EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 10 ...Y ADEMÁS

 

Una historia de mi pueblo


Panorámica de Alhama desde el cerro de la Cruz, en 1942. Fotografía de Guillermo Gutiérrez, gentileza de su sobrino Guillermo López Gutiérrez

Corría la década de los 50, hacía poco tiempo que se había salido de una situación de muy mal recuerdo para todos -guerra en Europa y guerra civil de España- con muchas familias deshechas por los motivos citados, sin trabajo, con un porvenir de muy mal agüero, que más bien invitaba al desánimo que a emprender cualquier empresa para poder salir del estado de depresión total en que habíamos quedado sumidos, ya que la falta de recursos, sobre todo económicos, hacía cundir la desesperación en todos los estamentos sociales y familiares de nuestro pueblo.

Pero hete aquí que, una vez más, salió a relucir el empuje de todo un pueblo que sabe lo que es sufrir, pero también sobreponerse a cualquier escollo que encuentra en su camino, por muy difícil que sea de superar.

Despacio, primero, con más ahínco después, con los pocos recursos de que disponían los más afortunados, se fué saliendo de la situación más difícil y se empezó a vislumbrar un horizonte un poco menos negro. A ello, sin lugar a dudas, contribuyó, en muy buena parte, la puesta en marcha de la finca de Huéchar, con su dueño, D. Salvador, a la cabeza, que se empeñó en sacar agua de una roca (hacer un vergel de una finca que era un erial cuando él la cogió) ya sabemos que no a todos le parecerá bien esta opinión, pues tenía fama de explotar a los trabajadores, pero también es cierto que hizo entrar mucho bienestar en bastantes familias que pudieron lograr un puesto de trabajo que tanto escaseaba.

La repoblación forestal, fue otra de las válvulas de escape para otros muchos -no todos los que hubiesen querido-. Aún recuerdo la especie de subasta o lotería que se celebraba en el "Café del Erite" para ver quién tenía la fortuna de que le cogieran para poder formar parte de alguna de las cuadrillas que, en verano abriendo hoyos y en invierno plantando pinos, han dado como fruto que todos los montes que se divisan desde nuestro pueblo, tengan un poco de color verde y no el de secano que entonces se divisaba. Los de mi edad, seguro que lo recuerdan bien.

También había los que se dedicaban "al esparto" o "los tomillos" a cavar las pocas parras que había, etc.

Con los años, surgieron unos valientes "DECIDIDOS", que se liaron la manta a la cabeza y lograron lo que siempre había sido el sueño del pueblo sacar "AGUA" y desde entonces, hay que ver cómo cambió la panorámica de la vega de Alhama "LA SECA" que gusto me dió cuando en uno de mis viajes a nuestras fiestas de SAN NICOLAS, subido al cerro de la Cruz, paseaba mi mirada desde el "moralillo" hasta los "marchalillo", el Pago, Loma Galera, etc.

Todos estos cambios de color en la vega, se debía a la plantación de nuevas parras que producirían, años después, las sabrosas uvas de mesa que tanta aceptación y tanto enorgullecía a sus productores. Por desgracia, los tiempos modernos, parece que han hecho surgir otras variedades, no más apetecibles, pero sí con más salida de mercado y han hecho desaparecer, prácticamente, toda la producción de esta rica fruta.

Pero también gracias al progreso, han surgido nuevos modos de vida que hacen resurgir nuevas esperanzas para la agricultura "LOS INVERNADEROS" con las distintas variedades de verduras y hortalizas que son como la despensa de media Europa, y con todo lo que ello comporta de riqueza para toda la sociedad alhameña y sus alrededores.

Todo ello da como resultado el crecimiento, a todos los niveles, de nuestro pueblo. Nuevos barrios modernos, Instituto de estudios, Polideportivo, piscinas, Polígono Industrial, Jardines, etc.

Comentarios aparte merecen nuestras fiestas de SAN NICOLAS Y LA VIRGEN, que también han ido mejorando, y mucho, gracias a la dedicación de unos cuantos alhameños, que sin reparar en esfuerzo y dedicación han logrado levantar, casi del olvido, una tradición que siempre había sido el orgullo de todo nuestro pueblo.

También ha contribuido a ello, desde hace unos años, la reaparición de nuestro "ECO DE ALHAMA", al que también debemos dar las gracias, al grupo de esforzados/as componentes de su cuadro de redactores/as, coordinadores y todos los colaboradores/as, que contribuyen a que, con una periodicidad semestral, pueda seguir viendo la luz este "ECO", que ojalá siga surgiendo muchos años.

Desde Lérida, donde resido, un abrazo para todos y hasta las próximas Fiestas, si Dios quiere.

Poesía

De un almeriense

La noche cae en la majestuosa Almería
Y con ella las estrellas brillan y brillan
Cielo puro, sin contaminación
Pajarillos cantando y la gente escuchando
Almería está en el sur
Con ella la mejor gente
Gente pura y sencilla
Orgullosa como no de su querida Almería.
Sus pueblos y sus gentes
Celebran con algarabía
La llegada del nuevo día.
Sus pueblos y sus gentes son signos de hospitalidad
Como en muy pocos lugares y ciudades habrá.
En esta tierra se respira aire puro
En esta tierra se respira tranquilidad
Desde todos los puntos de vista
Es un paraíso terrenal
Por eso la tierra almeriense
Siempre perdurará
En la memoria de todos
Hasta la eternidad

Oscar Pascual López