EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 12

LITERATURA

José Siles Artés
Un escritor almeriense

Su madre, María Artés López, nació y se crió, así como su hermano José, en Alhama de Almería. Era hijo de José Artés Casado y de Francisca López Company. Por los años de la Primera Guerra Mundial la familia se fue a vivir a Almería, estableciéndose José, el padre, como fabricante de barriles de uvas, negocio que llevó con más entusiasmo que fortuna, terminando por cerrar. Tanto José como su esposa Francisca eran de familias propietarias de parrales en Alhama. Francisca tuvo un hermano cura, Gabriel López Company, que fue párroco de Rágol y del Convento Divina Infantita en Instinción, donde está enterrado. La casa familiar de Francisca era al parecer anexa a la ermita de San Antonio en el pueblo. Francisca era prima del médico Juan Company (también de Alhama), que fue diputado por Almería en las Cortes de la República. Les unía un gran afecto.

Nació en Garrucha, provincia de Almería, donde su padre ejercía de Maestro Nacional.

La familia se traslada en la posguerra a Almería capital y allí cursa los estudios de Bachillerato.

Tras unos meses de estudiante de Ciencias Químicas en Granada, le llega la fecha de reemplazo y es destinado a Madrid, donde hace el servicio militar en el Ministerio de Marina.

Marcha a Inglaterra y allí trabaja de camarero en una escuela secundaria durante casi dos años. Inicia los estudios de Periodismo, pero en el 57 se va a Estados Unidos en calidad de intérprete simultáneo, lo que le da la oportunidad de recorrer el país varias veces.

Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid gana Cátedra de Inglés de Instituto, enseña en diversos centros, en ingresa en el cuerpo de Catedráticos de Escuelas Normales, ejerciendo como tal en Madrid, Murcia y Barcelona. Paralelamente a su labor didáctica ha ejercido de la escritor.

Niño al acabar la Guerra Civil, en los últimos años ha escrito sobre la posguerra, la cual refleja en cuatro novelas: Los tranvías de Granada (1998 primera edición; 1999 segunda edición), Paseo del Príncipe (1999), Tiempo de obediencia (inédita) y Garrucha. Estampas sobre la Guerra Civil y la Posguerra.

Anteriormente había publicado el libro de cuentos, Umbrales (1963) y las novelas, La urna lacrada (1980) y "Spain is different" (1994).

El arte de la novela pastoril (1972) es una versión abreviada de su tesis doctoral y, como poeta, ha publicado Papeles palabras (1972), Poemas de Madrid (1986), Coplas del Río de Aguas (1991) y Cantares de Almería (1993).

Ha traducido diversos poemas ingleses al castellano, notablemente La balada del marinero de antaño (1981) de Samuel Taylor Coleridge y El prólogo de los cuentos de Canterbury (1983) de Geoffrey Chaucer.

Y también ha publicado una serie de libros de carácter didáctico.

Fragmentos del libro inédito:

LAS HOJAS SALVADAS

La vida de cualquier hombre es comparable al árbol de hoja caduca, en cuanto también echa hojas verdes que son sus ilusiones, ambiciones, empresas y amores. Con el tiempo esas hojas pierden frescura y terminan por ponerse amarillas y caer. Pero hay otras hojas que vuelan en el viento de la imaginación, nunca llegan a tomar tierra y pudrirse. Son las hojas que el poeta trata de atrapar y salvar.

PALABRAS

Hay pequeñas palabras
que expresan claros conceptos: "árbol", "silla",
"pan", "agua" y "fuego".
Son palabras modestas
pero rotundas, que todo
el mundo comprende.
También hay grandes
palabras que indican
grandes ideas que la gente
sencilla no entiende. Las usan
los hombres de muchas letras
y con ellas a la guerra se llama
y a los pueblos enteros se aplasta …
Y hay otras palabras
ni grandes ni pequeñas
que ni ideas ni cosas
expresan. Son unas pocas
palabras en cada lengua
que amor encierran. Son
las palabras de mayor fuerza.
Y no hay corazón tan duro
que alguna vez
no las sienta;
ni labios tan secos
que pronunciarlas no pueda.

UNA ILUSIÓN

Lo que nosotros creemos que somos
es casi siempre una ilusión:
somos como los otros nos ven,
aunque no por entero.
Entre lo que ellos ven
y lo que tú te ves,
en el término medio,
estaría el acierto.

Lo que yo sé de ti
es incompleto. Tu peripecia
rebasa mi conocimiento.

Diego conoce a una Marga,
yo a esa Marga conozco,
pero distinta la veo.

Que…¿varias visiones de ti
conforman tu retrato?
Puede ser, pero en cualquier caso,
tú no eres como te ves,
ni nadie como eres te ve.

Somos y no somos como nos ven
Y son y no son como los vemos.

RETRATOS DEFINITIVOS

Este ajado abrigo de piel
calienta el cuerpo
de un engreído ciudadano
que todo lo tiene atado
y todo lo tiene pensado.
Hábitos, prejuicios y vicios,
son en su persona tan fijos,
que con ellos en la tumba
será enterrado.

Y ese camarero en negro enfundado
Y ese fornido campesino
y ese hombre con gafas de sol
y esa mujer de cabello cardado
que va y viene de la compra,
quienquiera,
cualquiera es,
un individuo perfectamente cristalizado,
precisamente ajustado a una manera
de ser,
en la que en algún momento
cada uno ha encajado.

Nadie se escapa a esta congelación,
a esta parálisis,
a este retrato fosilizado
que todos presentamos.

Imágenes vivientes somos
de maneras torpes
y mezquinas de ser.
Damos truncados destellos,
muñonados reflejos
y hasta ahogados gritos
de otros hombres
u otras mujeres (más
abiertos, más completos),
que no pudimos
o no quisimos ser.