EL ECO DE ALHAMA NÚMERO 3 ALHAMEÑOS ILUSTRES

D. MARIO LÓPEZ RODRIGUEZ

GUILLERMO ARTES ARTES

En este nuevo número de nuestra revista, tengo el placer de tratar y escribir sobre un alhameño de pura cepa, D. Mariano López Rodríguez. Abogado, Juez Militar, Alférez y después Teniente de Regulares, Secretario General del Gobierno Civil de Almería, Secretario Nacional de Sindicatos, Secretario General del Gobierno Civil de Sevilla durante treinta y ocho años hasta su jubilación, pero ante todo y como él mismo dice ¡Alhameño!, y lo dice con un orgullo interior de serlo y sentirlo.
Un alhameño que tal vez no sea muy conocido desde unas generaciones para adelante. Por tanto, ese es mi propósito desde este artículo. Dentro de nuestras limitaciones de espacio voy a intentar que conozcamos a D. Mario, como fue su niñez, su trayectoria profesional, y sobre todo su relación con Alhama, que nunca ha dejado de existir como veremos más adelante.

  Eran las cinco de la tarde cuando me dirigí a esa gran casa que desde siempre y al igual que otras varias que tenemos en nuestro pueblo, me han llamado mucho la atención. Se encuentra recién restaurada, ocupa gran parte de la calle que lleva el nombre de su propietario y dobla a la plaza de "arriba" la fachada donde se encuentra un impresionante balcón.

Voy un poco nervioso, pues dentro me espera una persona a la que conozco tan solo por referencias y con la que espero aparte de entablar una amistad, mantener una conversación en la que me cuente algo tan impresionante como fue su vida.

Por fin y hechas la presentaciones oportunas, me encuentro delante de un hombre de unos ochenta años, con una voz profunda que hace que sus palabras tomen ese tono de seriedad, pero a su vez, una voz tranquila, que te ofrece confianza, amistad, que te hace que cada minuto que pasa te encuentres más a gusto sentado en esos sillones de la época que completan todo el conjunto, de esta pequeña habitación donde nos encontramos, con ese balcón del que antes hablaba y desde donde se divisa algo tan nuestro como es la Torre de la Iglesia, el Ayuntamiento Viejo y el Túnel.

Tuve la gran suerte de pasar varias tardes en su casa de Alhama entrevistándole y surgió una amistad entre nosotros.

Pude comprobar el alto grado de humanidad del que goza, su gran sentido social y humano de la vida, y sobre todo esa visión de futuro que desde sus ochenta y cuatro años, te deja atónito, viendo como aún siendo una persona que vivió su vida plenamente durante el Régimen de Franco y desde unas posiciones bastante sobresalientes, ha sabido a lo largo de todos estos últimos años, coger y seleccionar en su vida y para los suyos, todo lo positivo del pasado, y desechar todo tipo de rencores, enfrentamientos, etc. Por tanto le podemos ver abierto al futuro, a las nuevas tecnologías y con una fijación permanente: ¡El seguir haciendo cosas por Alhama y sus gentes!.

Comenzamos hablando de su niñez...

"Nací en 1.913, en Alhama. El pueblo ha sido para nosotros el punto neurálgico digámosle, de nuestra trayectoria, siguiendo el ejemplo de nuestros mayores. Yo tengo en gala el tener unos padres extraordinarios en todos los sentidos, y unos abuelos magníficos por las dos ramas. Todos con un sentido social de la vida, social cristiano, huyendo de beaterías, pero sí con un profundo respeto por el sentido cristiano de nuestra existencia. Fruto de ello es la educación que nos dieron, basada en el amor al trabajo. Recuerdo una frase característica de mi padre –sonríe con añoranza -, que cuando uno se descuidaba un poco en las notas, cosa que en mi casa se daba poco, decía ¡Estudia Bernardino y comerás tocino!.

Mi niñez transcurrió muy vinculada al pueblo. Sentía la necesidad de relacionarme con todos, hasta el punto que hubo una ocasión en la que un cliente de mi padre decía que era sorprendente que este niño solo tenía por amigos a las personas mayores del pueblo, y efectivamente tenía razón, ya que yo era una especie de "perro paco" por todas las calles del pueblo.

