EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 14

VIDA SALUDABLE

 
La DEPRESIÓN
Vicente Martínez Rubio
Psicólogo
Según la Organización Mundial de la Salud se estima que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en los países desarrollados. Estos estudios no incluyen todos los tipos de depresión, si lo hiciera muy probablemente fuera la primera causa. Motivo más que suficiente para no dejar de lado los asuntos relacionados con ella y prestarle la atención que se le merece.
Rostro típico de la depresión

Aunque todos sabemos más o menos lo que es la depresión, no viene mal comenzar por definirla. Entendemos por depresión una disminución del estado de ánimo. Depresión es sinónimo de abatimiento, hundimiento, etc.. El estado de ánimo es la disposición o predisposición para la realización de determinados comportamientos que nos conduciría a un objetivo o meta. Así a más ánimo es más fácil hacer aquellas cosas que nos lleva a lo que queremos, y al revés. Pues bien, en la depresión el estado anímico está muy mermado.

La tristeza en las Obras de Arte

Cuando estamos expuestos a un gran número de situaciones estresantes, es más probable que aparezcan episodios depresivos. Situaciones estresantes son aquellas que nos exigen más capacidades de las que tenemos para hacerles frente, aunque también es verdad que hay otros caminos de llegar a ella.

Cuando estamos expuestos a un gran número de situaciones estresantes, es más probable que aparezcan episodios depresivos

Los síntomas típicos de la depresión serían la ansiedad, tristeza, ganas de llorar, sensación de tener un nudo en la garganta, dolores en la región estomacal, etc. También puede aparecer enmascarada con alteraciones orgánicas, de hecho se calcula que en la mitad de los pacientes que acuden a consulta médica, está presente de un modo más o menos enmascarado la depresión. Cuando se está deprimido el nivel de actividad del organismo disminuye en función de la intensidad de la depresión, por lo que es fácil enfermar. El sistema inmunológico, digestivo, cardiorrespiratorio, etc, empiezan a funcionar a niveles por debajo de la normalidad. En este estado es más trabajoso encarar las tareas del día a día, así como defenderse de los agentes nocivos para la salud. Hasta aquí llegados hay que anotar que la depresión no provoca las enfermedades orgánicas, ni éstas la depresión, digamos que todo va junto.

En los países desarrollados, la gente está expuesta a una gran cantidad de tareas que lejos de querer o no hacerlas hay que cumplir con ellas. Por otro lado hay cosas que queremos hacer y no podemos. Con esto me refiero a esas normas, reglas, costumbres que hacen posible la convivencia. El tener que renunciar a aquello que queremos hacer y el tener que hacer ciertas cosas queramos o no, obviamente nos provoca cierto malestar. Este malestar es el precio que hay que pagar para convivir más o menos en armonía. Esto es así y así hay que aceptarlo.

Se calcula que en la mitad de los pacientes que acuden a consulta médica, está presente de un modo más o menos enmascarado la depresión

Cuando la lista de "teneres que hacer", unas veces impuestas por exigencias externas y otras veces por nosotros mismos, ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, nos asfixiamos. No dejamos salida a aquello que queremos hacer porque simplemente nos gusta y claro, tampoco experimentamos el bienestar que surge haciendo lo que queremos. Se trataría de buscar un equilibrio, aunque en principio no resulte fácil, entre las cosas que tenemos que hacer y aquellas que queremos hacer. Es algo así como darle a cada día su trabajo, compromisos... y dedicar el resto a las actividades que nos gustan. El modo de llegar a este equilibrio es algo individual, obviamente, como también lo es la decisión depresión de partir en busca de él. Ocupar la gran parte de nuestra vida a tener que hacer esto o aquello, además de llevarnos entre otras consecuencias a la depresión, hace que vivamos para los demás y no para nosotros. Sin embargo, cuando dedicamos nuestra vida a nosotros, nos hace sentir bien y eso hace que el de al lado, como por contagio también se sienta bien. Si nos fijamos bien en nuestras relaciones con los demás, nos daremos cuenta que hay personas que nos hacen sentir genial con solo verlas o hablar un poco con ellas, otras quedan muy lejos de esto o simplemente no nos dicen nada ¿verdad?.

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