EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 10 ALHAMEÑOS ILUSTRES

Antonio Capella Bustos
Guillermo Artés Artés

A menudo y solo con echar un vistazo a la Historia de España, podemos observar que han sido muchísimas las personas que han tenido que dejar nuestro país, la mayoría de las veces por cuestiones políticas. Entre estas personas nos encontramos con hombres y mujeres de ciencia, que tuvieron que continuar su gran trabajo alejados de su tierra.

Este fue el caso del alhameño que ocupa nuestra atención. Antonio Capella Bustos, médico eminente, que debido a su trayectoria política tuvo que dejar España y trasladarse a México, donde pasaría el resto de su vida realizando una gran labor, tanto médica como pedagógica.

Nació el 11 de abril de 1906 en Alhama de Almería, hijo de Don Santiago Capella Romero y de Doña Adela Bustos Águila. Su familia estaba muy unida. El tuvo una hermosa amistad con su padre Don Santiago, que era respetado en el pueblo como un hombre de palabra. Tenía Don Santiago amistad con Don Nicolás Salmerón y Don Cristóbal López.

Después de su formación básica, pasa su juventud en Granada donde estudió el bachillerato. Posteriormente se traslada a Madrid, en cuya Universidad estudia Medicina. Cuando Antonio termina la carrera de medicina, empieza a trabajar en el Instituto de Investigaciones Médicas, en Madrid, que después se llamó Fundación Jiménez Díaz o Clínica de la Concepción como se la conoce hoy. Formaba parte del primer equipo médico de dicha clínica.

Allí recibía él a todos los alhameños que necesitaban alguna atención especial, ver médicos más avanzados que los del pueblo.

Antonio fue siempre republicano. Fue elegido concejal en Alhama por el 2º Distrito, representando al Partido Republicano Radical Socialista. Se desprende de la documentación consultada, que no estaba en Alhama durante todo el proceso electoral, pues no tomó posesión en la concesión del Ayuntamiento Republicano el día 16 de Abril de 1.931 (1)

En sesión extraordinaria celebrada el día 17 de Abril de 1.931, se acuerda cambiar el nombre de las calles de Alhama y entre otras, dedicar dos calles a los capitanes Galán y García Hernández que unos meses antes habían dado su vida por la República, Estos militares protagonizaron la sublevación de Jaca en Diciembre de 1.l930 (2).

Unos meses antes de las elecciones del año 1.931 llegó inesperadamente a Alhama sin avisar a su familia del motivo de su viaje. Detrás de él, un agente secreto le seguía hasta detenerle por haber participado en la sublevación de los Capitanes Galán y García Hernández. Por ello fue llevado preso a Jaca, donde permaneció hasta el día que se proclamó la República. Sabemos que estos meses últimos del 1.930 los republicanos se unieron para a través de la sublevación poner fin al régimen monárquico. Hubo un importante sector de los intelectuales españoles que tras el llamamiento organizado por Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y Marañón, constituyeron la llamada Agrupación al Servicio de la República. A esta iniciativa se unió también un sector del ejército y dentro de este contexto se produjo la sublevación de Jaca. Estos dos militares encabezaron esta iniciativa, que por falta de preparación fracasó y fueron fusilados. Desde este momento estas dos personas fueron consideradas héroes para los republicanos.

De ahí que el recién constituido Ayuntamiento republicano en Alhama se acuerde de dedicar una calle a su memoria:"la calle San Antonio al Capitán Galán y la de San Nicolás al Capitán García Hernández": Se aprueba por unanimidad esta propuesta. Esta misma acta de pleon recoge que dada la importante participación que Antonio Capella ha desarrollado en el advenimiento de la República, se dedique también una calle a esta persona. "El Ayuntamiento sin discusión alguna y por aclamación acuerda:...se rotule a la calle del Comercio como de Antonio Capella. Al oír el numeroso público que ocupa el salón el nombre del valiente, culto y abnegado paisano, prorrumpió en un prolongado aplauso"(3)

Miguel Gálvez Gil, concejal, propone para rendir homenaje al paisano Antonio Capella, se le haba una fotografía semejante a las existentes en el Salón de Plenos, para colocarla allí. Añade además, reconocerle como Hijo Predilecto de Alhama. El Pleno por aclamación adoptó la proposición.