En un principio me llevaban a la escuela pública, la escuela de D. Gaspar. Era un buen maestro, pero un día observé que este hombre le daba con la palmeta aun niño, y aquello se me grabó de tal manera que yo no quería ir más a la escuela, pero mi padre se imponía y me llevaba arrastrando. D. Gaspar se jubila y viene D. Emilio Miranda con el que hago el resto de la enseñanza e incluso la preparación del ingreso. Yo, de D. Emilio Miranda, casado con Dña. Laureana, guardo los mejores recuerdos de un gran maestro, no solamente por su preparación, sino por su formación, era un pedagogo de los pies a la cabeza. Recuerdo que cuando hice mi primer examen que fue de geografía e historia él fue con mucha ilusión a colocarle el sello de la escuela pública.

Cuando le pregunté sobre sus padres y sus hermanos me contestó...

"Mi padre se llamó Francisco López Gómez y mi madre María Rodríguez Boti. El fue el último Alcalde de Almería durante la monarquía y cuando llegó la República él hizo un arqueo en regla para entregar la alcaldía se hizo el acta correspondiente que nosotros conservamos, le formaron la guardia de la Policía Municipal por orden del nuevo alcalde republicano y abandonó el Ayuntamiento como Dios manda.

Fuimos seis hermanos, todos relacionados con Alhama. Mi hermana Dolores farmacéutica, Cristóbal fue médico militar, al que el pueblo le dedicó una calle, posteriormente abrió una consulta en Almería. Francisco fue Juez Decano de Madrid, íntimo amigo de García Lorca con quién compartía una tertulia en un café entre las calles Arenal y Mayor de Madrid. Mercedes, que fue auxiliar de Farmacia. Tuve otro hermano, Pepe, que murió a los 23 años, contaba yo solo seis de edad. Estudiaba cuarto de medicina y le llevaban mis tíos Cristóbal y Nicolás Rodríguez Boti en una silla a examinarse a Granada sacando todas las matrículas de honor. Murió de una enfermedad tetánica."

 
Vista de la casa de D. Mario desde la Plaza de Arriba
Nos ofrecen un vaso de café con hielo que a esas horas sirve para que nos refresquemos y podamos seguir con nuestra charla. D. Mario se emociona cuando recuerda a sus padres y a sus hermanos, momentos de su vida pasada que tal vez hacía tiempo que no había desempolvado de su memoria. Después de un sorbo de café continúa...

"Seguí mi formación, los tres primeros años de Bachillerato, siempre aquí, ayudado por D. Emilio Miranda. En Quinto curso, año 1.928, muere mi madre, yo tenía 15 años. Acabé el Bachillerato y el primer año de Carrera de Derecho lo hice en Granada, donde tuve como profesor de Derecho Político a D. Fernando Giner de los Ríos. Después continué la carrera en Madrid, donde estaba mi hermano Paco.

Una vez terminada la carrera me vuelvo para Almería y por entonces muere mi abuela y empieza la Guerra Civil. Yo me sublevo y junto con otros compañeros nos vamos sierra adentro. Cruzamos Sierra nevada y fuimos a caer por Capileira a la España Nacional, donde pasé el resto de la contienda. Hice las pruebas de Alférez en las que obtuve el número uno por lo que elegí el cuerpo de Regulares."

"Conocí a mi mujer en el año 42, por Semana Santa. Ella estaba interna en el Sagrado Corazón en Madrid. Después ganó las oposiciones del Cuerpo General del Estado. Me podía haber quedado en Madrid, mis hermanos pensaban que cometía un disparate con rechazar Madrid, pero yo les dije que no, que me iba para Almería. Así que obtuve la plaza de Secretario General del Gobierno Civil de Almería."

"Por entonces unos de tantos Gobernadores Civiles que pasaron por aquí, Rodrigo Ubartell, se empeñó que yo tenía que organizar el tema sindical en Almería, por lo que me hago cargo del tema y fundamos una de las Organizaciones Sindicales más importantes que había en España. Después me trasladan a Madrid en contra de mi voluntad, pues después de un año al frente de esta secretaría y ante mis inquietudes de volver, llego hasta D. Francisco Franco con quien tengo una entrevista y le planteo mi deseo de dedicarme a mi profesión, la Función Pública.

Me presenté a la plaza de Secretario General del Gobierno Civil de Sevilla. Nos presentamos treinta y dos aspirantes, yo saqué el número uno. Después de esperar durante el período establecido para recurrir los resultados, a mediados de la década de los cuarenta, un 19 de agosto tomé posesión de mi cargo en Sevilla, donde he permanecido hasta mi jubilación."


Fachada de la casa de D. Mario López Rodríguez en la calle de su nombre
  Después de haber hablado de su trayectoria tanto personal como profesional, le propuse a D. Mario que me explicase una de sus acciones para Alhama, que yo había oído más comentar a los mayores del lugar, como fue el traer el agua al pueblo, creando el Grupo Sindical de Colonización número siete.

