EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 10 ETNOGRAFÍA


 

Artesanía del Bolillo
Reyes Moreno

 

El encaje de bolillos, como el bordado, fue realizado en sus orígenes por bordadores y encajeros profesionales. A las jóvenes de clase media se las enseñaba a realizar estas labores, y no como un simple pasatiempo. Haciendo encajes se ganaban la vida.

Luis XIV "Retrato de H. Rigaud"

Por tratarse de una labor tan esmerada y de tanta delicadeza, el encaje de bolillos se convirtió en un símbolo de estatus social, tan importante para aun noble bien ataviado, como sus joyas o sus pieles. El Emperador Carlos V gastó 1.500 libras en sus encajes y prendas de lencería, pagando hasta treinta libras sólo por un par de rosas para sus zapatos, hechas con encaje de bolillos de hilo metálico. En los cuadros de los pintores de la corte de los siglos XVI y XVII, podemos ver destacados esos encajes, adornando cuellos, mangas, zapatos y pañuelos de los personajes más importantes. Ya en el siglo XIX en la Inglaterra Imperial, la reina Victoria, era una enamorada del encaje. Tanto su vestido de boda, como el traje de bautizar a su hija, se hicieron en encaje de "honiton", una variedad regional. Y se decía que se negaba a que las damas la acompañaran a la hora del té si no se cubrían la cabeza con un tocado de encaje.

Variedades

En Inglaterra existen una gran variedad de encajes de bolillos. Pero el centro principal de este tipo de encaje fue Flandes, desde donde llegó a España, (no debe olvidarse que Flandes perteneción a la Corona Española hasta el siglo SVII) extendiéndose también a Italia.

Cómo aprender esta labor

Es conveniente apuntarse a una clase donde un profesor o profesora explique los secretos de esta labor. Nada más agradable que recibir información de una persona experta y enamorada de este oficio.

El equipo necesario para hacer encaje de bolillos forma parte del encanto de esta labor, ya que incluye una exquisita colección de delicados utensilios y adornos.

El hilo es el factor más importante, pues determina la calidad del encaje.

En sus orígenes se utilizaba hilo de lino. Posteriormente se utilizaron hilos de seda y metálicos. Actualmente los hilos más utilizados son los de algodón y seda en una amplia gama de colores. No deben emplearse hilos sintéticos, porque se estiran.

El encaje se realiza sobre una almohadilla. Normalmente una bolsa de percal rellena de paja muy apelmazada, forrada con una funda de color oscuro sobre la que resaltan los hilos de la labor.

Se usan alfileres para mantener los hilos en su posición adecuada. Hay alfileres más largos que los corrientes, especiales para encajes. Se fabrican en dos gruesos, los de más cuerpo se utilizan para las muestras básicas sencillas, y los más finos para las labores más delicadas.

Por último, se necesita el cartoncillo de muestra. Se trata de un cartón encerado, en el que con una aguja de picar, se ha marcado el dibujo.

Los Bolillos

Hay bolillos de auténtico coleccionista. Originariamente eran de madera o hueso. Ahora pueden comprarse de plástico. El hilo se arrolla en la porción más delgada de la parte superior del bolillo. Por el extremo opuesto se pasa el adorno, que es un aro de alambre en el que se ensartan cuentas de vidrio, que da peso a los bolillos y proporciona la tensión adecuada para la confección del encaje. Las madres jóvenes solían poner los botones de las primeras botas de su bebé en los aros de sus bolillos.

Resurgir actual

Actualmente cada vez son más las personas que les gusta hacer trabajos manuales y labores y en consecuencia la popularidad del encaje del bolillo va en aumento. Parece que crea un halo mágico al instante, y son muchas las que afirman que una vez cogido un bolillo entre las manos, son incapaces de dejarlo.

Gran parte del atractivo de hacer encaje es que nunca se para de aprender. Siempre pueden aprenderse nuevas técnicas o estilos o descubrir viejas muestras. Aprender las nociones básicas es relativamente fácil, pero hay que consagrar tiempo para ir ganando habilidad.

Confeccionar encajes atrae a todo el mundo. Las personas de mente matemática disfrutan con la geometría de las muestras.

Las de sensibilidad artística disfrutan como si estuvieran pintando con los hilos

Fuentes consultadas: Enciclopedia popular de la vida práctica de 1897. Creativa Planeta Agostini 1990.