones, P. 5942.

(7) La Crónica Meridional, domingo 28 de octubre de 1888

(8) MARÍN MARTÍNEZ, P. El Colegio de Médicos de Almería en su centenario (1901-2001), Almería, 2001, P. 288

(9) El Eco de Alhama nº 3 entrevista realizada por Guillermo Artés Artés a don Mario López Rodríguez, hermano de don Cristóbal en el verano del año 1997.