"A principio de los años cuarenta vine por el pueblo y vi que estaba muy mal, hecho una calamidad, se estaba abandonando todo. Acompañado por mi amigo Jacinto Abad, me recorro las calles y la vega y me doy cuenta que todo es verdad, así que desde ese momento empiezo a meter mano con la gente de Obras Públicas de Almería y Madrid. Propongo que se haga una reunión para traer el agua al pueblo. Se hizo esta reunión con ingenieros agrónomos en la que se les planteó y demostró el cultivo de la uva, cuanto costaba producir un kilo de uva, que producción podía alcanzar una parra, como era la exportación entonces se compra la máquina del río y se puso a funcionar subiendo agua para el pueblo. Se hizo un acta en la que se manifestaba la constitución de un grupo sindical de colonización para los labradores de Alhama.

También me interesaba que me hablase de algo tan importante para todos los Alhameños, como es la imagen de San Nicolás de Bari que hoy en día veneramos en nuestro pueblo. Desde pequeño siempre he oído que había sido donada por él, por tanto tenía la posibilidad de que estando ante mí en persona, me contase cómo fue este hecho.

"En la década de los cuarenta el pueblo estaba muy mal con el tema de San Nicolás. Había una imagen que no llenaba y no iba casi nadie a las procesiones, por lo que me puse a buscar y recordé que la viuda de D. Juan Company, que era tía nuestra, tenía una fig 1000 ura pequeña de San Nicolás que a mí me interesó bastante. Le di coba a esta señora para que me lo dejase. Me lo llevé a Sevilla, al mejor escultor que había entonces, D. Antonio Castillo Lastrucci, con el que tenía gran amistad. Le comenté que quería una reproducción exacta de esta figura pequeña a un tamaño más natural y con unas medidas que le facilité. Una vez finalizada se trajo para el pueblo y yo confeccioné un acta donde manifestaba que la hermandad de labradores de Alhama, es dueña de la imagen, pues siempre los curas como es sabido y sobre todo en esa época tenían bastante poder. Así que para evitar que viniese alguno y dispusiera sobre el destino de la imagen la daba en depósito permanente a la Parroquia, propiedad de la hermandad de labradores de Alhama."

Nos levantamos e iniciamos un paseo por la casa en el que D. Mario me iba contando, a la vista de tantos recuerdos, fotografías, diplomas, etc., la historia de cada uno de ellos...

"Estos cuadros son de mi tía Loreto y mi tía Carmen, hermanas de mi madre que a su muerte, fueron para mí como dos madres. Pero sobre todo he de recordar a mi Kika, madre de Cristóbal Abad a quien también consideré como una madre a lo largo de mi vida."

"Esta casa viene de mis bisabuelos, pero fueron mis abuelos los que la reformaron y ahora después de tantos años he sido yo el que de nuevo la he vuelto a arreglar. Quiero que todos mis hijos tengan siempre presente el recuerdo de esta casa, mis nietos y todas las generaciones venideras. En mi testamento digo que esta casa jamás se venda, que sea siempre el núcleo que una a todos con Alhama."

Finalizando este recorrido nos sentamos en el espléndido salón donde de una forma muy cordial y emotiva concluimos nuestra conversación...

"Desde entonces y hasta la actualidad he pasado estos años en Sevilla y siempre he tenido a Alhama en mi punto de mira. Ahora mi obsesión es hacer ver al alhameño, que no se fije en el pueblo como hemos hecho tantas generaciones, y vean que tiene muchas posibilidades. Yo recuerdo que antes tanto el albañil como el carpintero, como el médico, en general todo el mundo tenía su pequeño trozo de tierra que constituía el ahorro familiar. ¿Porqué se da ahora la espalda al campo? ¿Tal vez porque la producción actual no está dando resultado?, pues busquemos nuevas técnicas de cultivo. Mi familia en este aspecto estamos en contacto con técnicos de la Junta de Andalucía para estudiar la posibilidad de nuevas técnicas de cultivo, así se lo comuniqué al alcalde en una entrevista que mantuve con él hace unos días."

Después de darle las gracias por todo me comentó...

"La gratitud es mía por que un alhameño requiera la modestia de este otro alhameño que no tiene otro objetivo que el poder servir en todo lo posible a su pueblo."

Me alejo por la plaza de arriba con la satisfacción de haber conocido a una gran persona, que siente, lucha y se enorgullece de la tierra que le vio nacer.