El día 25 de Abril de 1.931, se lleva a cabo la toma de posesión de Antonio Capella de su Acta de Concejal. Días antes, a su llegada a Almería por tren, lo recibió en la estación Don Miguel Granados Rui, alcalde de la ciudad, al frente de un gran número de republicanos los cuales le rindieron un homenaje por su participación en la llegada de la República. En Alhama le esperaba todo el pueblo para recibirlo con gran entusiasmo.(4)

El Señor Capella, una vez ocupado su cargo en representación del Partido Radical Socialista, tomó la palabra y agradeció a todos los presentes y al pueblo entero el homenaje que le habían hecho y "...aunque su estancia en el pueblo iba a ser efímera prometía poner toda su voluntad y buen deseo en todo lo que redunde en bien de los intereses de los alhameños...".

Al declararse la Guerra Civil, entró en el Cuerpo de Carabineros con el grado de Teniente Médico, llegando a Capitán muy rápidamente. Estuvo primero en Madrid; luego llegó a hacerse cargo de la dirección del Hospital General de Almería, donde pasó unos meses. Más adelante fue destinado con el mismo cargo al Hospital de Totana en Murcia; después a un pueblo de Valencia y por fin a otro de Cataluña ya hacia el final de la Guerra.

El final de la guerra truncó su carrera en España y las circunstancias lo obligaron a reiniciarla en el exilio en México.

Durante el duro principio del exilio ejerció su profesión médica de forma privada, no de buen grado del todo pues su vocación claramente le reclama dedicarse a la práctica hospitalaria, la investigación y la enseñanza; actividades con mayor sentido social.

Las vicisitudes de ese renacer en una nueva patria lo llevaron a probar su fortuna profesional en el noroeste de México, en el Estado de Sinaloa, que en aquel momento no era muy diferente del inhóspito lejano oeste de las películas. El sentido común y el bienestar de su familia lo hicieron volver a la Ciudad de México, donde se estableció definitivamente y por más de cincuenta años en los que tuvo una fructífera vida.

Su interés por una práctica médica con orientación comunitaria lo llevó a formar parte de diversas instituciones médicas. Cabe destacar su paso por el Sanatorio Español de México, donde fue jefe del laboratorio clínico y llegó a ser Director Médico. Formó parte del grupo que don el Dr. Ignacio Chávez fundó el Instituto Nacional de Cardiología, institución a la que volvió en lo que podríamos llamar la segunda mitad de su vida profesional. En diversos puestos relacionados con su especialidad de laboratorio clínico, y en diferentes centros y hospitales, dedicó una treintena de años entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto para la Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (ISSSTE).

En la primera oportunidad se incorporó a la Universidad Nacional Autónoma de México como catedrático de bacteriología y parasitología en la Facultada de Medicina. Su labor docente es recordada con cariño, respeto y admiración por los centenares de alumnos que pasaron por su aula en los más de cuarenta años de labor académica. Su dedicación a la enseñanza no se limitó a la cuidadosa preparación de sus clases, también lo llevó a dedicar buena parte de su tiempo a la traducción de cerca de veinte libros de su especialidad. Entre ellos hay que resaltar los de microbiología de Zinsser, clásicos y fundamentales de la formación médica, de los que tradujo muchas de sus ediciones. Su preocupación por ofrecer a los estudiantes textos más accesibles acordes a la realidad del país lo impulsaron a escribir algunos libros, el primero de ellos editado en casa con un mimeógrafo manual.

Siempre que le fue posible combinó su labor docente y la práctica profesional con la investigación, cuyos resultados dieron origen a varias publicaciones en revistas especializadas.

En particular gozaba de impartir conferencias en diversos foros y congresos, tanto por el deseo de divulgar los avances de su área, como por su ánimo de viajero que tuvo hasta el último día de su vida, el 13 de marzo de 1990 en la ciudad de Mérida en el estado mexicano de Yucatán.

Antonio nunca perdió el contacto con Alhama. Todas sus vacaciones las pasaba aquí. Ya en México volvió cada vez que le fué posible y aquí quiso que se depositaran sus cenizas.

Agradecer a Dña. María Luisa Villa Bores y a D. Santiago Capella Vizcaíno, esposa e hijo de Antonio Capella, por la colaboración que me han prestado desde México enviando información. Al igual que a todos los que han colaborado conmigo para confeccionar este artículo

1.- Archivo Municipal de Alhama de Almería, Acta de Pleno de 16/04/31
2.- A.M.A.A., Acta de Pleno de 17/04/31
3.- A.M.A.A., Acta de Pleno de 18/04/31
4.- A.M.A.A., Acta de Pleno de 25/04/31