El Palacio de la Diputación de Almería acogía la mañana del día 7 del pasado mes de marzo una amplia representación de todos los sectores de la provincia que rendían, con su asistencia a la inauguración de la Exposición Homenaje, tributo al más universal de los almerienses: al alhameño Nicolás Salmerón y Alonso.

Rosalía, Teresa y Pepa Barbado Salmerón, biznietas de don Nicolás, junto a sus respectivas familias; doña Ivonne y su hijo Nicolás Salmerón, desplazados desde París con motivo del homenaje, vivieron el recuerdo que Almería rendía su antepasado don Nicolás. Acompañados por los representantes de las diferentes instituciones: Presidenta del Congreso de los Diputados, Diputados por Almería en la Cámara legislativa, Presidente de la Diputación, Diputados provinciales. Alcalde de Almería, Rector y Vicerrectores de la Universidad, Director del Instituto de Estudios Almerienses, alcaldes de diferentes municipios de la provincia, directivos de la entidad colaboradora Unicaja, profesores de otras universidades, entre ellos Antonio Heredia Soriano, estudioso del pensamiento de Salmerón de la Universidad de Salamanca, Teresa Jiménez-Landi, en representación de la Institución Libre de Enseñanza junto a varios cientos de personas, la mayoría de ellas sus paisanos los alhameños y alhameñas que no dudaron en desplazarse, no solo desde el mismo pueblo de Alhama, sino algunos, desde lugares tan distantes como Madrid, Granada o Valencia con el único fin de dedicar, con su presencia, un entrañable recuerdo a la figura de don Nicolás.

Unas palabras íntimas, cargadas de emoción, nacidas desde la profunda admiración y respeto que despierta la figura de don Nicolás para todos los hijos de Alhama, fueron mis palabras, junto a la expresión del inmenso agradecimiento para todas aquellas instituciones y en especial, para aquellas personas que, con su interés y desprendimiento, hicieron posible que la vida y la obra de Salmerón pudiera acercarse a cada uno de los almerienses desde él Patio de Luces de la Diputación de Almería.

Acercar la figura de este alhameño ilustre a las jóvenes generaciones de almerienses, pues nada o casi nada conocen del personaje, de su trayectoria vital, de sus valores, de su larga y dilatada carrera política al servicio de un país en una etapa de la historia de España plena de convulsiones.

En estos términos aparece recogido el objetivo general marcado en el proyecto sobre el Homenaje a don Nicolás Salmerón que presenté allá por el mes de Septiembre del año 2001 ante los miembros de la Junta del Departamento de Historia del IEA.

Con honestidad he de decir que el objetivo se ha cumplido notablemente. Han sido cientos de jóvenes los que se han aproximado al pensamiento, a la biografía, a la actividad pública de Salmerón a través de sus objetos personales, de los documentos que el personaje dejó tras de sí, testigos de su intensa y dilatada vida profesional en los campos del pensamiento, de la política, de la docencia...

El hecho de que diez mil seiscientas treinta y dos personas hayan pasado en el transcurso del mes de marzo y primeros días de abril por el Patio del Palacio Provincial, nos da una idea del interés que la exposición ha despertado en la sociedad alménense. De esta cifra, hemos de señalar que casi dos mil visitantes se corresponden con las visitas efectuadas por 74 grupos de jóvenes estudiantes de Secundaria de los Institutos de Almería capital y de los diferentes pueblos de la provincia. Los jóvenes estudiantes alhameños tuvieron su cita con don Nicolás, la mañana del día 25 de marzo.

Otros colectivos: centros de Adultos, Universidad de mayores, Asociaciones de Mujeres, incluyeron también entre sus actividades, la visita a la exposición.

Para todos estos grupos, ha sido un inestimable complemento la presencia en la exposición de María Isabel García, historiadora-guía que ha facilitado notablemente el conocimiento del personaje. Sus comentarios, las anécdotas y los pequeños "retazos de vida" que se esconden detrás de cada uno de los elementos expuestos, despertaron el interés de los más jóvenes por conocer más a fondo la trayectoria vital de Salmerón y el momento histórico en el que se desarrolló su vida.

En este sentido, he de destacar la implicación del profesorado de historia que acompañaba a los menores. No era difícil encontrar, cada tarde, grupos de tres o cuatro adolescentes, cuaderno en mano, absortos ante cualquier documento, tratando de recabar una información adicional que les permitiera responder a las diferentes cuestiones sobre la vida de don Nicolás planteadas por el profesor como trabajo de clase.

Especialmente deseo recoger en estas líneas el interés manifestado por todas las personas de Alhama ante el evento cultural que en Almería se estaba desarrollando. Cada tarde he tenido el gozo de compartir con ellas una serie de recuerdos, de vivencias, de pequeñas historias familiares que ponen de manifiesto la inmensa admiración y respeto que la figura de Nicolás Salmerón despierta entre sus paisanos. Son retazos de nuestro pasado como pueblo, de nuestra historia, de la historia de una serie de personajes, coetáneos de don Nicolás, que supieron transmitir generación tras generación, el valor de unos principios y también de unos ideales. Todos ellos, nos han ido configurando como personas y nos prestan sus señas de identidad como pueblo.

En definitiva, creo sinceramente, que el esfuerzo ha sido ampliamente recompensado. Aquella respuesta inicial que me daban los jóvenes: identificación del nombre del personaje con el parque de Almería o con uno de los institutos de la capital y que ponía de manifiesto el escaso conocimiento que de este alhameño tenían se ha mejorado sustancialmente. La imagen diaria, durante cada mañana de esta pasada primavera, del Patio de Luces de la Diputación, ocupado por grupos de jóvenes estudiantes de nuestra provincia contemplando las imágenes que recogían toda una vida de trabajo, de amor al conocimiento, de responsabilidad de aquél alhameño que renunció a las cotas más altas del poder por mantener la coherencia de su pensamiento, ha sido un buen ejemplo de ello.