EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 9 ENTREVISTA

Entrevista con José García Gálvez

Por Manuel López
Traducción Carmen Ferrer

Los desafortunados acontecimientos económicos y políticos que tuvieron lugar durante la década de los años 1920 y 1930 hicieron que un significado número de familias alhameñas, entre las que se encontraba la familia de mi padre, emigraran. La mayoría de los que fueron a Estados Unidos se asentaron en Brooklyn, Nueva York, viviendo con familiares y amigos que habían llegado antes.

En los años que siguieron, los miembros de esas familias alhameñas fueron integrándose en la sociedad americana. La mayoría de ellos se hicieron, doctores, ingenieros y profesores, y muchos jugaron papeles importantes en recientes acontecimientos históricos. Por ejemplo, pocas personas de Alhama conocen la conexión de uno de esos alhameños emigrantes con el Programa Espacial Apolo de Estados Unidos, que llevó al hombre a la luna.

El pasado otoño pasé una tarde con el señor José García Gálvez, nacido en Alhama, que emigró a los Estados Unidos y durante la década comprendida entre los años 1960 y 1970 estuvo empleado en Aerojet, donde jugó un importante papel en el desarrollo del programa Apolo. Entrevisté al señor García, primo de mi padre, sobre su vida familiar y su trabajo para Aerojet

¿Dónde y cuando nació?

Nací el 4 de agosto de 1927 en Alhama, España, en la casa de mis padres, situada en la calle de San Antonio, la misma casa en la que nació mi madre.

¿Cuáles fueron sus primeros recuerdos?

Cuando dejé Alhama sólo tenía cuatro años y medio. Recuerdo mi primer viaje en automóvil, cuando íbamos hacia Málaga para coger el barco a América. Viajábamos con Juan y María Gálvez, primos de mi madre. Tardamos 11 días en llegar a Nueva York, donde ya había algunos familiares nuestros viviendo en Brooklyn.

¿Cómo era Brooklyn en esos tiempos?

Brooklyn era un distrito muy grande y poblado, con gentes muy diferentes de todas partes del mundo. En nuestro primer apartamento vivían con nosotros personas de Alhama, incluyendo Antonia y Manuel Labor. Teníamos una colonia bastante grande en Brooklyn. Muchos de mis primos vivían en esa área y yo fui al colegio con mi primo Manuel López Gálvez.

En 1936, cuando comenzó la guerra en España, se creó el Grupo Salmerón. Teníamos un colegio donde enseñaban a los niños a leer y escribir en español. Nuestro profesor era un antiguo general republicano, Asensio. También aprendíamos bailes y cultura española

¿Qué tradiciones españolas se mantuvieron en su casa?

En mi casa de Brooklyn mis padres siempre nos hablaban en español, y se hacían comidas como migas, puchero y arroz con pollo.

Mi madre solía reunirse con sus hermanas, que también vivían allí, y con tu abuela Librada en fiestas como la de la Inmaculada Concepción.

¿Cómo se hizo usted ingeniero?

En 1942 fui al instituto de la Aviación. No hice el servicio militar durante la guerra con Alemania y Japón porque era hijo único. Mi primer trabajo después de graduarme en 1946 fue para la compañía aérea American Airlines en el aeropuerto de La Guardia. Los mejores trabajos estaban reservados para los veteranos que volvían de la guerra.

En 1950 me casé con una chica de familia gallega que también vivía en Brooklyn. Empecé a trabajar para la compañía de motores Pacade, y después de seis años la compañía cerró.

¿Es entonces cuando se trasladó a California?

Si. Había más oportunidades para mecánicos e ingenieros en California. Aerojet, una gran compañía de defensa, necesitaba ingenieros mecánicos y me contrataron. Aerojet producía misiles para el gobierno militar estadounidense, por lo que fui asignado al programa de misiles Titan. Mi primer puesto fue como mecánico de pruebas de componentes.

Cuando los rusos lanzaron el primer satélite al espacio, surgió la necesidad en Estados Unidos de superarlos. Por esta razón, todos trabajábamos no cinco, sin seis días a la semana y nos pagaban las horas extras. La compañía recibía una subvención del gobierno de los Estados Unidos. No había límite en los gastos porque lo más importante era superar a los rusos.

Pronto fui destinado a trabajar en el misil Vanguard con combustible sólido, que se utilizaba para lanzar los primeros satélites americanos, yo era la última persona en trabajar en cada misil antes de que despegaran. Tenía que añadir presión a los motores inmediatamente antes de su despegue.

¿Cuál fue su contribución al proyecto Apolo?

Aerojet tenía una serie de contratos con la Agencia Espacial NASA. Producíamos motores para los módulos de comando que circulaban sobre la superficie lunar y luego volvían a la Tierra. Yo formaba parte del equipo que ensamblaba los cuarenta motores encargados por la NASA. Cada módulo de comando llevaba dos motores, uno de ellos de reserva. Originalmente, la NASA planeó veinte despegues Apolo, razón por la cual encargaron cuarenta motores, aunque las últimas misiones nunca despegaron.

¿Cómo se sintió el día del primer alunizaje?

Como todos. Estábamos muy felices cuando el primer hombre pisó la luna en julio de 1969, aunque seguíamos muy ocupados preparando los vuelos siguientes.

¿Cuándo fue la última vez que visitó Alhama?

Fue en 1975. Sé que en estos años tanto Alhama como España han cambiado mucho

¿Cómo sigue las noticias de España y de Alhama?

Estoy en contacto con mis primos de Alhama y tengo parientes y amigos que visitan España. Diariamente vemos las noticias españolas en el canal de televisión gallego aquí en Sacramento, y también he leído artículos de El Eco de Alhama.

¿Siguen sus hijos sus pasos?

Mi hijo Robert es coronel de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos y trabaja en el Pentágono, en Washington D.C. En estos últimos años ha sido el enlace entre las fuerzas aéreas españolas y estadounidenses, por lo que ha viajado a Madrid en varias ocasiones. A finales de este año tiene proyectado asumir el comando de una ala de setenta y dos cazabombarderos emplazados en Inglaterra

Mi hija Marilyn y su marido son profesores de español en San Francisco. Este año se van a tomar unas largas vacaciones con su familia que pasaran en Granada, España